Ahí estaba ella, la que dijo y juró que jamás se casaría, sonriéndole ampliamente al amor de su vida y a quien dentro de pocos días se convertiría en su esposo. Su mejor amiga la veía desde su lugar en la mesa de invitados. Lo que Arianne pensó que seria un evento especial se estaba convirtiendo en un montón de sentimientos encontrados, por un lado estaba muy feliz de que su mejor amiga por fin se casara, pero por el otro estaba triste porque se quedaba sin su compinche de aventuras.
<<Oficialmente, la soltera del grupo>> pensaba mientras los novios hacían el respectivo brindis, después de un sonoro ¡salud! por parte de los invitados, Sofía se levantó de su lugar, no sin antes besar amorosamente a su prometido, dejó la copa de champagne en la mesa y caminó hacia la mesa de sus amigos.
— ¡¿Puedes creerlo?, en dos días seré la señora de Rodríguez! —dijo emocionada, al tiempo en que se sentaba junto a Arianne—. ¿Te sientes bien?, casi no has probado tu comida—. la vio preocupada con sus ojos cafés—. ¿O es que acaso no te gustó?
— ¡Claro que me gustó!, y estoy bien —Sonrió dándole un abrazo —Estoy feliz de que por fin te cases.
— Ahora solo faltas tú, Arianne— Charly el esposo de Johana la había sacado de sus pensamientos, y era verdad todas sus amigas estaban casadas, comprometidas, o a punto de casarse.
—Naaa, ya saben que en todo grupo debe de haber una soltera y me toco a mi— sonrio sin mostrar los dientes
— ¡Eres una exagerada!
— ¡No lo soy!
— ¿Acaso, quieres un millonario? —Bromeó Gabriel, el esposo de Jazmín
—No, solo lo quiere "alto, guapo y musculoso" y que además sea cazador y maneje un Impala —respondió Lucy su hermana —Haciendo reír a los demás.
—Bueno, con eso acabas de descartar al 100% de mis amigos.
–Conozco a tus amigos, Gabriel y por eso es que lo quiero así —los demás empezaron a reír nuevamente. — Además agradezcan que estoy soltera, porque así podré cuidar a sus hijos cuando quieran.
—Juro que cuando regrese de mi luna de miel, voy a crearte un perfil en internet para conseguirte una cita.
— ¿Tú?, conociéndote no vas a dejar la cama nunca.
—¡Hey!— Su amiga sonó ofendida, — Yo tuve suerte de encontrar a Michael así.
—Tú lo dijiste fue suerte, además sabes que no me gusta ese tipo de cosas, hay cada tipo raro por ahí.
— Bueno, pero prometo emparejarte con alguien —se levantó de la mesa para conversar con otros invitados.
El ansiado día por fin había llegado, las damas de honor estaban paradas en el altar, esperando la gran entrada de la novia, la música empezó a sonar y ella inició su recorrido hasta el altar, por momentos Ari, veía a Michael y la manera en que sus ojos se iluminaban al ver a quien sería su esposa y se preguntaba si alguna vez encontraría quien la viera así.
Si alguien además de la novia estaba emocionada, esa era ella, conocía a la perfección a Sofía, sabía perfectamente todo lo que había pasado, los amores y desamores. Ella es una de esas pocas personas a la que le podía contar el peor de sus secretos y lo guardaría para siempre .
Después de los votos y del "sí quiero" la ceremonia había terminado y ahora estaban en el lugar en donde sería la recepción, era un enorme salón decorado con hermosos arreglos florales, cristales y velas. Buscaron su mesa para poder descansar un poco. Pronto la música comenzó y los novios bailaron su primera canción, de a pocos los demás invitados se iban uniendo al baile, incluidas sus amigas y sus esposos, la castaña se giró y le dio un gran sorbo a la copa de champagne que tenía en sus manos, el peor lugar para recordarle que estaba soltera era una boda, veía muestras de amor por todos lados, al menos tenía un buen acompañante, una botella de escocés azul.
