El Prisionero De La Bestia [Harco/Drarry]

Capitulo catorce

- ¿Él te dijo como romper el hechizo? -

Harry prefirió no decir nada, se había prometido a si mismo decirle la verdad a Draco, pero no quería decirle esa parte. No quería asustarlo o poner una responsabilidad que no le pertenecía en sus hombros.

No quería que Draco se sintiera obligado a enamorarse de él. Quería que Draco lo amara, sin necesidad de decirle la solución a su terrible estado.

Cuando Harry no respondió, Draco tomó su silencio como una respuesta negativa y acarició la mano de Harry en forma de consuelo.

- No importa lo que hayas hecho en el pasado, yo creo que cambiaste, creo que eres mejor ahora. -

Sus palabras salían solas mientras miraba la mano de Harry debajo de la suya, la mano de Draco era pequeña y delgada a comparación, pero el tacto de su piel hacia que sintiera una paz reconfortante dentro de su pecho.

- Tú me cambiaste. -

Por primera vez en mucho tiempo, las palabras de un hombre hicieron sonrojar a Draco, que rápidamente intentó ocultarlo girando la cabeza al lado contrario de donde estaba Harry.

- Quiero ser mejor. -

- Ya lo eres. -

Se atrevió a mirar a Harry a los ojos una vez más y aunque sus ojos parecían pequeños y su máscara no dejaba ver mucho de ellos, Draco se sintió tranquilo al ver esos ojos verdes.

Su mano libre fue a parar a la mejilla de la máscara y todo fue silencio. Draco llevó sus dedos al borde de la máscara, para quitarla, pero Harry tomó su mano, impidiendoselo y entrelazando sus dedos con los de Draco.

Draco no dijo nada, quería ver el rostro de Harry, quería saber como se veía su nuevo amigo, pero si él no quería mostrarle su rostro él lo respetaría, esperaría hasta que Harry confiara lo suficiente en él. Por ahora simplemente se dedicó a disfrutar del contacto de las manos grandes con las suyas.

En el pueblo alguien tocó con fuerza la puerta mientras Pansy estaba preparando la comida, ella dejó todo para ir a abrir la puerta, Blaise había llegado hace poco, molesto de nuevo por no poder encontrar a Draco.

Desde que Draco había accedido a quedarse con lo que Blaise describía como una bestia, todos los días salía temprano y regresaba tarde o a veces no regresaba en días.

Pansy estaba preocupada por su esposo, pero también lo estaba por su amigo, Draco era de la familia y se había convertido en su mejor amigo en los meses que vivieron juntos.

- ¿Si? -

Del otro lado de la puerta, un hombre alto y andrajoso sonreía.

- ¿El señor Zabini está aquí? -

- ¿Para que lo busca? -

Pansy tenía un mal presentimiento y la sonrisa de ese hombre le ponía los pelos de punta.

Recordó a Gaunt semanas atrás, había llegado preguntando por Draco, cuando Pansy le dijo que no estaba, sin contarle nada de la supuesta bestia, Marvolo se había ido con una sonrisa en el rostro dejando a Pansy con unos nervios incontrolables desde ese día.

Después de eso, había venido a preguntar varias veces por Blaise, pero hasta ahora había tenido la suerte de nunca llegar cuando Blaise estaba en casa, pero al hombre frente a ella jamás lo había visto.

- Oh, para nada importante ¿Sería tan amable de llamarlo? -

- Mira, no sé quién te crees que eres, pero te advierto que si no te vas ahora, te voy a meter la escoba por el -

- ¿Pansy? -

La voz de su esposo la hizo callar. Blaise bajaba las escaleras con una venda en su pierna, se había herido la última vez que había ido a buscar a Draco, pero eso no lo detendría por mucho para continuar con su búsqueda.

El castillo no aparecía, Blaise recorría los mismos caminos una y otra vez, pero el castillo parecía haber desaparecido de la noche a la mañana. Algunos días se preguntaba si eso había sido real o solo un sueño, pero al no ver a Draco, recordaba que era real y debía rescatarlo del peligro igualmente real.

El hombre vestido de negro entró a la casa empujando a Pansy con el cuerpo. Pansy y Blaise se enfurecieron, pero ninguno pudo decir nada cuando el hombre frente a Blaise lo tomó del brazo.

- Tendrá un pase gratis a nuestro manicomio. -

- ¿¡De qué carajos esta hablando!? -

Pansy estaba verdaderamente molesta, pero dejó de hablar cuando varios hombres fuertes entraron por la puerta para tomar a Blaise.

- ¿Qué? No, déjenme en paz. -

Blaise intentaba soltarse y Pansy veía con horror como sacaban a su esposo de casa para llevarlo a una carreta, ella gritaba pidiendo ayuda y que soltaran a su esposo. En cualquiera otra ocasión no habría dudado en toma su escoba y moler a los hombres a golpes con ella, pero la situación era diferente, ella estaba embarazada, cualquier mal movimiento y el bebé o ella misma podría sufrir de heridas incurables o peor.

Pansy vio a Marvolo Gaunt en la puerta de su casa, viendo como se llevaban a Blaise con una sonrisa arrogante en el rostro.

- Gaunt, tienes que hacer algo, no puedes dejar que se lleven a Blaise. -

- Oh bella Pansy, me encantaría, pero no puedo hacer nada, a menos que me digan ¿Dónde está Draco? -

- ¡Dilo de nuevo Zabini! ¿Dónde está Draco? - Pansy escuchó la voz irritante de Peter Pettigrew.

Todo el pueblo rodeaba su casa, viendo con curiosidad o burla como Blaise era arrastrado hasta una carreta directamente al manicomio.

- ¡No estoy loco! ¡Deben creerme! ¡Draco está en peligro, Draco está con una bestia! -

Una carcajada grupal hizo a Pansy enfurecer, esos idiotas se burlaban de su esposo.

- ¿Dónde tienes a Draco, Zabini? ¿Por qué lo hiciste desaparecer? -

La voz de Gaunt sonó burlona.

- ¿Acaso descubriste que ese niño no es tuyo? -

Un hombre señaló al vientre abultado de Pansy mientras todo el pueblo soltaba una carcajada, la risa ruidosa de Gaunt fue la que hizo que Pansy empezará a temblar.

Pansy sintió su cara ponerse roja de rabia al mismo tiempo que apretaba sus puños y temblaba del coraje. Se giró sobre sus talones y le dió una buena cachetada a Gaunt.

Todo el pueblo guardo silencio entonces, todos veían con sorpresa a Pansy, Gaunt giró su cabeza para verla con una ira que pocas veces se veía en él.

- ¡Tendrían que encerrarte con él también! Da gracias que el bastardo que llevas adentro te salvó de eso. - Marvolo se giró hacia el pueblo. - ¡Vámonos! -

- ¡Blaise! -