11: Boxer - Coñacera

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Nunca me he quejado del liceo, soy raro, lo sé.

Hasta mi familia me lo dice, mis amigos lo dicen, hasta el perro de mi vecina me lo dice, entre cachorros nos entendemos como dice mi mamá.

Pero ajá, si antes venía a clases de tarde, no tenía razones pa' quejarme; me levantaba tarde, me la pasaba mangüariando por toda la casa, iba a joder a mi hermano al trabajo y lo obligaba a que me trajera al liceo, lo normal para mí.

Y para Lix también, aunque no sé donde coño anda el loco ese.

Pero lo bonito nunca dura, ¿verdad?

Mi paz, bueno, nuestra paz había durado mucho en realidad.

¿Qué pasó?

Nós cambiaron del turno de la tarde al de la mañana...

¿Por qué?

Todavía no sabemos y solo quiero colgar a la directora por las extensiones que carga en esa cabeza del asta pa' que revolee con las banderas.

A Lix le chupa un güevo si nós cambian o no, él es muy viva la pepa.

Cuanta satanidad hay en mí, esa es la junta con Ryujin y Yeji, esas bichas están es locas, tostadas pa'l coño.

Tanto así que me querían meter por los ojos a Yuna, locas del coño; soy como su hermano mayor, que turbio.

Yuna 'ta chiquita, hay que cuidarla.

Y ahora ando como volantin sin rabo por todo el liceo porque no encuentro a la desgracia' guía de segundo A, parezco nuevo, la gente me mira como si lo fuera, nojoda, me he pasado casi toda mi vida aquí.

Ya fui a coordinación, a la dirección, a la biblioteca, hasta para la cantina y nada, no me queda de otra que preguntarle a alguien, que ladilla.

Debo socializar, nojoda.

Ya pasé por la cancha y había puro primer año, en el segundo patio andan puro cuarto y quinto con un escándalo, un carajo ahí tiene el propio megáfono por garganta, nagüará; ya no me queda de otra que irme para el primer patio a ver, ya me cansé, marico, yo no soy pa' andar caminando mucho (aunque tenga una hiperactividad mental del quinto coño) por todo el liceo, estoy chiquito, tengan compasión.

Me quedo arrecostado a una pared, me pongo a girar la cabeza como el propio ventilador para visualizar bien la cuestión y de lejitos veo a unos chamos de tercero A, para allá es que voy, ay, vamos, pero a Youngbok se lo tragó la tierra, para variar.

Empiezo a caminar para donde están pero me distraigo al ver que uno anda debajo de unas matas como si estuviera buscando algo ahí, la gente de la mañana es rara, mano.

Vuelvo a la realidad de coñazo, literalmente, un chamo no vio que yo venia caminando (yo sí lo tenía medido desde que vi el grupito de lejos), estiró el brazo y me dio sendo carajazo en la garganta y me lanzó pa'l piso de una.

Marico, yo soy duro para algunas cosas pero esto sí me dolió.

Caí de espaldas al caico, y mano, caer así te saca todo el aire de los pulmones y hasta te saca el alma, nagüeboná, siento que hasta tengo los ojos aguarapados, de pana.

–Mano, lo mataste –escuché de lejos una voz rasposa en medio de mi moridera.

Y mentira no es, ya estoy viendo a Ezequiel Zamora de lejitos en el túnel.

Escucho personas corriendo y ya no siento el destello del sol en mis ojos cerrados, por lo menos me tapan del sol, se agradece.

–Hey, chamo, ¿estás bien? –escucho esa pregunta y abro un ojo para ver quién dijo semejante burrada; me encuentro con un chamo bastante pálido pero con los cachetes rojitos y asumo que es por el calor, ojitos pequeños y labios gruesos, mano, ¿será que me morí?

𝙎𝙚𝙣𝙙𝙤 𝘽𝙚𝙩𝙖 ✴ 𝙎𝙩𝙧𝙖𝙮 𝙆𝙞𝙙𝙨 (EDITANDO) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora