Mezclando muggles y magos

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Narra Molly*

Nada más llegar a casa mi madre me tenía un pastel preparado, ella siempre sabía como alegrarme las llegadas a casa. Mi hermano bajó corriendo las escaleras y me dió un abrazo. Nunca hablé de mi hermano, tampoco me parecía necesario hablar de él.

Me levantó del suelo con aquél abrazo y cuando me dejó en el suelo le revolví su pelo marrón.

- Te he echado de menos enano - Le dije sonriendo. Solo es un año más pequeño que yo, pero es mi enano.

- Yo a ti nada. -Contestó irónicamente.

- Ya lo he notado, no me has echo ni abrazar... - Le seguí el juego y rodé los ojos.

Él cogió las maletas y me las subió al cuarto, y volvió a bajar de nuevo, sin parar de sonreir.

- Marcus, Eleanor y Ky no paraban de preguntar por tí. - Me comentó.

- ¿Qué les dijiste? - Pregunté un tanto nerviosa.

- Nada, que estabas en un internado en Irlanda. - Se le escapó una pequeña risa.

MIs padres nos hicieron una seña de que fueramos al jardín trasero, estaban a punto de llegar mis abuelos magos y teníamos que decirles que mis otros abuelos también vienen a cenar y, que no saben si quiera que la magia existe, de echo son super católicos y solo creen en los milagros.

- ¡Buenas familia! - Dijeron mis abuelos a dúo.

Mi hermano y yo sonreímos y le cogí el enorme bolso a mi abuela. Ellos entraron al salón y observaron la casa, habían estado más veces pero siempre obserbaban la "extraña" forma de vida muggle.

Mis padres me miraron fijamente, ellos querían que yo les informase sobre mis abuelos, ya que, al ser la única nieta -solo tienen nietos- soy la nieta favorita.

- Abuela... Abuelo...

- ¿Molly? - Dijo mi abuelo mirandome sonriente por encima de las gafas.

- Quería informaros que... - Cogí aire pensando en que ellos lo entenderían y que la noche iría bien - mis abuelos maternos, son muggles y no conocen la magia.

- ¿No les dijisteis? -Preguntó sorprendida mi abuela.

- Ahí quería yo llegar, teneís que comportaros como ellos, como muggles -Lo solté de golpe, y de pronto noté que todo mi cuerpo se relajaba.

- ¿Pretendeís que nos comportemos como ellos cuando no tenemos ni idea de como viven, sobre qué hablan...? -Protestó mi abuelo.

Nos costó un rato explicarles todo, justo a tiempo para cuando llegaron ellos. Max, mi hermano, abrió la puerta y les hizo un gesto para que entraran.

***

Llegó la hora de cenar, de momento todo marchaba genial, mis abuelos magos parecia que llevaban toda su vida viviendo entre muggles, y mis abuelos muggles todabia no habian sacado el tema de la religión.

La comida era del mundo muggle -lógicamente- pero intentamos hacerla lo mejor posible - Entiendase: de una forma a la que a los magos les guste.- y aunque su cara no era de que les encantara, no ponían demasiadas muecas.

Y entonces las cosas empezaron a empeorar.

- Y bueno, ¿Os gustó el partido de rubgy de anoche? -Dijo mi abuelo materno.

- ¿Eso es como quidditch? - Dijo mi abuelo paterno en un intento de susurro.

- ¿Quid... que? - Dijo entonces Max nervioso.

- ¿Quieres más pavo papá? - Dijo mi padre.

Todos esquivando las palabras de mi abuelo de milmaneras distintas.

De pronto escuché algo en mi cuarto. Pensaba que podía ser mi lechuza, que se habría escapado de su jaula.

- Ahora vengo. -Dije y me levanté rápidamente de la mesa. Le eché una mirada a mi hermano de que vigilara el ambiente de la cocina, pero no me hizo caso y fue a mi cuarto conmigo.

Era una lechuza que estaba picoteando la ventana y la mia, al verla, se había vuelto loca.

- ¡Calla Marvin! -Le dije, pero esta no me hacía caso.

Abrí la ventana, aquella lechuza de color oscuro dejó un sobre en la ventana y se fue. Fue entonces cuando Marvin se tranquilizó.

- ¿De quién es? -Preguntó Max curioso.

- Aqui pone que es de... de Draco, tiene que ser importante.

- Venga Molly, ya la abrirás, tenemos que volver a abajo.

- Te estoy diciendo que es importante.

Abrí el sobre y antes de que mi hermano me lo arrebatase empezaron a salir bombas fétidas del sobre. Pegué un grito y mi hermano otro del susto.

Mis padres subieron rápidamente, y tras ellos mis cuatro abuelos.

- Sophia, ¿Qué está pasando? ¿Qué es eso? - Le dijo mi abuela a su hija.

- ¡Salid de aqui mamá! - gritó y ellos obedecieron.

Mi padre sacó la varita e hizo un hechizo, no quedaba rastro de aquel sobre, salvo una nota que se había caido al suelo. La cogió y al leerla se quedó a cuadros.

- ¿De tu novio Draco? - Gritó

- ¿Mi novio? ¿Qué dices papá? - Grité igual que él.

- Quiero una explicación a esto.

La Verdadera Historia {Hogwarts}Where stories live. Discover now