Capítulo 4

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POV LEILA

Arranco el motor a toda velocidad, la fuerza del viento me golpea la tela de la camiseta contra mi cuerpo, hago cambio tras cambio, corriendo lo máximo que la moto puede, coches aparecen en mi camino y los voy esquivando adelantándolos por todos los lados, siento la adrenalina por todo mi cuerpo, me gustan las motos desde que tengo uso de razón.

Pasé toda mi vida rodeada de ellas ya que mi padre era el presidente de un Club en España, nunca les gustó que yo me subiera a una, para ellos las motos era cosa de hombres, y pues claro yo no era ni soy fácil de doblegarme .

Cuando ya era lo suficiente mayor para poder subirme a una moto, uno de los moteros del club que estaba muy pendiente de todo lo que yo quería me enseñó. Al principio no me daba cuenta de que era lo que quería en realidad, cuando fui creciendo me di cuenta de que la manera en la que él me miraba no era una mirada de amigos.

Él era 7 años mayor que yo, se llamaba Mauro, era mucho más fuerte que yo, al principio no me daba cuenta de que me tocaba al pasar o me rozaba, pensé que todos imaginaciones mías, hasta que un día se me metió en la cama y me empezó a tocar, me pude escapar de la habitación pero me dejó marcada por el asco, al final se lo acabé diciendo a mi padre y él no me creyó, él era su mano derecha y no creía que pudiera hacer eso con su hija.

Con el tiempo intentaba alejarme de él y no estar nunca en la misma habitación que él, aprendí a conducir yo sola y cuando tuve el carnet lo único que hacía era conducir sentir el viento en la cara, me detuvieron algunas veces por exceso de velocidad, pero otras veces ni siquiera se me acercaban por qué no podía atraparme.

Me me aleje de los lujos que tenía con ellos y me fui a vivir con una tía que murió años después, pero no me fui con las manos vacías, me lleve todo el dinero que me pertenecía, no lo gastaba en mi sino en motos, gracias a las motos que compré pude asistir a carreras y ganar dinero de más, tengo una Harley Davidson Fat Boy negro cromada para cuando voy por la calle y una Ducati monster roja cromada para las carreras.

Cuando conocí a las chicas estaban pasando por una mala época, se metían con ellas, las insultaban y no pude aguantar todo eso entonces ellas cuándo nos juntamos nos pusimos a hacer ejercicio y nos apuntamos a clases de defensa personal, ninguna de las 3 había tenido una buena infancia y no nos venía mal sabernos defender para un futuro próximo.

Antes de salir de España me vengué de Mauro yo sola a diferencia de las otras venganzas que las hicimos juntas, las chicas no lo saben, tengo miedo de que me miran como a una asesina, son lo más importante de mi vida, él no se esperaba que volviera al Club seguía obsesionado conmigo aún después de años, por eso cuando lo provoqué y lo lleve a mi habitación no desconfío de nada, lo que menos se esperaba es que en el tequila que le estaba dando hubiera un veneno que lo mataría si no tomaba el antídoto.

Lo dejé atado a la cama y el antídoto se lo puse lo más lejos que pude, no sé si se lo tomó o si se murió pero no me arrepiento de lo que hice, así aprenderá que no se puede meter con una niña sin que eso repercuta en la vida de ella, ojalá no llegara nadie a salvarlo.

Me apunté a la Universidad por apuntarme tampoco es que vaya a las clases, pero bueno total lo pagan mis padres, trabajo en un bar nocturno los fines de semana, no por que necesite el dinero, lo hago más que nada por diversión cuando me aburra ya cambiaré, mientras tanto cuando hay alguna carrera ahí esta Perla Negra siempre para ganar dinero, nadie sabe mi verdadero nombre en las carreras solo las chicas que me acompañan a todas las carreras, estamos ahorrando para un piso, pero ellas no quieren que lo paguen mis padres así que con el dinero del bar, las carreras y el de sus trabajos pues estamos ahorrando para ello.

Relaciones peligrosas [#1 Bilogía Peligrosas]Where stories live. Discover now