II - Beso de Yule

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-Mina, yo sé que es complicado lo que te voy a pedir pero, por favor escúchame.

La castaña asintió.

-¿Ced, es tan importante como para ir al salón vacío?

-Es que... Siento que te enojaras.

-¡Nada me puede enojar en Yule! Regalos, comida. No debe ser tan malo.

Los demás, exceptuando a los adultos, estaban comprando cosas en las tiendas, de afuera.

Cedric había comprado los pocos regalos que quería dar, desde antes.

Mientras la castaña solo había preparado bonitas cartas, pues no tenía nada más para dar.

-Bien, Mina, ¿No te vas a unir a la orden del fénix, verdad?

La castaña frunció el ceño.

-Claro que sí. Es lo correcto.

Cedric tomó aire.

-¡Pero Mina! ¡Es demasiado peligroso!

-Ced cálmate, ya tengo casi dieciocho años, puedo con esto.

Cedric miro hacía arriba.

-Mina, ¿Recuerdas esa vez?¿Lo que pasó? ¡Fue hace menos de un año! ¡Y estaba tu mamá allí! No permitiré que vuelva a pasar, por merlin es muy peligroso.

-Ced, no te alteres, estas siendo dramático.

-Mina, no entiendes. Esto es peligroso.

-¡Cedric!

-¡Mina no quiero perderte!

La castaña lo miró.

-T-tampoco tu padre. Ni Mariana e incluso Grace... Por favor. Déjame ser yo quien esté en la orden, yo te protego.

-Cedric no me debes nada por lo que pasó el año pasado, yo no te salve ni nada por el estilo.

-Es cierto, pero yo quiero... Yo no quiero que te pase nada, Mina.

-Cedric no me pasará nada.

-¡Mina! ¡Tú madre te está buscando para hacerte esa marca horrible y convertirte en una de ellos! ¡¿Crees que no estoy preocupado?!

-Cedric, Estaría luchando por el bien y por los que amo ¡Ahí estás incluído tú! ¡No me importa que esa señora me esté buscando, yo quiero hacerlo, por mi, por tí, por mi padre y mis amigos!

Cedric miro hacía arriba, molesto.

-¿Por qué de repente empiezas a comportarte como un padre? Cedric por favor, estas siendo dramático ¿Crees que no me puedo cuidar sola? ¡Yo puedo! Escucha se que piensas en lo mejor para todos, pero estaremos bien, te lo prometo, todos estaremos bien, no hay que temer.

Cedric no lo pensó y se acercó a la castaña, sin siquiera antes dar indicios de querer hacer algo. Solo la beso en los labios, fue como una explosión de Miles de cohetes internos para el. Cómo una sensación de la que no se quería apartar jamás, una sensación tan cómoda y esperada.

Mientras ella, se sorprendía, y para cuando reaccióno, que fue mucho antes de lo que el quiso. Se dió cuenta que le había gustado.

-¿Te gustó? -Preguntó Mina con el ceño fruncido.

Cedric paso su mano por su cabello.

-¿Era tan difícil notarlo?

La castaña miro a Cedric, sin saber que decir, sin saber que hacer y sin saber cómo sentirse.

-Perdón, Mina.

La castaña cerró los ojos.

-Sabes, olvidemos esto.

DARE© Where stories live. Discover now