Capitulo ocho

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— ¿Por qué tarda tanto? Le dije que bajara. — La voz de Harry retumbaba por la habitación, claramente molesto. Ron y Ginny, que estaban frente a él, temblaban levemente cada vez que Harry levantaba la voz o se escuchaba molesto.

— Trata de ser paciente Harry, el chico perdió a su familia y libertad en un solo día. —

Harry gruño debajo de la máscara que cubría su cara y empezó a dar vueltas en círculos por la sala.

— Harry ¿No has pensado que tal vez sea él el que rompa el hechizo? — Ron preguntó en voz baja.

— Claro que lo pensé, no soy idiota. —

Ginny puso los ojos en blanco sin que Harry la viera.

— Bien, él se enamora de ti y tu de él ¡Y seremos humanos a la media noche! — La emoción y alegría era obvia en su tono de voz.

— Las cosas no son así de fáciles Ron, tiene que ser verdadero amor o no va a funcionar. —

Harry soltó un suspiro y finalmente detuvo su caminata en círculos, se sentó en la silla que le correspondía apoyando sus codos sobre sus rodillas y sus manos en sus mejillas.

— No se para que me molesto, eso nunca va a pasar. En unos meses será mi cumpleaños número veintiuno y si para ese entonces él no me ama, todo se habrá perdido. —

— No digas eso Harry, con él aquí verás que todo va bien. —

— Es inútil, él es precioso y yo solo soy un monstruo. —

De nuevo su voz pasó de ser triste a una llena de rabia. Harry apretó fuertemente sus puños, estaba molesto, pero no con Draco o Ron o Ginny. Estaba molesto con si mismo, por poner en esa situación a sus amigos y gente que siempre estuvo ahí para él.

Los estaban castigando también por algo que ellos no hicieron. Harry se culpaba todos los días, torturandose mientras se imaginaba lo que hubiera pasado si no se hubiera portado como un niño mimado aquella noche.

— Tienes que ayudarlo a ver más que eso. —

Su mirada cayó en Ginny y Ron, que lo miraban con preocupación. Ellos estaban más preocupados por Harry que por ellos mismos.

Cuando el hechizo cayó en el castillo, todos los sirvientes y personas que vivían en él, perdonaron a Harry y aceptaron su destino. Pero sabían que si la rosa perdía el último petado, en el cumpleaños número veintiuno de Harry, ellos dejarían de ser objetos encantados, para ser simplemente objetos sin vida, pero Harry se quedaría como un monstruo para siempre, completamente solo.

— No se cómo hacerlo. —

Ginny frunció el seño.

— Puedes empezar poniéndote más presentable, párate derecho. —

— Y se un caballero — Dijo Ron

— No lo asustes. — Continúo Ginny.

— Impresionalo con tu ingenio. — Ron se acercó más a Harry.

— Pero se tierno. — Ginny siguió a su hermano.

— Dale cumplidos. — Sugirió Ron.

— Pero se sincero. — Recordó Ginny.

— Pero más importante — Ron le dio una leve mirada a Ginny.

— Controla tu mal genio. — Dijeron los hermanos al mismo tiempo.

Harry bufo y acarició su nuca, no pensó que tendría que hacer todo eso para conquistar a Draco, pero podría intentarlo.

La puerta de la sala se abrió, rápidamente la mirada de Harry fue a ella, pero solamente vio a su amiga y sus nervios se dispararon hasta el techo.

— ¿Dónde está? — Su voz salió más suave de lo normal, por los nervios que le daban imaginar a Draco sentado junto a él.

En cambio Hermione río casi igual de nerviosa.

— Si, bueno — Hermione hizo una pausa y sonrió de forma tímida. — Él no va a bajar. —

— ¿¡Qué?! —

Harry salió corriendo de la sala, lo que era nerviosismo por estar frente a Draco ahora era enojo. Draco lo había rechazado, incluso cuando él intentó ser bueno. Harry pensó entonces que era un ingrato mal agradecido, él le ofreció comida y le decía que no ¿Qué más quería ese chiquillo?

Detrás de él, Harry podía escuchar los gritos de sus amigos, también podía escuchar que lo seguían con prisas, pero Harry no estaba de humor para echarlos.

Al llegar a la puerta de la habitación que ahora pertenecía a Draco, tocó la puerta con tal fuerza que la puerta tembló en su lugar.

— ¡Te dije que bajarás a cenar! —

— No tengo hambre. — Se escuchó la voz de Draco del otro lado de la puerta.

Su voz era fuerte y clara para que se le pudiera escuchar, aunque no llegaba a ser un grito. Se notaba desagrado sus palabras.

Ahora alguien contradecía a Harry, eso nunca había pasado, todos siempre lo obedecían ¿Quién se creía ese rubio para no obedecer a Harry?

— ¡O bajas a cenar o rompo la puerta! —

Harry estaba furioso, algo muy dentro de él le decía que debía calmarse o asustaría al chico del otro lado de la puerta, pero ese chico no parecía asustado, parecía decidido a enfurecer a Harry.

— Haz lo que quieras. —

Llevó ambas manos a su cabello y lo jaló como un niño pequeño haciendo berrinche. Se giró hacia sus amigos que estaban detrás de el, escuchando todo sin decir nada.

— Harry, trata de ser un caballero. — Dijo Hermione de forma calmada, aunque en su cara se veía que no estaba para nada calmada.

— Pero se está poniendo difícil. —

Alguien debería darle un premio, pues no gritar era algo que Harry no solía hacer, pero se estaba conteniendo lo mejor que podía.

— Se gentil. — dijo Ron casi en tono de súplica.

Harry suspiro, por segunda vez en la noche llevo su mano a su nuca y acarició su cabello con intenciones de relajarse.

Harry se giró hacia la puerta.

— ¿Quieres bajar a cenar? — Preguntó de la forma más amable que pudo mientras por dentro se moría de rabia.

— No. — Fue la respuesta de Draco, fuerte, concisa y clara.

— Intenta de nuevo, más suave. — Lo animó Hermione.

— ¿Me darías el gran placer de bajar a cenar conmigo? — Harry apretó los puños con fuerza.

— No, gracias. —

— ¡Bien, pues muérete de hambre! —

Harry explotó y casi pareció rugir de rabia. Se giró a sus amigos una vez más.

— ¡Si él no quiere cenar conmigo, entonces no cenará nada! —

Gritó y se fue corriendo por los pasillos, ese chiquillo era un mal agradecido ¿Quería verlo suplicar? ¿Quería verlo de rodillas, humillandose por él? Pues Harry no lo haría, no haría eso por alguien tan mal agradecido.

Harry jamás haría algo así por un chiquillo que no valía la pena.

Harry jamás sacrificaría nada por ese rubio, ni su dignidad, ni nada.

El Prisionero De La Bestia [Harco/Drarry]Where stories live. Discover now