35. Capítulo final

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— Me gusta como tienes el cabello.- Lucia bajó la mirada con una sonrisita de vergüenza, Amity lograba hacerla sonrojar con cualquier comentario.

— Gracias.

— En serio, es mucho más sexy.- bromeó ella con una sonrisa divertida —. Mejor que ese cabello de coco que tenías.

— Y... Ahí está. - rió Lucia, ambas tenían risas silenciosas —. Intenté conseguir un color oscuro, ya sabes, para no resaltar mucho.

Ambas se quedaron un poco colgadas en la mirada de la otra,  y a pesar de que la peliverde entrecerrara los ojos, Lucia aún podía ver el universo teñido de dorado que ocultaban sus rendijas.

— Me parece una buena idea. - volvió a hablar Amity, sólo para rellenar el silencio que parecía querer robarles el tiempo —. Yo no hubiera pensado diferente.

— Porque pensé en tí mientras lo escogía.

Eso le arrancó una sonrisa a Amity, que por impulso alzó su mano hacia su chica, Lucia la imitó, posicionando su palma sobre el contorno de la mano de la contraria. A pesar de ser pequeña, Amity poseía unas finas y largas manos, producto de haber sido pianista en su adolescencia. Sus uñas recortadas al raz brillaban bajo la luz blanquecina.

Ambas sintieron el contraste de su temperatura corporal sobre la fría superficie ajena. Un poco de la pequeña y cuidada felicidad que mantenían se escurrió fácilmente delante de sus ojos.

Lucia suspiró bajando la vista y sin apartar la mano. De repente era consciente de la distorsionada voz de su novia, del barullo a su alrededor y del ambiente en el que se encontraban.

— Amor... - Amity inclinó la cabeza para ver su rostro.

— No, enserio, hay que hacer algo.- susurró la morena. Amity rodó los ojos.

— Sabes que...

— ¡Pero algo tiene que funcionar! .- exclamó removiendose en su lugar.

— Te prometo que algo se nos ocurrirá, pero aún es muy temprano, Lu. - suspiró apoyándose en su palma. —. Por hoy, disfrutemos año nuevo, ¿si?

Lucia suspiró bajando los hombros.

— Si.

Disfrutar…

Amity sonrió sin muchas ganas, observando cómo su novia raspaba la madera de la mesa con sus uñas.

— Te traje un regalo de navidad.- soltó Lucia, luego sacó de su chaqueta un sobre blanco.

Bajo miles de ojos, la dejó sobre la mesa, ella miró la carta con curiosidad.

— ¿De quien es?

— De tu abuela. - la vió fruncir el ceño —. Te manda saludos desde Seúl, dice que dejes de dar vueltas y la vayas a visitar de una vez.

Amity rodó los ojos.

— Dile que ya iré, que todavía no termino mis asuntos aquí.- descartó con facilidad —. ¿Te acomodaste ya a tu empleo?

La morena había comenzado a trabajar en un banco, en la parte de seguridad informática y manejo del personal especial. Realmente se había sacado la lotería con el puesto.

— Por supuesto que si. - le guiñó un ojo —. Sabes que adoro manejar el dinero.

— No vayas a meter la pata otra vez.- la miró seria, luego le devolvió el gesto.

— Aguafiestas.

— Inmadura.

— Amargada.

— Infantil.

— Ay, ya basta. - se cubrió las orejas Lucia, Amity quiso darle un golpe.

— Digo en serio, es un buen trabajo, no lo eches a perder. - retomó el tema.

— Claro que no, amor. - dijo segura de si misma —. Voy a ahorrar por bastante tiempo y entonces podremos...

— Luz. - la interrumpió ella, la nombrada agitó las manos e intentó formular alguna respuesta, luego se rindió y golpeó los puños sobre la mesa levemente.

— Tengo impotencia. - terminó por zanjar.

— Si, se nota. - comentó ella.

Su voz se redujo a un zumbido y Lucia supo que su tiempo se había acabado, que el corto tiempo que le daban para probar la felicidad al lado de Amity ya no existía, soltó un gruñido tomándose el cabello y estampó el auricular del teléfono contra la mesa.

— ¡Mierda!

Amity tiró su cabeza hacia atrás con rabia, exclamó algo que Lucia no pudo oír pero que leyó de sus labios como una protesta.

Los guardias de seguridad se acercaron a ella para llevársela, como todos los meses. Amity no se fué sin resistirse un poco, inclinándose sobre el vidrio y gesticulando un te amo con las manos sobre la superficie.

— Yo también te amo. - respondió Lucia imitandola, pegándose al vidrio y siguiendo su mirada hasta el último segundo en el que la pudo ver.

Se quedó unos segundos más sentada ahí, con la inútil esperanza de que la dejaran conversar un rato mas.

— Niño... - el policía le palmeo el hombro, conociendo las costumbres de la chica.

— Es año nuevo, ¿Ni siquiera quince minutos más? .- se quejó ella, mirando como el hombre negaba —. Qué desgraciados.

Sin mas se levantó, dejando el sobre en la recepción para que se lo entregaran a Amity después de un riguroso análisis.

Recorrió el pasillo húmedo de la prisión de alta seguridad hasta salir al estacionamiento, al pasar por el control volvió a analizar casi con precisión quirúrgica la manera en que la palpaban y revisaban. No era nada nuevo.

Se sentó en el capó de su auto y sacó un chupetín que se llevó a la boca, guardando el envoltorio. Fumar nunca se le había vuelto a pasar por la cabeza.

Observó con recelo la penitenciaria, pensó que tentador se le antojaba entrar con una gran metralla y sacar a Amity de ahí. Luego se recordó a si misma que probablemente no hiciera ni dos metros antes de que su cabeza rodara por el cadalso.

Recordó las palabras que Lilith MClean les había dicho la primera vez.

Si no quieren cooperar, hay una linda penitenciaria de máxima seguridad a unos kilómetros de aquí, y estarán felices de recibirlas.

Al final, nada de eso había importado mucho, porque de todas maneras habían terminado las dos ahí, encadenadas de una u otra manera a esa prisión.

Porque aunque no lo supiera, Lucia era una más de sus prisioneras, que volvía mes por mes a su tortura rutinaria de ver al amor de su vida al alcance de su mano, pero… Imposible de recuperar.

— Feliz año nuevo. - dijo con ironía antes de arrancar el motor y largarse de ahí.

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Lloren conmigo, escribí esto a la noche, a ya me ven a mi ahí como una magdalena llorando a las 3 am por mis pobres chicas que arriesgaron todo, y no pudieron tener su propio final feliz.

Pero nadie en esta historia fue bueno, todo es cuestión de perspectiva.

Gracias por leer y por acompañarme a lo largo de este fic ✨❤️

Y recuerden, nuestras chicas siempre tendrán vida mientras las sigamos leyendo.

Bye!

Nuevo Plan || TOH AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora