Intente subir las escaleras en silencio, pero ellos estaban en mi habitación. Ni siquiera dejaron cambiarme o tomar un maldito vaso con agua, fui llevada al despacho de mi padre.

Necesito, relajarme o de lo contrario me pondré de mal humor y esto terminará muy mal.

Me quitó los tacones y busco una liga en mi bolso para mi cabello, tomó el vaso de agua que está en la mesa del despacho y empiezo a relajarme.

Este lugar transmite mucha tranquilidad cuando está solo. El despacho es un espacio amplio con techos altos y molduras ornamentadas.

Las paredes están con paneles de madera oscura, lo más hermoso son las ventanas gigantes con sus cortinas de terciopelo y sus vistas hacia el jardín.

Fácilmente puedo decir que soy una diseñadora de interiores, porque escogí todo lo del despacho.

Desde el escritorio de madera maciza con diseño clásico acompañado de una silla de cuero. Las estanterías repletas de libros clásicos que solamente Grecia adora, algunos objetos de colección y un par de sillones para lectura.

La alfombra persa con diseño clásico cubre el suelo de madera, fue lo que más amo mi madre, según ella añadió un toque de calidez y sofisticación.

En la pared mi padre decidió colgar sus cuadros de arte, acompañado de sus objetos de colección: relojes antiguos, globo terráqueo y esculturas extrañas.

La iluminación es suave pero suficiente, con lámparas de mesa para poder trabajar tranquilo y concentrado.

— Se acabó el tiempo, Amelia.

Suelto un suspiro al escuchar a mi padre, por primera vez en esta mañana dejo de observar el suelo y levanto la mirada.

— No recuerdo nada, probablemente fui drogada — mi madre suelta un grito — Al despertar esta mañana, no tenía idea de lo que había sucedido.

Mi madre no deja de llorar mientras que mi padre se pasa las manos por su rostro frustrado

— ¡Entiendes la gravedad del asunto!

— Por supuesto, estoy dispuesta a enfrentarlo y no necesitan dar la cara por mi o mover sus contactos.

Louisse me mira incrédula.

— Eres una egoísta, entiende que tu maldito problema nos afecta a todos — menciona — Tus hermanas tuvieron que faltar a la escuela de ballet, por los periodistas mientras que tu padre está recibiendo miles de llamadas y está moviendo sus contactos para ayudarte.

— Tú madre y yo estamos cansados de esta actitud, no entiendo porque al graduarte de la universidad cambiaste por completo — suspiro — pasaste de ser el orgullo de la familia a ...

Ser un desastre.

Un nudo se forma en mi garganta al saber el porqué mi actitud cambio por completo, estoy viviendo todo lo que no pude por enfocarme en mis estudios y ser su orgullo.

Matarme de estrés en la universidad por ser el primer lugar en todo, de ganar miles de premios y ser una sabelotodo.

— Estas suspendida de la empresa, Julisse se encargará de hacer tu trabajo.






7 horas después...















La melodía de la canción "the last day" inunda en mi habitación provocando que cierre mis ojos.

Sonará muy cliché, pero mi vida no es fácil, desde el momento en que cumplí 15.

Frank Ricci desde el momento que entre al bachillerato, me recalcó que ya tenía un puesto asegurado en la empresa «encargada de finanzas».

TRAVIESA OBSESIÓNWhere stories live. Discover now