Capitulo 5. La propuesta

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Hola de nuevo, una disculpa enorme por la tardanza y por publicar a esta hora jaja. Como lo prometido es deuda aquí les dejo el siguiente capítulo, y para no publicar todos de golpe mañana publicaré el siguiente y así con los que les prometí.

¡Disfrútenlo!

Desperté gracias a unas horribles punzadas en la sien izquierda

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Desperté gracias a unas horribles punzadas en la sien izquierda. Arrugaba mis ojos cerrados dándome cuenta de la enorme cantidad de luz que entraba por la ventana. Petra nunca cerraba las cortinas de su habitación porque amaba despertar con la luz del sol, yo lo odiaba y no estaba acostumbrada a tanta iluminación.

Abri un ojo y luego el otro. ¡Joder! La cabeza estaba matándome, supongo que se debía a que no comí más que frituras desde ayer, al poco alcohol que bebí y al llanto de anoche.

Me estiré aún recostada y al tratar de estirar el pie un dolor se hizo presente. ¡Mierda! Olvide que me había lastimado en la fiesta. Me quedé quieta intentando que no me diera un calambre, cuando sentí qué la sensación pasó estiré mi brazo hasta la mesa de noche intentando alcanzar mi celular. Al encenderse la pantalla pude ver que eran las diez y quince minutos del día. Me quedé un rato tumbada en la cama intentando relajar todos los dolores que tenía en ese momento.

Como pude, me senté a la orilla de la cama y al recorrer la habitación con la mirada pude ver un regalo traído desde el mismísimo cielo, ¿qué ángel guardián dejó esto en mi humilde posada? Se trataba de una muleta recargada junto al ventanal. Me estiré para tomar aquel apoyo de madera y después de una cuenta hasta tres me impulsé hacia arriba para lograr colocarla bajo mi brazo, era realmente cómoda.

Caminé hasta el espejo del tocador y a decir verdad mi rostro lucia muy bien, pero mi cabello era un completo caos.

Bostece mientras caminaba hasta la puerta, al abrirla y salir pude sentir el frío mañanero y un delicioso aroma a té. Al dirigirme hasta la cocina me topé a un Levi haciéndola de cocinero, estaba sirviendo unos huevos con tocino en dos platos distintos y junto a ellos una taza de té negro. Verlo intentando cocinar era verdaderamente tierno.

Levi nunca ha sido buen cocinero por más que se esfuerce en aprender, pero verlo no desistir es muy lindo. Estuve algunos segundos observando cómo llevaba los platos a la mesa hasta que se percató de mi presencia.

-Buenos días señor chef. -Dije acercándome al lavaplatos de la cocina para lavar mis manos.

-Buenos días. -Respondió calmado mientras terminaba de poner algunos aderezos en la mesa.

-¿De donde es la muleta? ¿Es tuya? -Pregunte curiosa mientras secaba mis manos con una toalla de papel.

-Es una de las que me dieron en el hospital hace dos años, en cuanto desperté fui hasta mi departamento por ella y por algo de ropa.

Me impresionaba como es que este hombre podía dormir menos de 4 horas y verse tan fresco como una lechuga.

-Créeme que me será bastante útil, muchas gracias cariño. -Él asintió a mi agradecimiento. Juntos, nos aproximamos hasta la mesa para sentarnos a desayunar.

Un rayito de sol  |  Armin x Lectora (COMPLETADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora