- ¿El que, Alissa? -

Era extraño oír mi nombre en su boca, siempre me llamaba niña o cosas similares.

- pues...reír - susurré lo último - me miraste algo raro -

- te miré porque...no es algo habitual que sonrías, es llamativo -

- ¿Llamativo? - era la primera vez que me lo decían.

- si, no es algo en lo que me fije en las personas tampoco -

Me puse algo nerviosa y solo asentí bajando la mirada.

De repente entraron un grupo de chicos que se veían de la edad de Asher. Reían fuertemente e incomodaba ya que minutos antes estábamos hablando relajados.

- vamos a la Barra - dijo animado Asher.

Yo simplemente le seguí y comienzo a pedir unas bebidas alcohólicas para ambos.

- Asher...yo...- dije vergonzosa, pues yo no estaba acostumbrada a tomar alcohol.

- no pasa nada por beber un poco - dijo convenciendome.

Nada más llegar, él pidió unos chupitos que él se bebió directamente sin esperarme, me daba un poco de asco ya que era muy fuerte. Lo hice y sentí mi garganta quemar.

Puse una cara horrorosa al notar el sabor de este.

- ya te acostumbrarás -

[...]

Tras unos vasos más que pidió Asher, mi mirada pesaba, me costaba hablar con poco y era una sensación rara. La bebida estaba mezclada con cola y era más agradable, eso hizo que bebiese más.

Asher se veía intacto.

- parece mentira que este aquí...puees...jamás salí a beber por lugares así... - dije alargando las vocales.

Por más que quisiera hablar bien, no lo podía hacer.

- siempre hay una primera vez para todo ¿No? -

Asentí.

- ¿Lo haces por obligación? - pregunté mirándolo.

- ¿El que? ¿Traerte aquí? - me miró confuso y soltó una carcajada - es porque quise yo -

- no solo esto...mmmm, tenerme en tu casa por ejemplo - me tambaleaba y el me agarró del brazo.

- sinceramente si, tu padre lo ordenó, pero no estoy tan mal como me esperaba -

Eso dolió.

Empezó a sonar una canción y quise bailar. Era raro porque no me gustaba bailar,no sabía hacerlo y ahora mi cuerpo lo pide.

- ¿Que haces? - preguntó mirándome.

- mmmm...nada ¿Pasa algo? - sonreí.

- no bailes aquí - dijo mirando el bar.

- ¿Y por qué no debería hacerlo? - lo desafíe.

- no hay un ambiente agradable -

Subí mis hombros indicando que no me importaba su opinión y comencé a dar vueltas.

El me intentaba agarrar pero me escapaba por todo el lugar.

Reí y agarré yo ahora su brazo para dar un giro como los típicos bailes. Nada me daba vergüenza, solo quería pasarlo bien.

– iré al baño –

– te espero en la barra – dijo el.

Entré corriendo ya que sentía que me horinaba encima de un momento a otro.

MI GUARDIÁNWhere stories live. Discover now