El Prisionero De La Bestia [Harco/Drarry]

Capitulo dos

Draco entró hecho una furia a la casa de madera, maldiciendo por lo bajo y pateando una mesa que estaba cerca.

— ¿Marvolo de nuevo? —

Draco levantó la mirada para ver a una mujer frente a él, una chica joven, de su edad, con cabello negro y ojos verdes.

— No lo soporto. —

— Si yo fuera tu, me casaba con él, esperaría a qué muriera y me quedo con todo, de todos modos no parece que falte mucho tiempo para que ese quede más tieso que una piedra. —

El comentario hizo que Draco se olvidará por un leve momento del mal rato que había pasado y sonriera con diversión.

— ¿Cómo estás? ¿El bebé molesta? —

— Aún no, solo tengo dos meses. —

La mujer acaricio su vientre de embarazo mientras caminaba para sentarse en una silla con la ayuda de Draco.

— ¿Y Blaise? —

— Ya sabes cómo es el. —

— ¿Sigue trabajando en sus inventos? —

— Si, está seguro que hará un gran cambio algún día. —

— Tal vez lo haga. —

Blaise Zabini y Pansy Zabini, Parkinson de soltera, eran los mejores amigos de Draco. Cuando Draco quiso irse de casa, hace un tiempo, Pansy y Blaise fueron sus salvadores, que le abrieron las puertas de su casa y lo trataron como uno más de la familia. Blaise fue su compañero de aventuras por algún tiempo, hasta que conoció a Pansy.

Draco se había ido de casa con hambre de aventura, quería viajar, conocer el mundo y lo que habitaba en él. Con solo 19 años había ido a muchos lugares hermosos. Desde niño siempre quiso viajar y ser el protagonista de una aventura emocionante, como las de los cuentos que le leía su madre cuando era pequeño.

Bajó la mirada hacia el libro que aún tenía entre sus manos. Era un libro de historias de magia y aventura, no se les podía llamar cuentos del todo pues algunos tocaban temas que definitivamente serían difíciles de comprender para un niño, pero ese era uno de los libros que su madre le leía con tanto amor. Aún siendo muy pequeño su madre le enseño a amar la lectura, le enseñó que no había nada igual a un buen libro y una taza de té por las noches.

Pero cuando ya no tenía suficiente con los libros de aventuras, fue cuando decidió irse a vivir una propia. Conocía a Blaise desde niños, solían vivir muy cerca y siempre que podía, Draco se escapaba para ir a jugar con él junto a los animales. A Pansy la conoció en el pueblo donde ahora vivía.

Cuando se fue junto a Blaise a tener aventuras viajaron de pueblo en pueblo y de reino en reino, hasta que Blaise conoció a Pansy, demasiado rápido para el gusto de Draco, pues las aventuras de dos se acabaron. Blaise se casó con Pansy al poco tiempo de conocerla, Draco no iba a dejar a su amigo solo y con el tiempo se llevó de maravilla con Pansy, que parecía ser muy similar a Draco.

Después Pansy quedó embarazada y Draco se quedó junto a sus dos amigos para hacerles compañía, pues con Pansy embarazada no podrían hacer mucho. Blaise tenía un pequeño empleo, fabricaba máquinas y muchas otras cosas, que en su mayoría funcionaban, pero no eran la gran cosa, a él siempre se le dió bien hacer cosas con las manos. Pansy antes de estar embarazada solía vender fruta que ella cultivaba, pero Draco y Blaise le prohibieron hacer cualquier esfuerzo con el embarazo, a pesar de solo tener dos meses.

Draco no era muy bueno en las cosas del campo, pero de verdad lo intentó, ayudaba en lo que podía y en una de las cosas en las que ayudaba era llendo todas las mañanas a comprar lo necesario.