33

180 32 10
                                    

Pov's Jimin

Seque mi cabello sin apuro, tratando de alargar el momento lo más posible. Mi corazón era un máquina a todo vapor sin ningún tipo de freno, a tal punto de que literalmente podía sentir el retumbar de mis latidos en cada parte de mi cuerpo.

Me mire al espejo, apreciando mi cuerpo en el. No sería la primera vez que el mayor me viese desnudo pero aún así, se sentía diferente.

Hoy llegaríamos hasta el final, no habría un Aún no haciéndome esperar. Hoy cerramos el trato. Y yo...

Estoy aterrado.

En este momento todo se sentía tan real. No sé a dónde se había ido esa parte de mi que anhelaba con ansias este momento. Porque actualmente solo queda en mi el yo que es una gallina y está muriéndose de nervios con cada minuto que pasa.

Unos toques en la puerta me hicieron brincar y sentirme fuera de mi propia piel del susto.

- Jimin, ¿está bien? Ya ha pasado una hora -

- Yo... S-si ahora.. ah..ora.. salgo - Rodee mi cadera con la toalla y salí a paso dudoso del cuarto de baño.

- Oh, no te has secado el cabello, ven aquí -

Ni siquiera vi a los ojos del mayor cuando fui llevado a rastras hasta su cuarto. Me invitó a sentarme al borde de la cama mientras buscaba no se que en la habitación.

Me espante cuando el aire caliente choco contra mi cabello. Notando entonces que el mayor se disponía a secar mi cabello.

Me deje llevar por la relajante acción. Siendo apenas consiente del cuerpo semi-desnudo del actual pelinegro.

Para cuando terminó me encontraba completamente relajado. Mi piel había agarrado calor, y la sensación de sus dedos acariciándome habían dejado un sutil cosquilleo sobre mi piel.

- ¿Estas nervioso? - dijo de rodillas frente a mi. Dejando besos en el dorso de mis manos.

- Mmmmm - dije en respuesta.

- No necesitas estarlo. Prometo apreciar cada parte de ti esta noche, hasta el final - susurro eso último, provocando me un escalofrío.

La escasa tela blanca que me daba una leve seguridad, fue arrancada de un jalón y desechada en una esquina del cuarto.

- Espe... -

- Shhh.... - me calló. Colocando un dedo sobre mis labios. Paseo su mano por mi pecho, y desde ahí me empujó suavemente, por los que termine recostado contra las sábanas. Me miraba fijamente, como si memorizara cada parte de mi rostro. Tomo mis mejillas, y dejo un casto beso sobre mis labios, luego en mi mentón, en mi frente y simplemente en todos lados.

Mis nervios se disiparon un poco cuando sus ataques me dieron cosquillas, drenando así el sentimiento negativo entre abochornadas risas.

Cuando el mayor me empujó hacia arriba, consiguiendo que me acomodara al centro de la cama con el sobre mí, me empece a sentir avergonzado. Las luces seguían encendidas y yo estaba completamente desnudo, no había ningún pequeño detalle que pudiese esconder de la observadora mirada del pelinegro.

- Hyung... las luces... - comenté mientras tomaba sus mejillas con mis manos, evitando así que siguiera con el notable recorrido de su mirada que cada vez se dirigía más al sur.

- ¿Enserio es necesario? - pregunto frunciendo el ceño y haciendo puchero.

- L..a próxima v..ez, h..oy h..oy n.. - tartamudee.

𝙰ú𝚗 𝚗𝚘Место, где живут истории. Откройте их для себя