Indestructible +18 | HDVAC

Café

Capítulo 4

— ¿Qué planeas Sawyer, hiciste una apuesta? — murmuro

Al llegar al café, habían varias personas muchas del instituto y la mayoría lo conocían a él.

— ¿De qué demonios dices Rye? — se acomoda en el asiento para verme

— ¿Por qué tu repentino interes por mi? O tu amabilidad.

— Dime ¿cuantas veces has visto que he jugando con alguien?

— ¿En serio? — levanto la ceja

— Mal ejemplo entiendo prometo que no juego a nada — levanta las manos
— Soy inocente hasta que demuestren lo contrario.

— ¿Y cómo demuestro lo contrario?

— Dándome una oportunidad.

— Obviamente te la daré — digo con sarcasmo — No me gustan tus juegos.

— Vamos Rylee déjame ser parte de ti y de tu vida.

— Ya eres parte de mi vida aunque nunca lo quise así — ruedo los ojos
— ¿A donde vas por las noche Sawyer?

— No pienso decirte eso.

— Entonces no puedes tener una oportunidad.

Me bajo del auto y me voy caminando no tenía ni una amistad con Sawyer además de estar llena de mentiras y secretos solía ser un sujeto poco agradable.

No me molestaba caminar era algo que solía hacer siempre para ir al instituto.

— Sube Rylee — murmura entre dientes mientras conduce a muy baja velocidad

— No quiero ser tu amiga Sawyer, no eres de mi agrado.

— No puedes saberlo si no me das una oportunidad ahora sube ya — dice en tono severo

Subo al auto con algo de temor y el comienza a conducir, acelara un poco más aprovechando que la carretera está vacía.

— ¡Sawyer un auto! — grito mientras me sujeto de la puerta y él se ríe

— Confía en mi yo se lo que hago.

— ¿Cómo casi chocar va a ser algo divertido? Eres un demente.

— Pronto no dirás eso Rylee yo no quiero ser tu amigo, quiero que tu seas parte de mi.

— ¿Quieres qué te venda mis órganos?

— Eres imposible — rueda los ojos

Seguimos en silencio hasta que me deja en casa nuevamente.

— Vengo por ti mañana para nuestra segunda lección — esboza una sonrisa

— Creo que lo mío no es esto de conducir.

— No puedes saberlo si no lo intentas bien.

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El último mes se había vuelto una rutina, Sawyer venía a traerme yo me llevaba su auto el cual ya sabía conducir a la perfección y después me venía a dejar a mi casa.

— Algún día quiero hacer eso — murmuró mientras como una palomita de maíz

— ¿Qué tu auto se arruine? — pregunta Sawyer

— No tonto, bailar en un bar cantando Bennie and the Jets.

— Podemos hacerlo pero hoy no ya tengo que irme — se pone de pie