Relaciones peligrosas [#1 Bilogía Peligrosas]

Capítulo 16

POV MÍA

Me han dado el alta, las chicas me acompañan hasta la residencia y cuando llegamos me acomodo en mi cama.

- ¿Estás bien? ¿Necesitas algo?

- Estoy bien Noa, vete a trabajar o te van a hacer trabajar más

- Vale – mira a Leila - ¿Te quedas?

- Sí, me quedo yo. Hoy no voy al Club

Noa asiente y después de darnos un beso a las dos se va de la habitación. Leila se acuesta en mi cama y nos podemos a ver una película en el portátil. Cuando termina la película pedimos una pizza y nos la comemos en la cama.

- ¿El sábado vamos a ir a la discoteca igual?

- Supongo que sí, me encuentro bien solo que no puedo beber

- Noa bebe aún tomando la medicina

- A Noa no le ha dado un brote hasta desmayarse.

- Tiene sentido

Sonrío y asiento, de repente le suena el teléfono y cuando mira la pantalla rueda los ojos para después mirarme a mí.

- ¿Es él?

Leila asiente y le saco el teléfono, miro la pantalla y leo el mensaje

<<Dos días Leila, dos días sin saber nada de ella. No me dejáis visitarla pero podías por lo menos decirme como está>>

<<Estoy bien>>

<< ¿Nena? >>

<<No molestes a Leila ya me dieron el alta y estoy en la residencia>>

<<Está bien, mantenme informado. Te quiero>>

Le devuelvo el teléfono a Leila y le sonrío

- Listo no creo que te vuelva a hablar

- Al fin

Las dos nos reímos y nos quedamos en la residencia hasta que llega Noa para la hora de la cena. Leila carraspea y se nos queda mirando

- Dante me ha propuesto algo

- ¿Indecente? – sonrío de lado

- Idiota

Nos reímos y ella niega con la cabeza mientras se acomoda en mi cama en la que estamos las tres tiradas

- El Club tiene problemas

- ¿De dinero? - mira a Noa y niega con la cabeza

- Quiere que entre en el negocio

- ¿Te quiere meter en el mundo del narcotráfico? – le digo

Ella asiente y nos quedamos mirando unas a otras

- ¿Qué le has dicho?

- Nada Noa no le he dicho nada, me dijo que lo pensara y que se lo dijera el sábado en la discoteca

- Te quedan dos días para pensarlo

- Lo sé

Se acuesta en medio nuestra y Noa y yo nos miramos, no hace falta que digamos nada solamente seguimos mirando la una a la otra y después asentimos. Nos acomodamos en la cama las tres sin importar que cada una tenga la suya.