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E pasado más de mil veces por estos pasillos, los conozco a la perfección, pero jamás había llegado a sentir esto que hoy estoy sintiendo. Es como un vacío en el pecho, una nostalgia que me carcome, algo que me hace pensar que será la última vez que los recorro aunque antes no me había percatado de lo que tenía. El sol ya se posó por todo Daechwita anunciando que la mañana a llegado, se supone que tengo algo muy importante por hacer, pero me encuentro tan desanimado que ya no se me antoja nada. Mis pasos no son los mismos de siempre, vagando en pensamientos, y una corazonada que me empuja hacer lo correcto por vez primera. Desde que se amaneció, Adrianna me ha rogado de muchísimas maneras para que no cometa una locura; en estos momentos me persigue angustiada, desesperada porque pronto se terminará el corredor, y no habrá logrado hacerme recapacitar.
Ella no sabe que mi meditación no es precisamente para cortarle la cabeza a Tae Hyung, ese Rey de pacotilla no es tan importante como para que me tenga en este estado de somnolencia. Realmente no la estaba escuchando, y al darse cuenta de ello, me sujeto del brazo haciéndome detener. Con gesto de retrasado me volteé a mirarla, la chiquilla tenía los ojos húmedos, con una expresión que solo denominaba exasperación... ganas de abofetearme si llegase a ser necesario.

-Yoon Gi reacciona te lo pido- me tomó de ambos brazos y como si no fuera dueño de mi propio cuerpo, deje que me sacudiera- Esto es un enorme error, no puedes dejar a Daegu sin Rey, ¿Qué hago para que me?-

-¿Por qué eres tan hermosa?.

Dicho ello, la ojiazul arrugó el entrecejo confundida- ¿Cómo?- me miraba fijo, así que lleve acompañar lo dicho tomándola por las mejillas.

-Adrianna, prométeme que te cuidaras y lo mismo harás con nuestro hijo.

-¿Por qué me estás diciendo eso, si tú estás con nosotros?- ignoré su duda para enseguida besar su frente. La atraje hacia mi, contra mi pecho, envolviéndola entre mis brazos- Yoongi, ¿Qué ocurre contigo? Pareciera que te estuvieras despidiendo de mi, ¿Acaso me vas a dejar sola criando a nuestro bebito?- buscó mi mirada, y al entregársela, la solté un poco para colocar ambas manos encima de sus hombros.

-Solo prométemelo, Adrianna- insistí, deseaba escucharlo de sus labios- ¿Me prometes que se cuidarán? ¿Lo harás?- no comprendía mi actitud, su gesto la delataba, aún así ella asintió.

-Te lo prometo- enseñó su mano sellando el juramento- Nuestro hijo y yo estaremos bien, no te preocupes- acarició su vientre todavía plano. Sonreí más tranquilo- ¿Ahora sí me vas a decir por qué te estás comportando de este modo? ¿Qué sucede?- acunó mi rostro entre ambas manos- Me asustas Yoongi, ¿Todo está bien?- se me libero un suspiro, lo cierto es que ni yo sé lo que me está pasando. Desvíe la conexión que teníamos, no pude encontrarle respuesta a su pregunta, por eso la azulada se colgó de mi cuello besándome dulcemente. Correspondi estrechándola aún más, sin querer soltarla...- Te amo, Min Yoon Gi. Te amo- su confesión repentina, con cachetes sonrojados, ocasionaron que mi corazón brincara de una manera que nunca creí; parpadee seguidamente, no lo podía creer.

¿Adrianna me ama? ¿Será cierto? ¿Por fin alguien siente amor por mí?.

-Tu me..

-Majestad- uno de mis soldados más jóvenes, conocido como Li Jung Won y perteneciente a la élite guerrera, se colocó firme chocando su puño contra el pecho- Pido permiso para hablar.

-Habla- permití.

-Ya todo está listo como usted lo ordenó, señor. El Rey Kim Tae Hyung de la aldea Daegu se encuentra preparado para ser decapitado, solo se espera de su alteza-

Al volver a mirar Adrianna, ella sacudió su cabeza pidiéndome que no lo hiciera.

-Ya voy para allá. Retirate-

≠Daechwita≠ Terminada•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora