Dia Seis.

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Dia Seis: BDSM/Positions

Estaba más que excitada en aquella clase conferencia, sentía como su interior tenia bañaba con sus jugos aquel objeto estaba haciendo estragos en su mente y en sus piernas, podía sentir como subía y bajaba de nivel las velocidades que tenía aquel aparato.

Sus manos hacían puños en aquel abrigo que llevaba, su celular comenzó a sonar y tomo.

—B-Bueno —dijo la joven algo agitada.

—Gatita —susurró una voz ronca que reconoció la joven haciéndola morder su labio—, al parecer te diviertes mucho pequeña.

—M-mi señor... por favor deténgalo, en pocos minutos se reanuda la conferencia.

—No —bramó este serio pero sensual—, es tu castigo por lo de ayer pequeña... ¿lo entiendes verdad? ¿Sabes por que te ganaste ese castigo?

Rin solo sintió como aquella bala comenzaba a subir de nivel su vibración haciéndola cruzar mas sus piernas.

—Si señor —comentó en voz baja.

—Por lo tanto, se debe...

—Aceptar la disciplina —comentó en susurró mientras regresaba su vista hacia un hombre de cabellera blanca que estaba hablando por teléfono.

—Apenas acabe te quiero en mi escritorio desnuda y con los tacones —comentó este casi gruñendo.

—Si Amo.

El auditorio apago sus luces y el monitor mostro varios cuadros de la obra Hamlet y a su vez un hombre de aire siniestro y hermoso subía a la tarima con sus manos hecha puños por lo que Rin abrió los ojos al saber lo que escondía en ellas, al parecer el su Amo seguía molesto y debía aceptar la corrección. Toda sumisa sabia que ante aquel acto había un placer que solo ella y su amo entendían.

Rin Suzuki siempre se había caracterizado por el aura cálida que brinda y mas al mostrarse de carácter fuerte con esa sonrisa inocente, mas lo que nadie sabía; incluso ni ella misma; fue que su alama era la de una hermosa sumisa en las manos correctas de un Dom, y ni ella espero que lo fuera el profesor que Taisho que se encontraba jugando con ella mientras daba una conferencia sobre el la popular frase de " Ser o no ser" de Hamlet siendo protagonista la joven Ofelia, el personaje femenino con destino trágico ante un amor de locura.

La joven miro al frente topándose con los ojos dorados de su profesor que la miraban serio mientras reanudaba la conferencia y comenzaba otra ves su exquisito martirio.

Pues nadie de los presentes había notado que el serio e imponente profesor Taisho estaba jugando con su celular mientras pasaba las diapositivas de su presentación y por supuesto que nadie sabia que el ardor implacable que aparecía en las piernas de Rin eran un castigo puesto por su amo y señor a su sumisa.

[...]

Los muslos de Rin estaban mas que rojos, un hermoso y delicado rojo cubría aquellas posaderas de la joven que se encontraba con su cuerpo desnudo solo con unos ligueros y un aparatito rosado que se podía ver en su interior.

La joven se encontraba sobre las rodillas de aquel imponente profesor que todos tenían miedo, ahí estaba el dándole placenteros azotes a la joven con látigo pequeño de cuero. Su rostro estaba rojo y con rastros de lagrimas de placer en ellos, eso era lo que buscaba su amo, sus lagrimas de placer y castigo ante la osadía de esta.

Sesshomaru por otra parte se encontraba serio peor su aura desprendía excitación que le provocaba ver a la bella sumisa que tenía en sus rodillas, amaba ver a Rin tan entregada, era una ejemplar sumisa, entregada, con un interior fuerte y maduro y un espirito de entrega digno de una sumisa, una sumisa que le estaba encantado más de la cuenta.

—Todavía hay un amplio camino que recorrer pequeña —comentó el hombre dándole masajes a los enrojecidos muslos de la joven.

Rin no contesto, su amo no le había dado permiso y ya no quería más castigo, el tener al objeto en sus piernas dándole placer sin llegar al éxtasis era una su castigo.

—Pequeña ¿estas de acuerdo en que a sido un digno castigo ante el desplante de ayer?

—Si mi señor —susurró esta despacio cuando su amo la soltó haciéndola saber que quería este.

Por lo que de prisa empinó su trasero pegando sus pechos al vidrio frio del escritorio dejando su intimidad rosa al descubierto frente a su señor. Sesshomaru vio como Rin acataba sus deseos sin siquiera hablarlo, era una de las lecciones que había aprendido rápido y estaba feliz ante ello.

Sin más este se levanto y bajo sus pantalones junto con su bóxer mostrando su virilidad erguida que clamaba por enterrarse en la joven y darle hasta que se levantara la piel por el roce.

Este como su miembro y comenzó a humedecerlo más con los fluidos de la excitación de la joven mientras tomaba su celular y aumentaba las vibraciones haciéndola sacar suspiros y jadeos.

—Sin ruidos —comentó este mientras le daba una nalgada—, si escucho algún sonido salir de tu boca te amordazare.

Rin se intento reprimir ante lo que su cuerpo deseaba liberar, peor debía manejarlo, su amo era dueño de su cuerpo y si el pedía debía hacerlo, e era su amo 24/7 y ahora esa presencia estaba mas que nunca.

Más Rin no pudo y dos nuevos gemidos brotaron haciendo enderezar al hombre haciéndolo sacar su corbata, sabía que Rin luchaba por cumplir, por ello amaba cuando esta caía, le daba el placer de castigarla y moldearla sin olvidar la naturaleza de esta.

Sin más cubrió la boca de la joven con su corbata mientras le quitaba el vibrador y la penetraba con fuerza haciéndola gritar con la corbata puesta, este gimió ante el cobijo de las paredes de eta, lo amaba y deseaba más, por lo que tomo a la joven fuertemente mientras amasa sus pechos con violencia mientras esta era callada por la corbata y penetraba aun más profundo por él.

—Adoro tu interior —clamó este haciendo chocar su intimidad con las pompas de esta—, y espero que quede claro que a mi no me haces esos desplantes Rin, en todo momento soy tu amo, las veinticuatro horas y los siente días.

Este la penetro más rápido y más fuerte haciendo que estos llegaran pronto a la cúspide del orgasmo. Rin por otra parte disfrutaba y gemía ante el placer que se mostraba en su sudor y las lagrimas que comenzaban a salir.

—Y no olvides otra cosa más —finalizó este llenándola de su ser mientras ella llegaba al orgasmo antes negado—, tu eres mía al igual que yo soy tuyo.

Sin más beso el cabello de esta mientras Rin se acostaba en su pecho relajándose y besando las manos de este que estaban en sus senos sonriendo.

—Gracias mi señor.

—Gracias a ti pequeña.








Espero les guste mis pequeños, ya saben que cualquier duda, queja, lloro o lamento a mis redes y no se olviden de la estrella y comentario. 🌟🌟💜💙

Nos vemos en las tiras cómicas.
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