Angel's Love 🌘 Minsung/ HyunIn🌒

La verdad

Jisung se encontraba al lado de la cama de Minho, estaba leyéndole su libro favorito, "El Principito"

— Quédate con quien te cubra del frío, te cobije ante el miedo y cuide del mal; y todo eso suceda en un abrazo. — Terminó de leer.

Dejó el libro sobre la mesita que allí había. Dirigió su mirada a los puntos en su brazo y luego a los de Jeongin.

— Esto es extraño. — Dijo para sí mismo en voz baja.

— ¿Qué cosa? — Hyunjin lo había escuchado.

— Ven, mira. — Le dijo. — Observa. — Su amigo así lo hizo. — La herida es exactamente igual, y también los puntos.

Hyunjin le prestó suma atención a lo que dijo el menor y lo confirmó, todo era exactamente igual.

— ¿Qué pasa, chicos? — Les preguntó Minhyun cuando los vio.

— ¿Papá tú solo operaste a Jeongin, verdad?

— Si, solo a él, ¿por qué?

— Porque el brazo de Minho tiene la misma herida y los mismo puntos. Y creo que eso no es posible ¿o si? — Minhyun se acercó a los chicos.

Ese día con la sorpresa y el miedo encima, había olvidado ese detalle. Todo en ellos iba a ser igual.

— Creo que están viendo cosas que no son. — Volteó a mirar a su hijo y a su amigo. — Ya es tarde, mañana tienen escuela, así que es hora de que se vayan.

— Pero...

— Pero nada, niño. Te vas a la casa y mañana a la escuela, después de ella puedes venir como todos los días. — Prácticamente los empujo fuera de la habitación a ambos.

Ambos adolescentes no tuvieron más opción que obedecer ya que era cierto lo que el mayor había dicho.

— Necesito tu ayuda. — Habló Minhyun desde el otro lado de la linea.

Debía cambiar un poco esas heridas.

Sintió un aire suave pero que los llevó a su amigo y a él a perder el equilibrio.

Luego de eso solo vio como aquel piso se alejaba de su vista. El miedo que creció en su pecho hizo que cerrara los ojos.

— Abre los ojos, cariño, y mírame. — La dulce y suave voz de Minho hizo que abriera los ojos.

Lo encontró mirándolo con esa hermosa sonrisa que lo había enamorado desde el primer día. Pero los demás en él era diferente. Sus ojos eran violetas y su cabello gris, pero lo que más le llamó la atención eran esas alas que tenía en la espalda.

Ya no sentía que caía a gran velocidad, sino a una muy lenta, y era porque Minho lo tenía en sus brazos. Cuando vio que los pies de su novio tocaron el suelo, el perdió el conocimiento.

— Adhuc somniat. — Escuchó a la lejanía.

Prácticamente saltó en la cama cuando se despertó.

— Eso no fue un sueño. — Dijo en voz baja.

Si así iba a terminar su vida, no quería mirar.

— Abre tus ojos y mira los míos. — Sintió como unas manos lo agarraban y escuchó la voz de Jeongin.

Le hizo caso; abrió sus ojos y se perdió en la mirada de su pequeño novio.

Pero su mirada era diferente al igual que sus ojos. Estos eran rosados y no lograba decifrar qué había en su mirada.

— Te ves aún mas hermoso. — Le acarició la mejilla y Jeongin sonrió.