Un viejo capitán condenado a noches sin alivio aguarda dentro de una vieja casona.
Un joven de notable infortunio busca respuestas que lo llevarán a descubrir secretos oscuros.
Al final un mismo destino entre mareas, joyas y travesías de pesadilla...
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No entendí en absoluto la felicidad de aquel llamado Valtyah, aplaudía y extendía sus brazos al cielo como queriendo alabar a la luna; riendo espantosamente en su tono agudo y enfermizo.
Escuchar su desternillar demoniaco me erizaba la piel de pavor.
—perdonaras mi felicidad señor Joaquín de Aldina Agramonte, pero notar tan importantes detalles es de ameritar festejos.
—Dígame solo Joaquín, por favor, ¿Usted también es amigo de mi tío, el capitán? —pregunté inquieto al mismo tiempo que buscaba conectar con sus órganos oculares, mas desperdiciaba el tiempo.
—Soy... digamos lo así un viejo conocido del señor Otoniel. Lo conozco desde que se hizo "dueño" de esta casa; no era necesario que un humano se apropiara de este portal. Pero en ultimas sirvió de mucho para no levantar sospechas a los lugareños de Valle Del Puerto que llevaban tiempo anhelando destruir esta vieja edificación.
—¿Dice usted, entonces que, esta casa descuidada es un portal? —pregunté perplejo.
—Más bien, hace parte del portal, esta edificación solo es una fachada; un enorme fuerte de cimientos que ha protegido por siglos la auténtica entrada al portal de la tierra de donde provengo —indicó Valtyah señalando con su mano cadavérica el agujero que yacía en su retaguardia.
—¿Ese hoyo es la entrada para ir a otro mundo?, ¿de allá también emergieron aquellos demonios que rondaron por la casona hace un rato?
Seguí preguntando, deseando comprender a mayor plenitud los secretos de la casona.
—¡No son demonios! — exclamó pesaroso el guardián— Y sí, ellas también provienen de las mismas tierras que yo. Vale aclarar que no es un reino de hombres. Sin embargo, solo uno intentó a entrar brevemente.
Al hombre que se refería, seguro era el capitán.
—¿Mi tío consiguió ir a sus tierras?
El guardián volvió a callar queriendo no decir más de lo que debía. Aun así, respondió.
—no llevas mucho tiempo en este valle y aunque nos hemos acabado de presentar, desafortunadamente sigues siendo un extraño para esta casa. Puede que seas pariente del señor Otoniel Agramonte, pero no soy yo quien te deba contar cosas referentes a él. Él ya selló su destino hace mucho y solo él deberá comentártelo a su tiempo, que auguro podría ser pronto ya que el gran momento se acerca y la luna da fe de ello.
» Por otro lado si deseas averiguar cosas referentes a la casona podría compartirte algo, pues como digno guardián de este portal seria descortés si no te informara con brevedad que es este lugar.
Inconforme y ansioso por saber del capitán no tuve de otra más que esperar a que se diera el momento indicado para conocer a fondo todo lo que estaba por ocurrir.
