Capítulo-12

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No se olviden de dar estrellita y comentar 🤗💜.

—Ya sal, Blackmoon. No me gusta jugar a las escondidas. -Habla Mark luego de que la chica se fuera, manteniendo su mirada por el camino por donde ella se había ido.

—No te le vuelvas a acercar, parásito chupa sangre. -Dice el lobo al ya salir de los árboles, seguidos de su beta y su delta.

—Lo siento, pero, no lo haré. Va a llevar mi chaqueta al partido del domingo. -Señala con sorna, volteandose junto a su amigo, encarando a los tres lobos.

—Si te le acercas a nuestra Luna, yo misma iré a tu casa y te degollare. -La beta de la manada saca sus garras, haciendo la seña de cortar el cuello.

—A ver, cachorrita, Mark no se acercara a ella. -Aclara el corredor, viendo a sus rivales los cuales los miran confundidos. —Rollins se acercara a él. ¿Entienden o les hacemos dibujitos, pulgosos?.

Los Vampiros reciben un gruñido en coro por parte de los Lobos.

—Esto no se quedará así sanguijuelas. -Luego de que el delta dijera esto, los tres chicos se convierten en tres feroces Lobos, adentrándose en el bosque.

—Oh... Claro que no acabará así, perro tonto. -Susurra el capitán de los Vampiros, sabiendo que sus rivales podían oírlo.

                                      ........

—Maldito infeliz... Me invita a salir para luego dejarme botada en un feo bosque. -Refunfuña la corredora mientras estaría caminando con enojo en grandes zancadas hacia su hogar. —Un violador, barra, asenino, barra, vendedor de órganos, pudo haber salido y él ni pendiente.

Nota mental: ¡No salir con hombres que parezcan patanes!. Porque sí. ¡Ese maldito quarterback parecía el peor patán del mundo!. Sus hermanos y amigos se lo advirtieron.

¡Pero no!. El capitán le pareció bonito y accedió a esa tonta cita.

Aunque no se siente tan mal. ¡Le pagaron la comida y los helados!. Tal vez si ella hubiese pagado si se hubiese sentido mal, pero su dinero está completo. Aún que... Tal vez debió pedir más comida, o la más cara, ¡Asi se hubiese sentido mejor!.

Rayos.

La corredora entra a su casa, azotando la puerta con rabia. Tira su cartera en el mueble, sin prestarle la más mínima atención a las personas que se encontraban en la sala.

Rebeca, aún caminando enojada, a punto de subir las escaleras, siente como un par de músculos brazos la alza y la lleva al mueble, sentándola entre sus hermanos mayores.

—¡¿Que onda contigo, Beckett?!. -Reclama la corredora al mirar desconcertada al takleador.

—No. ¿Que onda contigo, Rebeca?. Me tiraste tu mini morral en mi órgano reproductor viril masculino.

La corredora pone los ojos en blanco.

Por favor... ¡Ni que lo tuviera tan grande como para que le doliera!. Aparte, no lleva tanto en su cartera.

Sólo lleva; Sus llaves, su celular, su cargador, una piedra que recogió por si el quarterback le volvía a seguir, sus audífonos, el gas pimienta, su navaja, y su billetera.

¡Nada del otro mundo y nada pesado!. Nop. Para nada.

—Sí, sí, perdón. -La chica rueda los ojos y se levanta, siendo jalada por sus hermanos, volviéndola a sentar.

—¿Donde esta Blackmoon?. -Pregunta Ryan, alzando una ceja, teniendo un semblante para nada amigable.

—Yo que se. Ni que fuera algo de él para que me interese. -La menor de todos se cruza de brazos y mira hacia el suelo.

—¿Blackmoon?. ¿Estabas con él?. -Pregunto Alan, frunciendo el ceño, extrañado.

—Sí. Salí con él. ¿Y que?. -Alza una ceja, subiendo su mirada a ver al guardia.

—¿Te trato bien?. -Ahora fue el turno de Liam en hablar.

La corredora no responde y vuelve a bajar la mirada, haciendo una seña con la manos diciendo "Más o menos".

—Rebeca... -Su hermano corredor, se dispuso a querer abrazar a su hermana, la cual aparta con brusquedad su brazo.

—No me toques, Royce. Tengo hambre, no jodan. -La chica se levanta y pasa junto a Beckett, arrebatándole su cartera. —Y dame mi bolso, no seas molesto. - Y... Se fue a la cocina.

—Uff... Como que alguien está en sus días... -Dice Thiago, mirando a los demás, ganándose asentimientos de cabeza por parte de ellos.

La corredora al llegar a la cocina, saca un tazón, cereales, el cartón de leche y una cucharilla, deja todo en la mesa y se sirve los cereales.

—Estúpido. Ni siquiera una pizza invitas para compensar. -Refunfuña en voz baja, sentándose en una silla frente al mesón de la cocina, empezando a comer, teniendo el ceño fruncido.

¡Descarado!. Ella con hambre y el otro bien alimentado.

¡¿Rebeca cuando entenderás?!. Sólo se busca a hombres estúpidos, sin escrúpulos, y sin vergüenzas.

                                      ........

La corredora estaría sentada en su cama, abrazando sus piernas, teniendo su mentón sobre sus rodillas.

Sus amigos ya se habían ido, así que ya se ira a dormir porque esos estúpidos no pondrán música como siempre hacen cuando van a su casa.

Puede oír como pronto tocan su puerta. Alza una ceja y se queda callada.

Aun que diga que no quiere que alguien entre, igual lo harán. Y eso hacen, cuatro chicos se adentraron y se sentaron al rededor de la chica, mirandola fijamente.

Los gemelos traían alguna chucherías consigo en un tazón grande.

—¿Estas triste?. -Pregunto Nathan mientras le acercaba el tazón repleto de golosinas.

—No, lo que siento es enojo... ¡Y ganas de rodear su cuello con mis manos y apretarlo hasta que se quede sin aire!. Ay pero que rabia. -Resopla mientras agarraba unos bombones y se los metía todos en la boca.

—Ay, Rebeca. Ya te habíamos dicho que era un estupido. -Menciona Royce mientras agarraba el cepillo que estaba sobre la mesita de noche y empezaba a peinar a su hermana.

—Do te... Pedou eda agdabe. -Habla como puede la corredora, teniendo la boca llena de bombones.

—Las apariencias a veces engañan, Beca. Conseguirás a alguien que si te aprecie. -Dice Nicholas mientras le acariciaba el hombro.

La corredora asiente con la cabeza a la vez que terminaba de comer los bombones.

La chica empezaría a sentir comezón en la mano. Así que, como toda una señorita decente; Acercó su mano a sus labios y mordió en donde le picaba

—Ay, pero que bestia eres, Rebeca. Ni siquiera el animal de Nate se muerde la mano. -Reprocha Ryan, haciendo que los demás comiencen a reírse a carcajadas, incluído la corredora.

—Uff... Los quiero malditos orangutanes.

Ganar tu corazón  [PAUSADA]Where stories live. Discover now