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-La cámara está encendída- se veía solo su rostro en un lugar un tanto oscuro -Ha pasado una semana desde que llegamos a este lugar- susurraba -cuatro desde que comenzó esto... mis aliados y yo... no hemos movido nuestras fichas aun- carrapeo -aunque no se realmente si puedo seguir confiando en ellos... - suspiró -no sé cuantos seguimos aquí.. de un momento a otro, la comida comenzó a terminarse y... esto empeoró cuando empezaron a pelear por ella... y el hambre les hizo perder la razón...

-¡Jinko inútil devuelve eso!

-¡obligarme perro!

-Como podrán escuchar... hasta los agentes están perdiendola... - colocó una mano en su frente -veré si puedo acercarme un poco- volteo la camara de su teléfono.

-¡Sueltalo!

-¡Ahora son mias!

-¡Que las sueltes!

Deslizó levemente una puerta y acomodó el teléfono para observar lo que ocurría dentro de la habitación.

El pelinegro y el albino se encontraban peleando por un paquete de galletas de chocolate.

-No me estas dando otra opción... - se levantó -¡Rashamon!

El tigre comenzó a esquivar los ataques, trepando cuál gato asustado por la pared y el techo.

El alfa gruñó tratando de alcanzar al escurridizo felino, sonrio cuando de un momento a otro logró sujetar al albino de la cintura y aprovechó para bajarlo de un jalón al piso.

Sujeto las muñecas de este sobre su cabeza con ayuda de rashamon y comenzo a buscar el paquete de galletas, urgando en la ropa del  omega.

-Esta situación se está convirtiendo en algo no apto para menores- intentó sacar el móvil, pero este cayó alertando a los de la habitación.

El pelinegro volteo en su dirección y después regresó su mirada al albino, parpadeo sorprendido al ver la posición en la que se encontraban. El omega estaba sonrojado con la respiración agitada por la persecución anterior y por estar forsejeando para soltarse.

-¡Kaminari-kun!- grito el albino safandose del agarré del inpactado mafioso y corriendo hacía la puerta.

El rubio al verse descubierto intentó escapar pero fue interseptado por el tigre.

-Atsushi-san... no quise interrumpir nada...

-¡No iterumpiste nada!

-¿Que hizo?- shinso salió bostezando de una habitación del frente.

-Estaba... - sus ojos quedaron en blanco.

-Sueltalo- ordenó el pelimorado y el albino obedeció.

-Gracias broo, pensé que me iba a comer... - suspiró y Shinso lo observó divertido.

-Vuelve a ese cuarto- volvió a ordenar.

-¿Jinko?- pregunto el pelinegro con un leve sonrojo.

-Lo olvidaba... - el rubio retrocedió un paso -¿Eres amigo o enemigo?- el alfa encogió los hombros -¿No vas tras la comida?

-No, supongo

El omega entrecerro los ojos en señal de desconfianza.

-Bien... si no confías en mi...

-Esta bien esta bien- detuvo al alfa -confío en ti bro- el pelimorado sonrió de lado.

Gracias a la situación actual no importaba el género ni subgénero a la hora de dormir, todos se había dividido en pequeños grupos
aprovechando que había cuartos de sobra para tomarlos como sus "bases".

Detectives en la U.A?Where stories live. Discover now