Capítulo-5

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No se olviden de dar estrellita y comentar 🤗💜.

Lunes , 8:30 A.M.

—¡¿Que?!. -Exclamo mi mejor amiga al oír que entraría al equipo, haciendo que su grito sea escuchado por todos los alumnos que se encontraban en el pasillo en el que estábamos.

—Sigan con lo suyo, esto no les incumbe. -Reproche mientras dirigía mi mirada a la de todos que nos veían fijamente.

—¡Secretos en reunión es de mala educación!. -Grito un chico que estaba a un costado nuestro.

—¡Callate, Thompson!. -Grito Alana para seguidamente agarrar mi mano y sacarme corriendo de allí. —Bien... Ahora, ¿como es eso de que estarás en el equipo?. -Pregunta al llegar a la cafetería, sentándose en una mesa alejada, aunque no habían tantos alumnos.

—Me lo dijo el entrenador el sábado.

—¿Y me lo vienes a decir ahora?. -Dijo, frunciendo el ceño y cruzándose de brazos.

—Porque se me olvidó. Ya sabes que a veces tengo mente de pollo.

—Tienes razón. -Se alzó de hombros restándole importancia y volvió a mirarme siendo algo más preocupada. —Becky, ¿sabes que puedes salir muy mal herida si te hacen una mala jugada?.

—¿Te refieres a lo que le pasó a Harper?. -Pregunto a lo que mi amiga asiente con la cabeza. —Se que puedo salir mal herida. Pero aún falta algún tiempo para el siguiente partido; Puedo entrenar lo suficiente para al menos anotar una vez.

—¿Sabes que el siguiente partido es contra los Lobos de Moonlight?.

—¿Sabías sobre ese equipo?. -La mire incrédula ya que creía que ella también faltaba a esos partidos por petición de su hermano, el cual es un guardia.

—Claro que sabia, incluso iba a los partidos, no te hablé de ellos porque tus hermanos me lo pidieron.

Suspiro levemente, mientras negaba con la cabeza. —Da igual, no voy a jugar contra ellos, seré sólo relleno en partidos contra ellos y contra los Vampiros. -Me alzó de hombros para seguidamente levantarme de la banca.

—¿A donde vas?.

—La cafetería tiene olor a comida, la comida me da hambre. -Dicho eso, me dispongo a caminar hacia la barra, microsegundos después escucho pasos detrás de mí, indicandome que mi amiga me siguió.

—Si tu tienes hambre, yo tengo hambre.

—Que linda es nuestra amistad. -La mire y puse cara tierna.

[...]

Ya habían acabado las clases, Alana y yo hicimos el mismo recorrido de siempre, excepto que está vez no pude esperarla como siempre, me tuve que ir a los vestidores de los chicos para poder cambiarme ya que el entrenador me había dado el uniforme el domingo, el jersey curiosamente tiene el número 03. Por lo que supe por un mensaje de mis hermanos, ya los chicos sabían que yo estaba en el equipo también.

Al llegar a la entrada de los vestidores, Royce estaba ya vestido con el uniforme, me sonrió e hicimos nuestro saludo de hermanos.

—Hola, tarada.

—Hola, sapo mugroso. -Sonreí, me tomo de la mano y entramos juntos al vestuario donde se encontraban todos los chicos hablando animadamente sin camisa, incluyendo a Ryan.

Ellos al notar mi presencia, se callaron de golpe y empezaron a correr asustados, gritando: "¡¡Mi camisa!!" O "¡Avisa para la otra, Rollins dos!".

El único que no hizo tanto escándalo fue Ryan, quien tenía la camisa a un lado suyo, ya que estaba sentado en una de las bancas, agarro su camisa y se la puso tranquilamente, mientras los otros seguían con lo suyo.

Al ya terminar, todos los chicos se pusieron en línea recta, con los ojos cerrados y con los brazos detrás de la espalda.

—Que sorpresa tenerte aquí, Rebeca. -El primero en hablar fue Julián, el hermano de Alana.

—Miller, ¿de que hablas?. Les dijimos a todos que ella sería parte del equipo. -Dijo Royce, frunciendo su ceño.

—Pues si, pero no que se uniría hoy.

Mis hermanos ruedan los ojos y me guían a donde sería mi casillero, lo abren y puedo visualizar el uniforme que me pertenecía junto a otras cosas.

Sonreí para mis adentros ya que mis preciados hermanos se tomaron la molestia de hacer todo esto.

Saque mi uniforme y fui hacia las duchas, no sin antes darle un abrazo a los dos intentos de humanos que son mis hermanos.

[...]

Me encontraba acostada en el pasto del campo, mis hermanos estaban de pie a cada lado mío, riendose.

No mentire, el entrenamiento no era igual a como lo hacía mi padre.

Y lo peor era que apenas comenzaba.

—¡Rollins tres!. ¡Levanta tu trasero y da diez vueltas a todo el campo!. ¡Tu igual, Rollins dos! -Grito el entrenador que se encontraba a gran distancia de mí.

Wow... Si que tenía buenos pulmones y buenas cuerdas vocales.

Suspiré y me levanté del pasto, empezando a trotar junto a Royce.

Estuve, corriendo, trotando entre los neumáticos, atrapando balones, entre otras cosas.

Justamente ahora, nos habían separado en dos grupo y nos encontrabamos corriendo de un lado a otro.

Algunos se encontraban takleando a otros. Ryan, que casualmente estábamos en el mismo equipo, me arrojó el balón ya que todos los demás estaban cubiertos y yo era la única libre.

Atrapé el balón y empecé a correr hacia el otro lado del campo. De la nada, uno de los neandertales que eran del otro grupo logra taklearme. Pero no sirvió de nada porque logre anotar.

Sonreí ampliamente, Royce se acercó corriendo a nosotros, no para ver si me encontraba bien, si no para regañar al takleador.

—¡¿Que te pasa, Beckett?!. ¡Tenías que evitar que anotará, no ayudarla a hacerlo!.

—¡No fue mi culpa, Rollins!. ¡Ella es muy liviana, si hubiese sido un chico no hubiese anotado!. -Respondió el takleador.

Ryan se acercó a mí, y me extendió la mano para ayudarme mientras sonreía ampliamente.

—Asi se hace, plumita. -Soltó una ligera risa, yo me límite a fruncir el ceño ante aquel apodo. Tome la mano de mi hermano y me levanté. —Es una fortuna que seas flaca.

—Y una condena también. -Admití mientras me quitaba el casco y sobaba mi abdomen con mi otra mano, ya que el brazo de Beckett me había tomado por ahí.

—¡Muy bien chicos!. ¡Fue un gran partido!. ¡Bien hecho, Rollins Tres!. -Grito el entrenador, callando la discusión de Royce y Jason; el takleador. —Como hoy estoy feliz, se pueden ir temprano, además, si seguimos, Rebeca podría desmayarse. -Dijo a lo que todos me miraron, notanto que estaba algo pálida, más de lo usual.

—Es cierto, vamos hermanita, te ducharas en casa. -Royce luego de decir eso, me cargo, colocandome en su hombro como si yo, fuera un saco de papas.

Ganar tu corazón  [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora