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Sasuke salió de su habitación molesto con Itachi siguiéndolo como una sombra, Ino podía escucharlos discutir desde la planta baja pero ella ya había aprendido que meterse en las discusiones de los Uchiha era una terrible idea así que optó por seguir con la mirada fija en si libro.

-Es tu madre, tienes que reunirte con ella.

-¿Enserio?...por qué de la nada vienes aquí y me pides que le dé una oportunidad, no se supone que nos fuimos por una razón, a ella nunca le importamos, ¿Por qué habría importarme el hecho que está muriendo?

-Por qué no quiero que seas como yo, por esa razón.

-Bien, pues no lo haré y tampoco seré como tú, si por ella hubiera sido yo habria muerto de hambre mientras ella disfrutaba de una buena dosis de droga, Itachi a ella no le debo nada, no me obligues a hacerlo, no me interesa nada que tenga que ver con ella.

Sasuke salió de la casa después de decir aquello, furioso con con sentimientos encontrados el encendido su más reciente adquisición, un BMW i8 negro regalo de su hermano, Sasuke arranco el audio y a toda velocidad se alejó de la mansión a la que se habían mudado hace apenas un par de meses.

A los hermanos Uchiha les había cambiado la vida radicalmente despues de llegar a la meta impuesta por la élite, Itachi se habia ganado la confianza de varios magnates y gracias a ello la cuenta bancaria de Itachi estaba a tope.

Los problemas de dinero habían quedado en el pasado junto a su antigüo departamento...lugar al que Sasuke se aferraba fervientemente y visitaba casi a diario pues la necesidad de ver a Naruto lo agobiaba cada noche antes de dormir.

Sasuke espero afuera del edificio hasta que el tío alcohólico de su joven amigo salió tambaleándose de un lado a otro, Sasuke lo maldijo en cuanto lo vio cruzar la calle en dirección a dios sabe dónde dónde, una vez que se perdió del perímetro visual del Uchiha este defendió de su auto y entro al edificio.

Las puertas del elevador se abrieron en su antiguo piso, Sasuke camino por el pasillo hasta que llegó a la puerta del departamento de Naruto, tocó un par de veces y espero a que el niño abriera.

Su corazón se estrujó al ver el estado en que se encontraba Naruto, nuevos y más grandes hematomas cubrían los anteriores, sangre seca en ambos orificios de su nariz, el labio roto y un par de heridas en uno de sus brazos.

-Hoda...Sosuke.- apenas y podía hablar, él Uchiha pudo notar lo mucho que le dolía hacerlo, las cosas no podían seguir así, él tenía que hacer algo o de lo contrario el niño no llegaría a su décimo tercer cumpleaños.- hoy no quiedo salir, mi tío me dió un feo castigo, él dijo que soy una niñita y como una niñita me haría gemir, Sosuke...mi tío trajo a sus amigos y ellos también me castigaron, me duele mucho Sosuke.- Naruto comenzó a llorar y a paso lento se aproximo a Sasuke quien no le pudo negar el abrazo.

Sasuke comprendió de inmediato lo que el tío de Naruto le había hecho está vez, el estómago se le revolvió, la irá lo invadió al sentir como el pequeño y escuálido cuerpo de Naruto temblaba contra el suyo.

El Uchiha menor nunca había llorado en su vida pero el ver a Naruto en tal condición le obligó a derramar más de una lágrima y es que no podía entender como una criatura tan inocente como lo era Naruto tenía que sufrir tanto...Sasuke no era religioso pero pensaba que tal vez si podía existir un ser bondadoso que protegiera a las almas puras como la de Naruto pero justo en ese momento él aniquiló la idea de su mente pues era claro que no había un dios.

Era como si la cordura que él llegó a pensar que tenía y de la que Itachi carecía se hubiera ido al carajo.

-Naruto...es hora de dejar este maldito infierno, tú vendrás conmigo, no permitiré que pases otro día más en este lugar.- Sasuke se inclinó para después levantar a Naruto del suelo, lo cargo como si fuera un bebé, con mucho cuidado lo coloco en el asiento de copiloto de su auto y con una idea en mente puso en marcha su auto en dirección a su casa.

La Secta Where stories live. Discover now