Amor y sangre (Rick Grimes y tú) [EDINTADO]

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Estaba sentada mirando como todos se concentraban en sus cosas mientras yo sólo descansaba. Veía a Rick de lejos quien disfrutaba momentos con su familia, era muy guapo pero... tenía esposa y yo no me metía con hombres con esposas, eso técnicamente se me hacía asqueroso.

Sólo era imaginar: besas los mismos labios que otra persona ya besó, eres la segunda opción, te busca sólo cuando quiere sexo y además tiene la manía de decirte que te ama al igual que se lo dice a su esposa en la cama..... si, no era una opción.

Él se dió cuenta de mi mirada y se encaminó hacia una silla a mi lado para luego sentarse allí, dirigió su mirada hacia mi pie que estaba moviéndose de arriba hacia abajo.

-- Desde que te llegué no he visto que estés quieta sin que una parte de tu cuerpo se mueva -dijo divertido y yo solté una risa-

-- Soy muy.... "ansiosa" --le di una sonrisa ladeada.

-- Últimamente, también he estado ansioso --soltamos una pequeña risa- una duda, si eres argentina ¿Por qué tu apellido...?

-- Oh --lo interrumpí-- por mi mala suerte, mi padrastro era de aquí, y al morir mi madre, él me adoptó

-- ¿Por mala suerte?

-- No creo que te interesen mis ex problemas familiares, es algo aburrido

-- Pues ya que estoy aquí, soy todo oídos --se acomodó en su silla y me miró atento.

-- Él era bueno, lo quería y agradezco todo lo que hizo por mi, pero... --suspiré-- el problema era su familia

-- No creo que haya sido tan malo

-- Me encerraban en el sótano cada vez que cometía un error, como cuando tuve novia --me mordí el labio y cerré los ojos con rabia-- mi padre trabajaba mucho y me daba miedo contarle lo que ocurría

-- Eso es horrible, lo siento tanto --me miró apenado.

-- No, está bien --niego con la cabeza mientras bajo la mirada-- cuando él murió me heredó su bar, que tenía una buena ganancia, lo que provocó que de una vez por todas me echaran de esa casa

-- ¿No pensaste en demandarlos? Seguía siendo tu casa --suelto una ligera risa y él levanta una ceja confundido.

-- Lo siento, pero ese nunca fue mi hogar --él asiente con la cabeza dándome la razón-- mi hogar eran mi padre y mi madre

-- Eres una persona bastante fuerte, digo... --lo miro atenta-- después de todo lo que pasaste

-- Si, pero dejemos de hablar de mi --sonreí-- ¿De qué trabajabas?

-- Policía, creí que el uniforme decía  todo --reímos por lo obvio que era-- ¿Y tú? ¿Te ocupaste del bar o trabajaste de otra cosa?

-- Prostituta --me miró anonadado sin saber que decir-- es broma, me ocupé del bar

-- ¿No quisiste ir a la universidad?

-- No, sólo fuí un año y me salí porque no tenía ni el tiempo ni el dinero

-- De igual manera no creo que un título te haya ayudado de mucho ahora --reímos de nuevo.

-- Excepto por la carrera de medicina, si que me hubiese servido --pensé frunciendo el ceño.

Seguimos hablando de otras cosas sin mucho sentido. Nos reímos bastante, no pensé que el sheriff fuera buena onda.