Capítulo 8

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(Narra Dana)

Era sencillo ganarse la confianza de aquella gente, excepto la de esa chica, Alina. Ella parecía la más lista de todo el equipo. Ella sabe que no debe fiarse de desconocidos, pero lograré ganarme su confianza.

No soy mala persona, simplemente busco formas de supervivir en esta mierda de mundo.

Me acerqué a ese chico con peinado de conejo, y le pregunté:

-          ¿Qué haces?

-          Intentar encontrar a un hombre en concreto – respondió concentrado en lo que hacía.

-          ¿Para qué?

-          ¿Por qué quieres saberlo?

-          No sé, curiosidad, siento que no me contáis algo – respondí.

-          Puede, pero si quieres saber algo sobre lo que está pasando, consigue que Alina nos dé el permiso para contarlo, no está contenta con que hayas entrado, y podría matarnos a todos, no lo dudo – respondió, pero luego se dirigió a Alina, con una mirada y con sonrisa de satisfacción - ¡Alina! ¡Lo encontré, ya podemos irnos!

-          Bien, ¿dónde? – respondió ella acercándose.

-          Espera… - tecleó unos botones raros, y su cara se puso pálida – va a dar un salto en el tiempo, o le seguimos y le paramos o estamos destinados a ser zombies como algo en la historia cambie, tal y como dijo Gabi.

-          ¿Zombies? – pregunté.

-          No podemos explicarlo ahora – cortó Alina molesta – vamos.

-          Pero antes – dije, tenía un plan para caerle mejor a Alina.

Cogí a Alina y a Elena, y las tiré fuera de la caravana.

(Narra Alina)

Dana nos tiró a Elena y a mí fuera de la caravana, y yo grité:

-          ¡¿Qué cojones te crees que haces?!

-          De nada – sonrió ella – hasta que hagáis las paces no nos moveremos.

-          ¡Se nos va a escapar! – grité colérica.

-          No, no lo hará – dijo ella – Fey consiguió retener el portal cerrado por dos horas. Tenéis menos de dos horas para hacer las paces, nosotros nos alejaremos para que tengáis intimidad.

-          ¡¿Pero qué intimidad ni qué mierdas?! – grité - ¡déjanos subir, no tengo nada que arreglar con ella! ¡La dejaré en el medio del monte!

-          Haz lo que creas conveniente – se encogió de hombros ella – vendremos a recogeros en una hora.  

La puerta de la caravana se cerró con nosotras fuera, y se alejó. Cuando ya no la vi, miré a Elena y dije:

-          ¿Desde cuándo lo tenías planeado?

-          Yo no tengo nada que ver.

-          Y ahora voy yo y me lo creo – me burlé.

-          No te lo creas.

-          Bien – extendí mis brazos abarcando todo los árboles y todo lo que había a nuestro alrededor – ahora no tengo escapatoria, dime todo lo que quieras decirme.

-          Alina – empezó ella – somos mejores desde hace un año, sé que me pasé, y ya te pedí perdón como unas… ¿Mil veces? Bueno, es lo mismo, sé que no debía mencionar a tus padres, lo siento, fue en un momento en el que estaba enfadada, sabes que me molesta que pienses cosas que no son verdad.

Apocalipsis zombie © 2015 | Inazuma Eleven GoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora