🌌 Sweet Night 🌌

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Jungkook abrió las puertas de la que sería su nueva habitación, en París todo debía ser maravilloso como para que le dieran hospedaje en un lugar tan acogedor, seguramente no era de los lugares más elegantes pero estaba conforme. No tenía el típico balcón romántico como en las películas pero había una vista excelente donde quizá en la noche la Torre Eiffel iluminaria la ciudad en su totalidad. Unos toquecitos en su puerta lo interrumpieron antes de terminar de quitar toda su ropa y acomodarla en el armario. Luego una elegante mujer con un paño rosa atado al cuello pasó a la habitación y le sonrió.

-Bonjour, Jungkook.

-Bon-bonjjur, señora Mi... madame Kim -se corrigió rápidamente.

-Oh, Jungkook. -La madre de Yoongi soltó una agradable carcajada con la mano en el pecho, su elegante traje no tenía una sola arruga al igual que su rostro-. No tienes que ser tan cordial. Solo pasaba para darte la bienvenida a París, ¿te gusta tu nuevo cuarto?

-¡Sí, directora Kim! -inclinó la cabeza rápidamente-. Gracias por recibirme.

La mujer avanzó y le sostuvo el mentón con su suave mano, desprendía un aroma muy dulce.

-Eres amigo de mi Yoongi, la encantada soy yo. Quizá y con esto venga a visitarme más seguido.

Jungkook sonrió dejando salir a la vista sus dientes principales.

-Bienvenue dans la ville lumière, Jungkook.

(Bienvenido a la ciudad de la luz, Jungkook)

Después de esa pequeña presentación, junto a lo que sería una clara señal para aprender francés más pronto, la directora Kim salió del cuarto dejándolo solo. Jungkook se lanzó hacia la cama, su colchas eran tan cómodas que podría quedarse dormido si cerrara los ojos un segundo. Había un perfume distinto en todo el lugar, un aire incluso más puro en cierta forma o tal vez porque aún no estaba acostumbrado. También se sentía lo dulce, el pan, las rosas del jardín, vino, todo se mezclaba y lo conducía directamente hacia su sueño.

Soñó con un verde prado, una colina elevada donde el más fresco viento viajaba con hojas que los árboles más viejos dejaban caer, conducía tanto como podía su bicicleta basta la cima pero al ya no poder tiene que detenerse antes de tropezar. Deja esto a un lado y comienza a correr hacia la sombra de árbol. Allí está Namjoon esperando por él, con su libro abierto en una mano y con la otra saludando en su dirección. Se recostaron juntos y comenzaron a contar nubes, no sus formas porque eso era muy confuso, y luego se fijaron en el conejo a un par de pasos que iba haciendo hoyos en la tierra.

Ambos reían, era el día perfecto.

Cuando despertó ya era de noche, no se fijó en la hora y se puso de pie para ir hacia la ventana. Abriendo de par en par, y sacando el rostro hacia afuera comenzó a sonreír con sus ojos brillando.

La ciudad era increíblemente hermosa, y tal como pensó podía verme la radiante torre desde su ventana. Sonrió hasta que se cansó y sus ojos se aguaron llenos de tristeza.

Cambiaría aquella vista por hacer realidad el sueño que había tenido esa tarde.

Volvió hacia su cama listo para ahogarse en más pensamientos cuando la pantalla de su teléfono comenzó a brillar sobre la mesa junto a su cama. Extendió la mano para tomarlo y entonces se encontró con el nombre de contacto de él.

-¿Namjoon hyung? -Las palabras salieron de su boca apresuradamente.

-Jungkook, ¿qué tal París?

La voz de Namjoon era relajante.

-Es hermosa, hyung, hermosa en verdad.

Se escuchaba el claro aliento de Namjoon al otro lado de la línea.

-¿Puedes ver la Torre, las luces, la ciudad?

-Todo. Es grandioso.

-¿Por qué no suenas tan feliz?

-No lo sé.

-Tendrías que ver más, ¿no lo crees?

-Eso me gustaría.

-Puedes subir al tejado, Yoongi dijo que el lugar tenía uno, allí verás mucho más. Ve ahí, también tengo deseos de verlo.

Jungkook no entendía en su totalidad, pero quizá Namjoon esperaba que le tomara fotografías así que no lo dudo ni un segundo y tomó su cámara saliendo del lugar con toda prisa.

El dato de Yoongi era acertado, luego de unos pisos subiendo por la escalera hacia una puerta que daba hacia el exterior. Pasó y frotó sus manos cuando el frío le golpeó de manera agradable.

Pero, repentinamente, todo el lugar se iluminó con cientos de luces pequeñas. Frente al borde, con una vista hacia la Torre Eiffel, había un sofá rojo con alguien sentado allí.

-Uhm, ¿disculpe?

No sabía hablar francés así que pensó que sería mejor irse de nuevo, pero quería tanto una foto.

-No hay problema, puedes venir -escuchó, tanto de la persona como del aparato que sostenía en su mano con la llamada aún en curso.

Todo el aliento se atoró de repente en sus pulmones mientras caminaba hasta quedarse sentado sin mirar hacia su rostro aún.

Todo el aliento se atoró de repente en sus pulmones mientras caminaba hasta quedarse sentado sin mirar hacia su rostro aún

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Sólo se concentró en la vista.

-Ahora sí, es mucho más hermoso, ¿no?

El corazón de Jungkook bombeo fuertemente.

-¿Cómo...?

-Fui un tonto por ir a despedirme, lo siento. De hecho me ocurrió de todo. Primero el perro de mi hermana se robó mis zapatos, le cedí mi taxi a una anciana, tomé la bicicleta de mi vecino de doce años, y cuando llegué...

Jungkook comenzó a reír.

-Ya no estabas. Así que compré un boleto de avión.

-¿Todo eso para...?

Ambos se miraron en ese momento.

-Para desearte buen viaje -dijo sonriendo-. Ten buen viaje, Jungkook, no me olvides. Te amo.

Los ojos de Jungkook tenía lágrimas nuevas en ellos, sus grandes ojos de ciervo eran el mismo cielo lleno de estrellas.

Namjoon lo tomó suavemente del cuello de su camisa para tirar de él hacia sus labios.

Estuvieron allí, frente a París, besándose por mucho tiempo.

Latidos cardiacos veloces, hasta que finalmente se sincronizaron completamente compartiendo ritmos, bombeos, estallidos de luces y sonrisas que prometían todo.

Jungkook unió su frente a la de Namjoon, ambos sujetaba con sus manos la nuca del otro.

-¿Quién dice que las despedidas no son buenas? -murmuró Namjoon, con la garganta cerrándose.

-¿Y quién ha dicho que esta es una despedida, Nam?

Namjoon sonrió.

-Quiero ser tu novio, Koo.

Jungkook se alejó para volver a mirarlo y le entregó un beso en la punta de su nariz.

-Yo soy tu novio, Namjoon.

Curioso | NamKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora