Saltar

1.5K 129 18
                                    

POV Wanda

- Desde que arreglaron lo que sea que estaba mal entre ustedes son insoportables. - Dijo Yelena y sonreí. Durante los últimos minutos de la junta había estado respondiendo mensajes a su hermana y ella lo sabía.

- Mi padre y Charles ya no cuidan más a la bebé y la niñera se tuvo que ir antes, tú hermana ha ido al rescate, es obvio debo hablar con ella. - Dije defendiéndome y ella negó.

- Sí bueno, quisiera saber a dónde ha ido porque con ustedes nunca se sabe si están en tu casa o en la suya, lo único seguro es que están juntas. - Dijo y sonreí. En otro momento me hubiese apenado por ello pero no más, estaba feliz.

Desde esa noche hace algunos meses en que Natasha me había pedido pasara el fin de semana con ella, habíamos caído en un rutina muy nuestra otra vez, una rutina que resultaba todo menos cansina y que sabía a ambas nos hacía feliz.

Ahora prestaba más atención, a los gestos, a las atenciones, algo me decía no era la única que tenía sentimientos y aún cuando ello me asustaba en sobremanera, también me llenaba de vida e ilusión.

- Están en mi casa y debo salir ya hacia allá. - Dije guardando unos documentos y mis pertenencias y poniéndome de pie. - Dale mis saludos, dile que el próximo viernes hay cena en mi casa. - Dijo en cuanto comencé a andar y asentí. Sabía era por el cumpleaños de María.

- ¿Hey tú, a dónde vas? - Preguntó Pietro apareciendo a mi lado. - ¿De dónde carajos apareciste? - Cuestioné llevando una mano a mi pecho y este sonrió. - Soy rápido, por eso no me ven. - Bromeó y puse los ojos en blanco. - Dejando de lado tu idiotez, voy a por Natasha y la bebé. La niñera se fue antes y Nat me dijo que terminara aquí que ella podía hacerse cargo. - Aclaré y él entró al ascensor conmigo.

- ¿Wanda cuándo vas a dar algún paso con ella eh? - Pregunto y suspiré. ¿Por qué el jodido ascensor no iba más rápido? - No sé si lo hayas notado pero ya son una pareja y ninguna de las dos parece querer darse cuenta. - Lo miré seria. - No actuamos como pareja. - Dije de inmediato y él me miró como diciendo piénsalo. - Mierda. - Respondí y él rió. - Atrévete a saltar por ella, no creo haya posibilidad alguna de que ella no sienta también algo por ti. - Me sonrió de forma amable. - Quizás sea solo pena, pero siente algo por ti. - Bromeó y lo golpeé.

***

Llegar a casa había sido más cómodo durante los últimos meses. Y había descubierto que sin importar el lugar, mi casa, mi hogar estaba donde estuviesen la pelirroja y mi hija. - Te ves feliz. - Dijo apareciendo con la bebé en brazos. - Hey Lizzie, dile hola a mamá. - Puso a la bebé sobre unos de sus brazos y la ayudó a hacer el gesto con una de sus manitas.

Prácticamente corrí hasta ellas y tomé entre mis brazos a la bebé, quien de inmediato pareció buscar a Natasha. - Me has robado a mi hija. - Bromeé tendiendo a la bebé hacia ella y negó. - Ella y yo estábamos haciendo negocios, solo es por eso. - Dijo y la miré interesada.

- Son temas personales Wanda, no hay que ser entrometidos. - Bromeó y miré la hora. A penas eran las 6:30. - ¿Te quedas esta noche? - Pregunté lo suficientemente cerca de ambas y mientras acariciaba el cabello de la bebé. - ¿Ustedes se quedan? - Preguntó y asentí. - Entonces este es mi lugar. - Dijo y sonreí sin control alguno.

- Aún es temprano, podemos bañarla, acostarla y luego cenar. - Dije y ella asintió. - ¿Qué vamos a pedir? - Preguntó y negué. - Nada, yo voy a cocinar hoy. - Dije e hizo un gesto de triunfo mirando hacia arriba.

***

- Natasha... - Susurré. - ¿Mmm? - Escuché respondió y sonreí. - ¿Estás dormida? - Pregunté y sin poder evitarlo me reí un poco. - Sí, tú también duerme. - Levanté el rostro para mirarla y estaba sonriendo. Porque sí, estaba abrazada a su cuerpo en la cama. Pietro tenía razón, éramos como una pareja y ninguna se atrevía a hablar sobre ello.

- Quiero hablar. - Dije y ella comenzó a acariciar mi brazo. - Lo estoy notando Maximoff. - Respondió y se separó para quedar de lado en frente de mí. - ¿Qué sucede? ¿Qué te tiene inquieta? - Preguntó y comencé a acariciarla puesto que ahora su mano que antes hacía ello conmigo se había quedado estática en mi cintura. La sentí tensarse un poco. - ¿Por qué te tensas? - Pregunté y me acerqué aún más. - ¿Qué estás haciendo Wanda? - Escuché y no tenía la menor idea, pero sabía que era el momento de saltar. Quizás cayera y ella me sostendría o solo caería y ya.

- Eres hermosa, Natasha. - Dije sintiendo cómo su cercanía hacía mi piel se erizara. - Wanda ¿estás bien? - Preguntó separándose un poco pero logré impedirlo. - No te alejes. - Dije y ella llevó su mano hasta mi rostro y comenzó a ordenar mi cabello. - Me gustas Natasha. - Dije por fin y aún en la oscuridad podía sentir sus reacciones, ella se había quedado estoica, parecía haber dejado de respirar y con ella yo. Sin embargo, era ahora o nunca ¿verdad?

Anulé el espacio entre las dos y acerqué mis labios a los suyos. El contacto inicial fue ligero, mas que un beso, había sido solo un roce de labios y en cuanto me separé un poco la vi sonreír. - Me acabas de robar un beso. - Me dijo con diversión y la miré sorprendida. ¿Eso era todo lo que tenía por decir? - Déjame equilibrar las cosas entre las dos. - Dijo e iba a reclamar pero antes de que pudiese reaccionar ella me estaba besando.

La forma en la que había logrado nuestros cuerpos encajen, su mano en mi espalda baja, la forma en que parecía dibujar patrones según alternaba la velocidad del beso, el contacto de labios, la forma suave pero seductora en la que mordía mi labio inferior, lograron hacerme jadear y aquello había sido aprovechado por ella. Con su otra mano yendo hacia mi rostro, tomando mi nuca y con el pulgar acariciando el borde mi oreja, sentí su lengua rozar con la mía y en ese momento me deshice y cedí ante su control.

La forma nada decente en la que me besaba, el sonido de nuestras bocas en batalla, las respiraciones agitadas y el calor y la seguridad con la que tocaba mi cuerpo, me hicieron perderme. De alguna forma habíamos girado y tenía mi cuerpo sobre el suyo.

Cuando nos separamos, la posición era reveladora, estaba sobre una de sus piernas, con una de sus manos entre el límite de mi trasero y mi espalda baja, con la otra enredada en mi cabello y con nuestros labios a milímetros de volver a conectarse. - Creo que ha quedado claro también me gustas. - Dijo y asentí sonriendo. No podía calmar mi respiración y la suya parecía igual de descontrolada, quería pensar que su corazón como el mío, también había enloquecido y martillaba en su pecho. - Deberías volver a probar tu punto. - Dije retándola y terminé debajo. - ¡Natasha! - Me quejé y el sonido de su risa estremeció cada fibra de mi cuerpo. - Agradecería poder seguir besándote sin que la bebé despertara. - Dijo sosteniendo su cuerpo con sus brazos y antes de que dijera cualquier otra cosa, sentí sus labios atacaban mi cuello esta vez. Gemí por la sorpresa, por la sensación y por lo bien que se sentía tenerla así.

__________________________

Un primer beso sencillo pero que ya hacía falta. Literalmente en la historia Wanda ha esperado meses y Natasha años. Ustedes y yo, solo catorce capítulos.

Gracias por el apoyo a quienes leen y a quienes votan.

Real e Ideal  - Scarletwidow / WandanatWhere stories live. Discover now