La chica tropezó con él mientras intentaba desesperadamente de jalar la maleta de la cinta transportadora ni siquiera se giró a verlo, estaba realmente empeñada a bajar esa bendita maleta.
Él la escuchó maldecir porque la maleta parecía no colaborar. Negó divertido mientras dejaba sus propias maletas en el suelo y se inclinaba para ayudar a la chica.
—¿Mal dia he? —La detallo mientras dejaba el equipaje junto a ella.
—Ni se imagina—. La chica resopló para quitarse unos cabellos de la cara y medio sonrió al desconocido. En otras ocasiones probablemente hubiera iniciado una conversación y terminado con el teléfono del desconocido pero no ese dia. —Gracias por la ayuda— dijo mientras tomaba el equipaje y continuaba su caminar.
Jay sonrió y sintió compasión por ella, él mismo había sido víctima un par de veces de viajes caóticos. La vio alejarse mientras cojeaba porque uno de sus high heels había perdido el tacón.
El smart watch le avisaba que su transporte tardaria en llegar. Así que se dirigió a los restaurantes en busca de algo que comer. Era su tercera vez en México y moría por llegar al hotel y descansar luego de un vuelo de casi 10 horas.
Por su parte María José intentaba salvar su dia. Llego tarde al aeropuerto y estuvo a punto de perder el vuelo al llegar a su asiento el mismo ya estaba ocupado por una mujer mayor. intentó dialogar con la pasajera pero fue en vano asi que las aeromozas le dieron un nuevo asiento al menos este estaba junto a la ventana. Se coloco los audífonos y espero a relajarse lo que no contaba era que sus vecinos de asiento tenían un niño el cual no dejó de llorara y gritar en la mayor parte del vuelo poniéndola de nervios. El pequeño se calmó hasta que le dieron de comer. Maria jose estaba agradecida pero el pequeño le encontró otro uso al yogur empezó a jugar con el y a pesar de las advertencias de su madre el recipiente había terminado en las piernas de majo creando una mancha blanquecina sobre la tela azul de su falda, durante el vuelo intento limpiarlo pero fue un error la mancha insistió en permanecer. Agradeció en cuanto llegó al aeropuerto y supuso que desde ahi su suerte iba a cambiar... solo.supuso porque de ahí todo fue a mal. Al bajar el zapato se trabo en una coladera y al intentar dar el paso se fue de bruces contra el suelo raspandose la rodilla rasgando la falda y perdiendo el tacón. Gruño en enfado y luego de salir de first aid estaba esperando su maleta. Lo único bueno de esa serie de eventos desafortunados fue la sonrisa del desconocido de profundos ojos verdes que le ayudó. Sonrió mientras se terminaba de vestir. Cerro la maleta y salió del baño.
El ojiverde tomo su bebida y se dispuso a salir pero el barullo de la gente lo hizo girar a ver y ahi estaba de nuevo la chica de hacía un rato intentando meter todas sus cosas a la maleta nuevamente.
—Creo que te gusta meterte en problemas —Jay le dio un zapato que habia salido volando ella suspiro resignada intentando no llorar. —Por cierto soy Jensen
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—Maria Jose —Respondió cuando recibió el zapato. Jay pudo detallar de mejor manera a la chica, castaña, de piel trigueña, ojos cafes y con un encantador acento latino. La ayudó a ponerse de pie.
Wow ella sonrió no recordaba que fuera tan alto. Pero era extremadamente guapo. Rostro masculino, ojos verdes encantadores, sonrisa de conquistador, espalda fuerte y brazos que se marcaban fuertes sobre la camisa que llevaba.
—Anda te ayudo— Le extendió la mano para ponerla de pie. Vamos por algo de tomar?
Majo lo vio desconcertada la estaba invitando a tomar algo cuando él tenía la bebida en la mano. Jay entendió la mirada y se rio. —Es para que te calmes un poco.
Ella asintió. Fueron hasta una pequeña cafetería jay ordenó pay y un smoothie para su acompañante.
—Solo espero que esto no termine sobre mi o peor sobre ti. —Bromeo
Maria jose puso cara de susto y Jay se rio muy fuerte. —Solo bromeo no te asustes —término.
Estuvieron conversando por un tiempo a Jay ella le pareció una chica muy dulce y aunque su inglés no era del todo perfecto y el español de Jay era bastante malo se habían entendido. La conversación fluyó hasta el momento en que el ojiverde tuvo que retirarse.
Ya es su hotel Jay se reprochaba el no haberle pedido el número de teléfono a Majo suspiro un tanto frustrado mientras terminaba de arreglarse para la cena que tendría con los inversionistas mexicanos.
La puntualidad era una de sus mayores virtudes y faltando 10 para las 7:00 estaba en el lugar en donde se realizaría la reunión. La host le dio la bienvenida y lo llevó hasta un apartado del restaurante.
El señor Rodríguez fue el primero en saludarlo y ofrecerle un corto de tequila. El castaño hizo un gesto a causa del alcohol y el Señor Rodríguez se río. Mientras hablaba con los demás inversionistas Jay escuchó una voz que le pareció bastante familiar. Volvió a ver y se encontró con la chica de hacía unas horas, solo que esta vez lucía un lindo vestido que se ajustaba a sus curvas más relajada.
Majo también se sorprendió al encontrarse con Jay,y resultó ser el inversionista del que su padre le había hablado durante semanas. Para agrado de ambos la reunión fue más que exitosa además del contrato Jay había logrado obtener el número de su damisela en apuros.
La siguiente vez que Jay regresó a México tenía un motivo bastante especial, no solo llegaba para cerrar el trato con el señor Rodrigues sino que, esta vez tenía un trato mucho más importante que cerrar, iba a proponerle matrimonio a María José y esperaba que ella le dijera que sí.
