9: Persecución, parte 2

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Aunque no estábamos lejos, teníamos que llegar cuanto antes. Manejaba con esto en mi mente hasta que reparé que estaba yendo a 120 kilómetros por hora en una autopista de 80. Volteé a mi derecha y vi a Spencer sosteniéndose el cinturón de seguridad, con los ojos abiertos y el cuerpo empujado al asiento. Me dio un poco de risa, pero no bajé la velocidad. Llegamos al cabo de 10 minutos. Estacioné la camioneta en la parte de atrás, para que no nos viera, y de la manera más silenciosa que pude. 
- Derek dijo que estaban a 5 minutos más y traerían repuestos. Solo seremos tú y yo. - me dijo algo nervioso. - Tienes cara de saber lo que haces así que yo no te lo diré. Vamos. - me dio un chaleco antibalas, que estaban en los asientos de atrás, y él se puso uno. 
Bajamos de la camioneta y mientras Spencer avanzaba a la puerta de atrás. yo me fijé en las dimensiones de la casita por fuera y, lo que alcanzaba, a ver por dentro. La puerta estaba abierta y entramos sigilosamente. Spencer me hizo un gesto con la cabeza de que él iría para la izquierda  y yo le confirmé yéndome por la derecha, ambos con pistola en mano. 
Al entrar por la puerta trasera está la cocina, pasando la cocina, al frente, está la sala y el comedor; a la izquierda había un cuarto y lo que parecía ser un ático, y a la derecha  estaban las escaleras y un pequeño estudio. Perdí a Spencer de vista, subí unas pocas escalenos cuando vi una puertita medio abierta debajo de estas. Iba a bajar los escalones para entrar a la puerta que, imaginaba yo, deba a un sótano. No obstante, la puerta se abrió y lo vi. Pegué un brinco pero de mis labios salió: 
- ¡FBI, no se mueva! - pero Gordon debió asustarse porque levantó su mano derecha, mostrándome el cañón de una pequeña pistola plateada con café y disparó. Me agaché y disparé también dándole en una pierna, provocando que soltara un quejido y se cayera al piso, soltando la pistola. Me sujeté al barandal de las escaleras y lo salté, aterrizando al lado de Darius y tomé la pistola, con la que me había querido disparar, y la aventé a un sillón y lo esposé al mismo tiempo que escuché un sollozo. Era la chica. Iba a bajar al sótano, pero escuché la voz de Spencer y decidí esperarlo. 
- Cate, ¿dónde estás? - Gritó y su voz se notó más cerca. 
- En las escaleras pasando la cocina. - le respondí, notando mi voz calma. - Tengo a Gordon, ya lo esposé. - le dije a Spencer, que ya estaba a mi lado. Me puse de pie y me mareé un poco. 
- Escuché dos disparos.  
- Sí, Gordon tenía una pistola. Se la quité, está en un sillón. El otro fue mío, le di en una pierna. Pero a mí no me dio, no pasa nada. 
- Cate... Tu abdomen. - dijo, viéndome con los ojos abiertos y preocupado. 
Bajé la mirada, confundida, y vi una mancha enorme cubriendo todo mi abdomen. Era sangre, mi sangre. Creí que no me había dado. 
Me tambaleé y Spencer, en un acto rápido, se acercó y me atrapó. Todo me pesaba y me sentía con sueño. Escuché, de manera distanciada, sirenas. Los refuerzos ya habían llegado. Pero me sentía cada vez más adormilada. 
- Aguanta un poco más, ya llegaron. - me dijo Spencer colocando presión con su mano en la herida de mi abdomen, tuvo que quitarme el chaleco y pasar su mano por mi blusa, y acomodándome en sus piernas con su otra mano, para después colocarla debajo de mi cabeza. 
- La chica está en el sótano. La escuché. No sabemos qué le hizo, debemos darnos prisa. - le dije yo, tratando de moverme, pero fallé. Me dolía todo. 
- De acuerdo. La sacaremos, tú quedate conmigo. 
- Reid, Vásquez, ¿dónde están? - era Hotch, su voz se escuchaba hacía atrás. Había entrado por la puerta principal y escuché varis voces y pasos, ya estaban todos aquí. 
- A la izquierda. Ya tenemos a Gordon, pero le disparó a Cate. Ya perdió mucha sangre. Dense prisa. - gritó Spencer.
A los segundos vi a Morgan a mi lado y a Hotch con Rossi pasándonos, yendo por Gordon. 
- La chica. Spencer, ¿dónde está? - dije al acordarme, sin aliento y con la voz entrecortada. Spencer, le dijo a Morgan dónde estaba. Él les dijo a J.J. y a Emily que ya estaban allí. 
- Por Dios, Cate. - escuché la voz de J.J. seguida de la de Morga, diciéndoles  que se dieran prisa.  Quise seguirles con la mirada, pero Morgan me tapaba la vista. 
- Tranquila, ya fueron por ella. Respira y quedate con nosotros, hermosa. - me dijo Morgan, ¿asustado? ante mi pérdida de sangre. - Spencer, tenemos que llevarla a un hospital ya mismo. 
 - Ya lo sé. - le contestó desesperado y haciendo más presión en mi herida. 
- ¡La tenemos! Vamos par arriba. - gritó Emily. 
Vi como tres figuras salían del sótano y unos paramédicos se llevaban a la chica junto con Emily y J.J. Noté que era la primera vez que veía a la chica; era bonita, de cabello negro y ojos verdes. 
- Ya la sacaron. - dije aliviada y soltando aire y, a su vez, dejando salir una lágrima. Jamás pensé que ser disparada doliera tanto. Pero estaba pasando el dolor. - Eso es bueno. Eso es... - se cerraron mis ojos y no pude seguir hablando ni moverme. Escuché la voz de Morga. 
- Ey, no. Abre los ojos, espera un poco más
- Maldición. - soltó Spencer, sacudiendo un poco mi cabeza.
- ¡Hotch! Cate se nos está yendo. Tenemos que irnos ahora. - gritó Morgan
- Despierta. Ya casi nos vamos. - escuché decir a Spencer. Abrí los ojos un poco. - Eso es, sólo un rato más, Cate. - pero por más que intenté dejarlos abiertos, se volvieron a cerrar. No podía. 
- Cate, Cate, vamos, despierta. - oí a Spencer una última vez. No veía nada, no escuchaba nada, no sentía nada. Me dormí, completamente. 

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