Historias Cortas

Te fuiste

Este es mi primer One-shot, es cassarian y esta basado en la canción "Fourth of July" (la que está arriba)

Advertencia de Angst y Song-fic

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Varian estaba bien vestido en el altar, era el día de su boda. Las puertas se abrieron, mostrando a Cassandra en un vestido blanco como la nieve. Ese día era un día muy especial para ambos. Ella se dirigía, acompañada de su padre, hacia su dirección. Ambos se perdieron en la mirada del otro, era como un sueño hecho realidad. Se tomaron de las manos, y frente al sacerdote, dijeron sus votos.

- Yo, Varian, te recibo a ti, Cassandra, como esposa y me entrego a ti y prometo serte fiel en lo próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad, y así amarte y respetarte todos los días de mi vida.

- Yo, Cassandra, te recibo a ti, Varian, como esposo y me entrego a ti y prometo serte fiel en lo próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad, y así amarte y respetarte todos los días de mi vida.

Después de haber dicho esto, sus labios se juntaron para sellar está unión. Los aplausos de los presentes resonaron en el fondo, también había alguno que lloraba de felicidad, como Rapunzel.

De pronto, todo se oscureció para Varian. Sobresaltado se sentó en la cama, eso había sido un sueño, o mejor dicho, un recuerdo. Miro a su alrededor y entonces noto el espacio vacío a su derecha. Rápidamente su visión quedó nublada, de sus ojos empezaron a caer lágrimas al chocar contra la dura realidad.

Cassandra había muerto.

Ella había quedado gravemente herida en una batalla. Los médicos hicieron lo posible para salvarla, incluso Varian lo intentó. Todavía recordaba el día en que le dijeron que estaba herida. El estaba en su laboratorio, como casi siempre. De repente, por la puerta salió un oficial. Le informó que los soldados habían vuelto y que, al parecer, Cassandra estaba entre los heridos.

Con una velocidad que nunca pensó que podría alcanzar, el salió corriendo con una sola dirección en mente. Cuando llegó a la enfermería, pudo ver qué, en efecto, Cassandra era uno de los heridos. De hecho, era una de los más lastimados, pues tenía una gran herida en el costado y varios cortes profundos.

- Perdió mucha sangre - le dijeron - A estado inconsciente desde que la trajeron.

Unos minutos después, llegaron Rapunzel y Eugene, ahora reyes de Corona. Ambos estaban preocupados por el estado de la que era una gran guerrera y su mejor amiga. La reina fue la primera de los dos en acercarse, rápidamente se situó al lado de Varian, quién no dejaba de suplicar silenciosamente que esto sea solo una muy mala pesadilla.

Unos chillos, seguidos de ligeros empujones, lo sacaron de sus pensamientos. Ruddiger estaba a su lado, lo había escuchado llorar e intentaba consolarlo. Varian lo tomo en sus brazos y acarició, tratando de sofocar la angustia que se había apoderado de él. Realmente la extrañaba, extrañaba a quien había sido su compañera, su amiga, su amada. Pronto, un recuerdo más doloroso llegó a su mente.

Era una noche que el jamás olvidaría, y no precisamente por una buena razón. El estaba en su laboratorio, pero no solo. Había una cama allí, en ella alguien estaba recostado, era Cassandra. En ese tiempo Varian, quién había trabajado sin descanso día y noche, creía que podría curarla. No se detuvo incluso cuando los médicos le advirtieron que ya no se podía hacer nada por ella. Sus heridas seguían siendo graves, aunque no tan graves como cuando llegó de la batalla.

– Va... Varian... - Intentó hablar la pelinegra, que ahora estaba despierta.

– Shh, guarda tus fuerzas Cassie - le dijo, acercándose a un lado de la cama  – Tienes que descansar para recuperarte.

– So... Solo... Decir... Decirte... Te amo - continuó, para después darle un abrazo.

– Yo también te amo - le respondió, devolviéndole el abrazo.

– Te amo... - susurró, cerró los ojos y su respiración se detuvo.

– ¿Cassie? – llamó al sentir el cambio, pero no recibió respuesta alguna – ¡¿Cassie?! ¡¿CASSIE?! ¡CASSIE DESPIERTA! ¡NO ME DEJES! ¡DESPIERTA!

Esos recuerdos, esos dolorosos recuerdos, lo atormentaban. No podía olvidarla, aunque ya había pasado tiempo. Esos momentos se habían grabado fuertemente en su memoria. Mientras intentaba secarse las lágrimas que no dejaban de fluir, fue a la cocina de la casa. Ya no vivía con su padre, él y Cassandra se habían mudado a su propia casa, dónde estaba ahora.

Los recuerdos seguían inundando su mente, hasta que alguien tocó la puerta. No esperaba a nadie hoy, pero aún así abrió. Vió a Eugene, o mejor dicho, el rey Eugene.

– Hola niño, vine a ver si... – se detuvo al notar que su apariencia indicaba que había estado llorando – Varian ¿Estás bien?

– Porsupuesto ¿Por qué la pregunta? – Respondió con fingido tono feliz, al mismo tiempo que se secaba los rastros que las lágrimas habían dejado.

– Varian, si tienes algún problema, podemos hablarlo – Habló con franqueza, si bien era cierto que era rey, también era su amigo.

– Bien, pero te lo diré adentro – Diciendo esto, se apartó un poco para que Eugene pueda pasar.

Varian lo invitó a la cocina, entonces su traicionera mente le trajo recuerdos de los momentos que él y Cass habían pasado allí. No pudo contener las lágrimas al recordarla, todavía sentía que era su culpa. Su amigo se preguntaba que era lo que le hacía llorar, entonces algo hizo click en su cabeza y todo tuvo sentido.

– Todavía no lo superas ¿Verdad? – Preguntó, aunque en el fondo sabía la respuesta perfectamente. Como el no le respondió, decidió presionar un poco más – Varian, no fue tu culpa...

– ¡Sí lo fué! ¡Fué mí culpa! – Le  espetó, luego bajo la vos a casi un susurro – Si me hubiera esforzado un poco más, talvez ella...

– Varian – le interrumpió – Deja de culparte por el pasado, todos la extrañamos, pero echarte la culpa no va a traerla de vuelta.

El tenía razón, pero eso no dejaba de lado el profundo dolor que tenía Varian. Los momentos que en algún tiempo le traían felicidad, ahora le herían internamente.

"Aprovecha tu vida, mientras es abundante, mientras es luminosa."