Capítulo 1

83 12 13
                                    

Hacía mucho tiempo que Abril Grey y Evan Parker no eran capaces de permanecer juntos en la misma habitación sin agredirse uno al otro con brillantes planes de ataque previamente fraguados

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Hacía mucho tiempo que Abril Grey y Evan Parker no eran capaces de permanecer juntos en la misma habitación sin agredirse uno al otro con brillantes planes de ataque previamente fraguados. Ninguno recordaba con exactitud cuánto, porque ni siquiera se trataba de años o décadas, sino de siglos enteros desde que la guerra entre sus respectivos bandos había dado comienzo tras el ataque masivo hacia los Sangre Blanca.

Sin embargo, ahora que un tratado de paz se había establecido entre los dos ejércitos, no les quedaba de otra que visitar el territorio enemigo varias veces a la semana para entrenar con el objetivo de estar listos cuando Tsitsimilt volviera a la vida. Pero si había un motivo por el que estaban reunidos junto a varios de sus hombres en la sala de armas del palacio Iztac en aquella mañana de enero, no era ese, ni siquiera parecido, sino que organizaban a última hora la búsqueda de la desaparecida Audrey Williams, a quien ni su protector había logrado hallar desde hacía ya varias horas.

Darren, Morgan Phillips, la rastreadora Lilla Murillo, Dominik Parker y Oliver Grey encabezaban la brigada, sin embargo, eran Abril y Evan los que coordinaban a sus hombres en el palacio para hallar a la mortal lo más pronto posible.

—Reúnan un grupo de rastreadores que peinen el bosque completo, no quiero ni un centímetro sin inspeccionar, ¿entendido? —solicitaba Evan al Iztac que solía tomar el lugar de Dominik como su mano derecha cuando este no se encontraba disponible.

—Claro, señor —respondió, antes de dirigirse hacia donde varios Iztac de menor rango yacían esperando sus órdenes.

Junto a Evan, Abril caminaba también dando indicaciones a sus soldados, pero a comparación de él, ella las profesaba a voz de grito:

—¡Organicen un equipo de Cazadores que busquen a la mortal en las casas de todos sus allegados! Más les vale ser cautelosos o no respondo por las consecuencias que les traiga la más mínima imprudencia que cometan. ¡Y quiero a alguien que se ocupe del cuerpo de Rolland Carson! —El Cazador que venía junto a ella tomando nota de sus órdenes asintió, mas no se retiró de inmediato, por lo que la chica lo miró con los ojos entrecerrados, llena de rabia—. ¿Qué esperan? ¡Muévanse, que no tengo todo su tiempo!

El Cazador asintió sin ser capaz de contener el temblor en su cuerpo.

—S... Sí, mi capitana —balbuceó, antes de alejarse con rumbo hacia la plancha del palacio, donde los suyos estaban apiñados.

Al ver que Abril Grey seguía siendo la misma mandona de siempre, Evan no pudo evitar poner los ojos en blanco. Sí que le daba lástima el miedo que provocaba en su ejército, pero tampoco podía dejar de admirar en secreto a una mujer tan suspicaz a la que nadie podía ni pensar en llevarle la contra.

Reencarnación II: El MitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora