Capítulo 7

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Izuku despertó más temprano de lo usual. Al mirar por su ventana observo que aún no amanecía y el cielo nocturno permanecía. Intentó volver a dormir, pero el hambre no le dejaba. Salió de su habitación y fue directo a la cocina buscando algo que aliviara su hambre, solo encontró unas cuantas cosas, pero nada disminuía su hambre de ninguna manera. Fue entonces que entendió que su hambre no era normal. Aprovechando que su madre seguía dormida y que las clases fueron canceladas ese día por el incidente, se vistió y salió de casa. Ya en el exterior fue que paseó por las calles nocturnas de su barrio. Observando a todos lados en las avenidas principales no logró ver nada abierto y solo autos al azar avanzando cada cierto tiempo. Tras no encontrar nada fue que avanzó aun más y más hasta llegar lejos de su barrio y caminar entre los callejones oscuros. Estaba totalmente atento a sus alrededores, pero no de miedo sino en desesperación por poder encontrar a alguien, quien fuera no importaba en ese momento necesitaba encontrar a alguien.

  Después de un buen rato caminado y perdiéndose entre edificios y callejones, logró escuchar ruido cerca del callejón por el que caminaba. Tras ir cuidadosamente y haciendo el menor ruido posible, se asomó por una esquina observando a un sujeto con un brazo recubierto de hueso sujetando a otro contra el suelo golpeandolo. El sujeto empezó a decirle algo, pero Izuku no podía escuchar debido a que su corazón latía con tanta fuerza que lo ensordecía y sus ojos se dilataban centrándose en el sujeto con tal peculiaridad osea. En su cabeza empezó a analizar esta, sus ventajas y desventajas, su posible extensión y utilidad. Su cabeza daba vueltas y vueltas mientras anhelaba cada vez más obtener ese poder. Cuando por fin su hambre estalló aún más y empezó a babear ante la tentación, atacó.

—Vamos idiota. Pelea. ¡Eh! ¡No que mucha cosa hace rato!—

El sujeto procedió a patear a su víctima en el suelo cada avez más fuerte. Cuando empezó a cansarse, volvió a recubrir su brazo de hueso, pero esta vez volviéndolo espinoso. Cuando estaba apunto de dar un puñetazo a la cara de su víctima, sintió que algo lo sujetó del torso. Mirando a su abdomen vio una gran mano hecha de lodo tomándolo para entonces sentir como era jalado rápidamente a la oscuridad del callejón. Seguídamente se escucho como su cuerpo era azotado de lado a lado y finalmente se escuchaban sus gritos hasta ser silenciados de un golpe seco.

  Inko Midoriya había salido de su habitación a la sala, encendió la televisión y miró las noticias un momento. Tras eso, fue a desayunar, no sin antes llamar a su hijo para que también fuera. Terminó de desayunar, pero Izuku aún no había salido de su habitación por lo que supuso que seguía descansando por lo ocurrido ayer. Ella se preocupó cuando se enteró de lo sucedido. Ella sabía que ese es el camino que Izuku había elegido por lo que en algún momento debía enfrentarse a villanos y criminales, pero no se suponía que fuera tan temprano. Esto no se supone que debía pasar y por eso estaba preocupada justo como hace unos meses en que Izuku llegó un poco más tarde a casa y se enteró de que se debe a que fue atacado por un criminal escapando y que planeaba usar a Izuku como medio de escape. Casi se desmalla al oírlo, pero este la calmó diciendo que ahora todo estaba bien y que no llegó a mayores. Aún así, no pudo dejar de pensar en que fácilmente hubiera sido la última vez que viera a su hijo vivo. Tras eso se entero de que su hijo se había puesto a entrenar su cuerpo llegando a casa cansado, lastimado o incluso inconsciente siendo traído por un sujeto que decía ser quien lo entrenaba. Y todavía, paso lo de su peculiaridad despertando sin razón aparente y todo eso de un error genético. Un montón de cosas pasaron en el transcurso de meses que ahora se le era difícil no preocuparse por cada cosa que salía mal en la vida de ella y su hijo.

  Inko seguía pensando en lo que podría pasar mañana o pasado mañana por la serie de eventos que sucedían en sus vidas, cuando escuchó que la puerta principal de la casa se abría. Se puso alerta y rápidamente se asomó a ella. Temiendo que fuera algún intruso, se encogió desde su lugar viendo a quien estaba entrando. Casi se desmaya por la tensión hasta que vio a su hijo entrar por ella.

HambreWhere stories live. Discover now