Sentimientos

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El día estaba a punto de terminar, el Sol se ponía haciendo que el cielo tenga un tono violáceo y se dejen ver algunas estrellas. Los cadetes y soldados ya estaban teniendo la cena, sopa, como de costumbre.
El capitán Levi ya había terminado su comida y dejado su plato para lavar. No había podido contactar con Erwin en todo el día, salvo por aquel desayuno en su oficina. Por lo que supuso que sería ahora cuando iría allí para ayudarlo a limpiar.
A decir verdad, no tenía ganas. Simplemente estaba cansado y le dolía la cabeza por las pocas horas de sueño que tuvo la noche anterior, pero una promesa es una promesa, y no iba a dejar al comandante plantado.
Buscó a Hange, y ambos se dirigieron hacia la oficina del susodicho.
-Espera Levi, creo que voy a ir a preparar algo de té. ¿Por qué no te me adelantas? Enseguida voy.- dijo la pelirroja a unos pocos metros de llegar a la puerta de la oficina.
-Como sea. - respondió él desganado.
Abrió la puerta, casi olvidándose de que lo correcto sería golpear y esperar una aprobación para entrar. Simplemente la abrió, como queriendo hacer las cosas pronto y librarse rápido. Pero lo que vio, enseguida lo dejó en pausa y le quitó el apuro.
A apenas unos dos metros de él, se encontraba el comandante. En su posición tan firme de siempre y con su rostro de concentración, se lo veía - buscando algo en el armario que se encuentra a la izquierda de la puerta. Pero lo que sorprendió a Levi no fue eso, si no que, el comandante, no tenía su camisa puesta.
-Levi.-dijo él girando su rostro y viéndolo con esos ojos tan amables.
El capitán no dijo nada. Tan solo cerró la puerta detrás de él y se quedó viendo.
-Siento estar así. Se me derramó vino en la camisa y estoy seguro de que tenía otra aquí guardada, pero no la encuentro...- desconcentró su vista del armario y ahora era más a Levi a quien miraba. No se sabía si estaba incómodo, molesto, o quien sabe qué, sus expresiones era muy difíciles de adivinar, su rostro siempre lucía igual. Lejos de molestarle, esto le parecía muy interesante a Erwin, le gustaban los misterios.
Levi analizaba el cuerpo del comandante con muy poco disimulo. Notó algunas cicatrices, probablemente hechas en expediciones o en entrenamientos cuerpo a cuerpo. Tenía el cuerpo tan definido y tonificado que le recordó a algunas pinturas antiguas. También vio algunos cabellos rubios casi imperceptibles en su pecho. Y muchos lunares esparcidos por sus brazos.
El capitán sintió un fuerte choque de nervios e incomodidad, mientras más miraba el cuerpo de Erwin, peor era. Entonces decidió derribar eso rápidamente, por fin hablando.
-Déjame ayudarte. - soltó
Se acercó al armario y su cuerpo rozó mínimamente con el del otro. Y en una pequeña inspección, ya había encontrado la camisa perdida.
-Oh, con que ahí estaba. - dijo el rubio riéndose por su distracción-creo que estoy muy estresado- se excusó.
Levi esbozó una media sonrisa, y para cuando el comandante recién se había puesto la camisa,entró Hange.
Erwin estaba relajado y se quedó hablando unos minutos con Hange, pero Levi, seguía incómodo, nervioso, no sabía qué era esa sensación tan extraña que le había causado ver al comandante así. Sentía nervios en el estómago.
Los tres de dedicaron a limpiar, ordenar papeles, libros y documentos mientras charlaban de temas varios y bebían el té. Como de costumbre, Levi era el que menos hablaba, y se mantenía pensativo. Hange le prestaba mucha atención, notó que éste se ponía nervioso cada vez que el comandante le pedía ayuda con algo, o simplemente cada vez que lo miraba. En un segundo en el que Erwin se alejó tan sólo un poco de ellos, ella aprovecho para consultarle algo a su amigo en voz baja.
-Levi, ¿sigues mal por lo que hablamos hoy?
-No
-¿Seguro?
-Sí.
Vio hacia atrás para confirmar que el comandante no los estaba escuchando y continuó con sus preguntas
-¿Y por qué estás tan nervioso?
Él tragó saliva.
-No...no estoy nervioso.
Como un fantasma que aparece de repente, Erwin habló justo detrás de ellos.-"¿Nervioso?, ¿qué sucede Levi? ¿Estás bien?"
Ambos se dieron vuelta. Los niveles de vergüenza y ansiadad de Levi ya eran insoportables para él. Odiaba este tipo de situaciones.
Hange río nerviosa y enseguida excusó perfectamente.
-¡No! Levi y yo estábamos hablando de las nuevas expediciones que se están planeando. Él está nervioso por eso.
Levi la miró furioso. Ahora no sólo tenía vergüenza si no que se sentía completamente humillado.
El rostro de Erwin era de tierna preocupación. Colocó su mano en el hombro de Levi y éste sintió el calor y el peso de ésta.
-Oh, Levi, no te preocupes por eso. Eres el mejor soldado de todos, de todos lo que jamás he conocido y jamás habrá. No vale la pena que estés nervioso,lo harás muy bien.
Él miró a Hange, y luego a Erwin. Relajó su ceño fruncido, y trató de dedicarle una mirada casi tan amable y amistosa como la del rubio, pero era imposible igualarla.
-Gracias, Erwin. Lo aprecio.
Levi estaba demasiado metido en sus pensamientos como para notarlo, pero, Hange sí notó algo. Noto una dulzura y amabilidad en la mirada de Erwin que jamás había visto. La actitud del comandante cuando estaba Levi presente era completamente distinta.

Continuaron limpiando y así fue como pasaron unas tres horas. Con el tiempo, Levi fue soltandose más y hablando un poco más con sus amigos. Después de todo, el también necesitaba compañía y distracción.
Sin embargo, no dejaba de pensar en lo que había visto al entrar a la oficina.

todo por él (Levi&Erwin) en español EruriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora