Conocí la otra cara del amor

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-n-no seas tonto- susurro abrazándole, acercando su abultado vientre al ajeno el cual por reflejo llevo su diestra a él acariciándolo -en que, si debía visitar a algún médico o alguien especializado para que me recete algo para las noches de insomnio o para los vómitos, aún tengo y en el barco me darán más- comento

-a tienes razón- sonrió Itachi asintiendo, al parecer Deidara había logrado distraer al ajeno del problema -iremos mañana a buscar a uno- prometió mientras le abrazaba de la cintura para sentarlo en sus piernas y besar su vientre -es enorme-

-me estás diciendo gordo?- interrogo serio el ojiazul

-no amor- sonrió -creo que son cuatro-

-estas bromeando cierto?- interrogo Deidara aterrorizado, cuatro era demasiado, si hacerse a la idea de que estaba embarazado aun le aterraba, y no era porque no quisiera hijos, simplemente el hecho de los cambios que traían después del parto era lo que realmente le aterraba, muchos donceles después de parir un hijo cambiaban por completo, desde humor hasta físico ahora el cambio por parir a dos realmente le aterraba y el hecho de que Itachi le dijera que eran cuatro por supuesto podría causarle un infarto ahí mismo.

-Mira Ita, en verdad, en verdad no quiero que sean cuatro, uno, con uno está bien, tengo miedo de no ser buena madre, fallar, y que me odies-

-tranquilo, mi madre te enseñara como debes hacerlo- sonrío seguro

Y ahí estaba, la segunda cosa que Deidara temía, conocer a su "suegra", y esto no era debido a que se tratara de la madre de Itachi, el problema en si era que en su pueblo de origen, las suegras no eran nada buenas con los yernos o nueros, eran terribles, buscaban de todas las formas posibles hacer que sus hijos los dejaran y si esto pasaba, realmente no sabia de que seria capaz Itachi, tampoco quería averiguarlo, llevar la fiesta en paz con su "esposo" era lo mejor, por que si, a pesar de no tener un anillo de compromiso como Naruto y ningún papel, Itachi decía que eran esposo y si él decía esto, era por que eso significaba y nadie se opondría a decirle lo contrario.

La cena continuo de forma tranquila, el pequeño niño procedió a lavar sus dientes e ir a descansar puesto que los adultos hablarían de como planeaban organizarse para partir, desde suministros esenciales hasta lo que no lo fuera y es que llevar donceles no era fácil, menos uno embarazado y otro con un niño, había ciertas cosas que se debían cuidar para la comodidad de todos.

Los primeros dos días después de aquella platica transcurrieron de forma rápida desde la perspectiva de Naruto puesto que ir a despedirse de los Yamanaka fue algo difícil, fue la familia que mas le ayudo y lo acogió cuando más lo necesitaba.

-en serio debes irte?- cuestiono una vez aquella mujer mientras tomaba la mano de Naruto entre sollozos -dios te extrañaremos tanto, a ti y al pequeño- confeso

-sí, nosotros también los extrañaremos, pero he hablado con mi prometido y acordamos que es lo mejor, iremos donde a sus padres, el desea presentarnos- confeso

-así que es cierto- concluyo Shikamaru mientras dejaba aun lado una caja de verdura -y cuando se irán?-

-mañana ante de que el sol salga- confeso suave

-porque no has traído al niño?-

-fue con su tío, le están comprando algo de ropa- confeso -lo siento, no lo traje a despedirse, el los quiere mucho, por favor, suplico no piensen que no es así-

-tranquilo cariño- susurro la mujer -sabemos que un brillante futuro te espera, el hombre que te lleva no es el que nosotros hubiéramos querido para ti, pero te quiere, espero y siempre sea así, si no, aquí siempre tendrás un hogar al que volver- dijo suave -Cuídate y cuida a mi pequeño Shinki, no olvides que ustedes valen mucho Naruto-

-jamás lo olvidare, jamás me olvidare de ustedes- prometió -fueron y son mi familia-

Entre llantos, abrazos y una que otra palabra, aquella despedida culmino, Sasuke había preparado su barco "Taka" como solían decirle para que estuvieran cómodos y nada faltara, desde alimentos hasta objetos, cosa innecesaria al parecer de Naruto, pero después de todo era un viaje largo a un lugar desconocido así que no podía opinar.

Camino a paso lento por aquellas calles, seria la ultima vez que las recorrería, lugares que vieron a su hijo crecer, a el luchar, no sabia si lo que le esperaba era mejor que lo que tenían ahí, pero estaba seguro de que, junto con Sasuke, podrían superar cualquier adversidad.

-NARUTO?!-

El rubio detuvo el paso sintiendo su cuerpo estremecer, era Gaara, reconocería su voz donde quiera que fuera

-¿Cómo que te vas?!- interrogo mientras le sujetaba con fuerza de los hombros, Naruto soltó un quejido lleno de dolor, le estaba lastimando

-su-Suéltame- exigió controlando el llanto –

-por que diablos te vas?!, por ese Bas...-

Aquel golpe que nadie espero -creo a verte dicho que Naruto era mío- exclamo Sasuke tronando sus dedos para que dos de sus hombres sujetaran a Gaara -lastimar a mi doncel te saldrá caro- comento – odio tener que darle la razón a mi hermano, pero si no te doy una "advertencia" seguirás yendo tras Naruto

-Sa-Sasuke- llamo , nunca había escuchado al ajeno hablar en aquel frio tono, tan frio que provocó que su pulso se acelerara -Sasuke vamos a casa- pidió -n -no paso nada, por favor, volvamos –

-Naruto, guarda silencio- ordeno serio -estas con el o conmigo- sentencio serio mientras cogía aquella navaja

-Papá Sasuke!- llamo el pequeño

-Por favor, Sasuke, no qui-quiero que el niño te vea así- susurro bajo -por favor, no quiero que te tenga miedo e-él te quiere-

-Kiba, llévate al perro este, ultima advertencia, Sabaku- exclamo guardando aquello para cargar al niño el cual emocionado mostro aquellos zapatos

Todo termino en un susto, Naruto jamás olvidaría aquel rostro tan serio que le hizo temblar, pero ahora no había motivo para pensar en ello, estaba en aquel barco que le llevaría su nueva vida, una vida completamente desconocida para él.

Entre mares y tierrasWhere stories live. Discover now