Apetito [✔]

12 | Rochester Bridge

Capítulo doce: "Rochester Bridge"

—Connor, lo estás haciendo mal.

—Eso no lo dices cuando follamos, eh.

—Oh, cállate.

Connor estaba aplicándole el tinte y Spencer quería tirarse de los pelos de la frustración. Bueno, mejor no, porque acabaría con los dedos de color de rosa. Examinó su cabello con ayuda del espejo y señaló un mechón.

—Te has dejado este.

El rubio bufó, embadurnó el cepillo en tinte y repasó la zona una vez más. También aprovechó para incidir en la raíz, no quería que su novio se pasase las siguientes semanas quejándose de su poca eficacia como peluquero.

—Ha sobrado un poco. —Le enseñó el recipiente y Spencer se encogió de hombros—. ¿Quieres usarlo para teñirte las cejas?

—Ni se te ocurra —amenazó con un semblante serio y Connor soltó una carcajada—. Mis cejas negras están bien así.

—Ya en serio, podrías haber invitado a Jeff a que te ayudara. Yo no sirvo para estas cosas —se quejó quitándose los guantes al terminar.

—Lo intenté, pero estaba ocupado. ¡Un lunes por la tarde! No entiendo qué estará haciendo si no tiene vida social.

—Oye, no seas cruel.

Spencer rodó los ojos y salió del baño. Mientras esperaba los minutos correspondientes con el tinte puesto se sentó en el sofá y Amy se acomodó a su lado.

—Estoy seguro de que si pudiera hablar estaría riéndose de mis pintas —señaló Spencer. Le acarició la patita y el animal maulló de forma suave.

—Ya lo hago yo por ella —aclaró Connor tras llegar y apoyarse de brazos cruzados contra una de las estanterías. No dejaba de contemplarlo y reprimir una risa.

—Muy gracioso.

Spencer era de esos que siempre iban peinados a la perfección, razón por la que era curioso verlo con el cabello hacia atrás y lleno de tinte.

—No me mires tanto, tengo un complejo con mi frente. —Se la tapó con la mano y Connor negó con la cabeza sin borrar una sonrisa.

—Eres tonto, ¿lo sabías?

Se acercó para darle un beso en los labios y Spencer no se lo impidió. Ahora que estaba libre le comunicó que se encerraría un rato en su despacho a intentar escribir y el chico asintió. Al quedarse solo en el salón encendió la televisión e hizo zapping hasta dejarlo en un canal que estaba emitiendo una serie policíaca.

Los últimos días habían sido extraños, no se le ocurría otra palabra para describirlos. Por una parte, no se había separado de Connor y eso cada vez lo reconfortaba más. Aunque, de alguna forma que no entendía, había accedido a vivir con él y la mudanza estaba siendo un caos total. No había día en el que no se preguntara a sí mismo si estaba haciendo lo correcto o se le había ido la pinza. Sus amigos votaban por la segunda opción.