C a p í t u l o 10

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ー¡Rápido! ¡¿Dónde está Allan?!

ーEstá esperando en el cuarto. Vino tan rápido como pudo.

ー¡Maldita sea! ¡Dense prisa!

Tras ser herido en el oído y con todos sus compañeros muertos, Iván fue recogido por un helicóptero y llevado al cuartel, donde sería dejado en una habitación junto con Allan, quien había estudiado para ser doctor. Aún seguía con sus estudios, pero era reconocido por aprender rápido.

ーAquí ーdijo Allan, señalando la cama.

Los hombres que habían llevado a Iván hasta ahí lo dejaron en la cama y se retiraron por órdenes de Allan.

ー¿Iván? ¿Puedes oírme?

El pecoso se retorcia sobre su lugar, cubriendo su oído herido con una mano. No estaba llorando. Pero en su lugar, se quejaba.

ー¿Iván?

Allan agarró las manos del chico y éste lo miró preocupado.

ーTú... ¿No escuchas un piiii...?

El castaño se quedó en silencio.

ー¿Qué...? ¿Qué sucedió allá afuera?

Mientras Iván le explicaba lo que había sucedido, Allan examinaba el oído de Iván mientras hacía caras de preocupación.

ーPensé que Cry estaba en su país.

ーAh, sí. Estaba. Pero el cabrón regresó.

ー¿Cabrón? Nunca pensé que te refirirías a él de esa forma.

ーAgh... ¿Pues no estás viendo lo que me hizo? Si pudiera le arrancaría sus ojos... -un vago y rápido pensamiento cruzó por su mente: Cry también estaba siendo controlado.

ーMm... Vaya. A ti... ¿No te gustaban sus ojos?

ーNo sé... No sé y no me importa. ¿Cómo va mi oído?

ーUhm... Si el dolor perdura mucho tiempo, ven a visitarme. La medicina no es necesaria pero si te sientes incómodo puedo recetarte una.

ーAh... Sí, por favor.

Allan comenzó a anotar el nombre de una medicina en un papel, mientras reprimía sus ganas de hablar sobre Cry; sabía que Iván lo amaba, todos sus amigos cercanos sabían que los dos se amaban. Pero no sabían por qué Iván ahora lo odiaba.

ーAllan... ¿Puedo preguntar sobre Germán y tú? Cómo llevan su relación y eso.

ーOh. Sí, por supuesto. Nosotros estamos bien. Hemos vivido juntos un año.

ー¿Y alguna vez han peleado?

ーAh... Pues cosas pequeñas. Ya sabes, él es un militar y yo un doctor. Le ruego que no salga a pelear porque no quiero ser el encargado de curar sus heridas pero pues nada más lejos de eso.

ー¿Y Sebastián?

ー¿Qué tiene?

ーHmm... ¿No está raro?

ー¿Raro? ¿Te refieres a su cara, su personalidad...?

ーSu actitud. Contigo.

ーAh... No... No sé. Pero yo... Me ofrecí para ser quien recibiera el arma en su cuerpo y no él. Obviamente se negaron... Y es triste, porque tanto a ti como a él les quitaron su humanidad. Sinceramente me preocupo más por él porque somos amigos de la infancia y pues somos más unidos. Y... No puedo hablar mucho sobre esto pero podría desactivar el arma...

Los ojos de Iván se abrieron con entusiasmo.

ー¿Y la persona necesita estar contigo o puede funcionar a distancia?

ーNecesita estar conmigo. Pero deberíamos hablar de esto en otro lado.

ーAh, sí, sí.

-Solo te puedo decir que si lo hago sería traición, así que es algo arriesgado. Y pues Germán...

ーEntiendo. Tal vez...

En ese momento las puertas se abrieron y el papá de Iván apareció con dos hombres respaldándolo.

Se acercó al castaño y lo miró.

ー¿Y bien?

Allan se levantó.

ーMe temo que su hijo ha perdido la audición en su oído. El dolor no debería tardar en cesar sin ayuda de medicamento. Pero si perdura debe venir conmigo. Afortunadamente, puede recuperar...

El chico dudó de sus palabras debido a que, si confesaba que Iván podía recuperar la audición con una arma que funcionara como micrófono, el plan sobre la desactivación del arma se arruinaría y ya no sería secreto. Porque toda arma en el cuerpo de Iván era monitoreada por el gobierno...

ー¿Afortunadamente qué?

ーAfortunadamente puede recuperar sus energías con esta medicina.

Allan le entregó la receta al padre de Iván. Después de unas palabras más, todos salieron de la habitación para dejar descansar al pecoso.

Mientras Iván trataba de conciliar el sueño, en su mente maldecía al ojiazul una y otra vez. Sus ojos son asquerosos, no son más que un color deforme. Maldito estúpido de mierda. Maldita rata. Es tan delgado que parece un pinche esqueleto muerto de hambre. ¿Cómo pudo hacerme esto?

***

Cry

Come esto ーla mamá de Cry le entregó al chico un plato con pasta.

El ojiazul se encontraba recostado en su cama, envuelto en sábanas y lágrimas.

ーTu papá ya rastreó la ubicación del cuartel. Así que descansa. Mañana será un día largo.

ー¿Por qué debo ser yo quien mate a esas personas?

ーPorque eres nuestro hijo. Y nosotros solo seguimos órdenes del gobierno.

Cry limpió su rostro con sus dedos.

ーAntes de que... De que me hagan matarlo, ¿puedo decirle lo que siento?

ーNo creo que tu papá te deje hacerlo. Será mejor que no lo hagas.

ー¿Por qué...? Estoy siguiendo sus órdenes, al menos...

ーMañana será un día largo. Descansa.

La señora salió de la habitación y apagó las luces de la casa.

Cry limpió sus lágrimas con impotencia, dejó la comida a un lado y agarró un peluche que Iván le había regalado, mirándolo detenidamente.

Escondido por los rincones, temeroso de que alguien lo vea, platicaba con los ratones el pobre muñeco feo. Un brazito ya se le rompió, su carita está llena de hollín, y al sentirse olvidado lloró lagrimitas de aserrín...

「 Mi rival favorito 」♡ミ(ᴘɪᴘᴇᴘᴜɴᴋ x ᴄʀʏ) Where stories live. Discover now