La vida....
¿Qué es la vida?
La vida es un estado de satisfacción en el que el individuo no solo existe, otros consideran que un requisito para la vida humana es la razón. Es ésta la que nos distingue del resto de los seres vivos. Pero para mí, la definición cambia, la vida es una mierda, muchos dicen que la tierra es el infierno donde vienes a sufrir, basicamente es tu infierno. Lo era para mi. Cada quien tiene su infierno personal, el mio eran mis padres, su obsesión por lo correcto y lo incorrecto, el negro y el blanco, sin darse cuenta que al combinar la luz con oscuridad existía también el gris.
Esta era la segunda pelea que tenia con ellos, solo que esta vez termine con mis pertenencias en la calle y la puerta estrellada en la cara, esta vez no hubo castigos tontos, charlas motivadoras o incluso visitas con un psicólogo, solo me hecharon como si de un perro se tratase, uno que habían adoptado por que era lindo y pequeño que al darse cuenta que seguia creciendo desecharian.
No sabia a donde ir, sin embargo sabia que no les rogaría por volver a esa casa.
Tome mi unica maleta que reposaba en el piso y me dispuse a caminar sin rumbo fijo.
TIEMPO ACTUAL
- ¡Camille!, ¿dónde carajo estabas?- preguntó mi hermana, estaba esperándome en casa donde vivíamos solo ella y yo. Ella tampoco tenia una buena relación con mis padres, ellos querían que ella se dedicase a ser una buena esposa y madre, como mi madre, solo que aquélla no era buena.
-Lo siento, estaba en mis practicas, el hospital es un caos ahora que el administrador renunció - dije un poco cansada, me dirigí a la cocina para comer algo - están buscando uno nuevo, tal vez debería de dejar su currículum Licenciada Claudel - dije en forma de burla y con una sonrisa en mi rostro.
- En tus sueños, no podria verte tanto tiempo - respondió, lo que ocasionó que nos rieramos de su comentario, tenia razón, nos matariamos en el primer día - aparte que mi hotel esta mejorando, estoy dejando mi vida ahí- Mi hermana era dueña de un hotel, era uno de los mejores, no estaba mal, yo misma trabajaba ahí cuando tenia tiempo, es horrible trabajar para ella, me explotaba. - Iré con Eric hoy, hará una cena, no me esperes.
- No iba a hacerlo - le respondí mientras tomaba una manzana y la mordia, ella se rió y salió de la cocina directo a la sala, la seguí pero mi dirección era otra, mi cama.
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El sonido de mi alarma logró despertarme, por más que buscaba un timbre cálido que no me pusiera de mal humor en las mañanas no lo encontraba, todos los terminaba odiando. Salí a regaña dientes de la cama para ducharme e irme al hospital donde estudiaba. Llevaba ahí un año, lo que quiere decir que cursaba mi segundo semestre en enfermería, el sanatorio era estricto mis padres me habían metido ahí para que me "controlarán" por mis malas conductas o así le llamaban a mi lesbianismo, esta demás decir que ahí te castigaban por esa clase de conducta, aunque pensándolo bien para ellas todo era una mala conducta, el llevar tu cabello de un color que no fuera el natural, con respecto a eso, soy Albina, cuando llegue ellas creyeron que tenía teñido mi cabello blanco, ¿Quien tiñe su cabello blanco?, aparte, ¿Como no se dieron cuenta? Parezco un vampiro, los ojos azules, pestañas blancas, el cabello y la cejas del mismo color, cariño es más que obvio, pero todo lo tomaban mal, todo era una falta de respeto, las faldas, los escotes, el tono de voz elevado, una vez me gane un llamado de atención por que mis zapatos llevaban una mancha, el sanatorio debió haberse llamado " señorita perfecta" como decía mi hermana. Sin embargo, decidí quedarme en el, tenia muy buena reputación, imposible de pagar, pero saldría con trabajo seguro.
