Aunque en otro momento Six hubiera admitido que se merecía aquella recriminación, incluso se hubiera reído de ello, en este caso estaba demasiado alterada para tener consideración con aquel niño estúpido. El recuerdo de la vez que estuvo tentada a comerse al gnomo, el cual tiempo después supo que se había tratado de Runaway Kid, aun taladraba su cabeza. La idea de que el chico pudiera percatarse de que su cara era precisamente la de alguien hambriento capaz de comerse cualquier cosa viva solo hacía que se estremeciera porque volvía a recordar aquel momento.

Si no se hubiera dado cuenta en el último momento de que el gnomo que había inmovilizado tenía una actitud demasiado humana, Six se lo habría comido sin dudarlo, como hizo antes con la rata. Habría cometido canibalismo.

Ella no tenía ni idea de que los gnomos con los que se había estado topando durante toda su aventura por The Maw fueron antes niños humanos, pensaban que eran algo así como monstruos en miniatura, pero asustadizos y esquivos, sin representar ninguna amenaza para ella, tal era su apariencia indefensa que hasta Six los llegaba a considerar adorables. Pero no tenía percepción de ellos como humanos, los consideraba más cercanos a las aves o a las ratas, pero no como personas.

Pero aquella actitud del gnomo al que estuvo dispuesto a comer, tan humana, su toque preocupado cuando acarició su mejilla, le hizo cobrar conciencia en medio de su hambre desquiciada la posibilidad de que aquella criatura podría ser algo humano.

Y, maldita sea, acertó.

No se habría perdonado así misma si hubiera sucumbido a su hambre y devorado a otro niño, un ser que ella consideraba su igual.

Y que de todos los niños, precisamente fuera Runaway Kid quién señalara ese hecho solo la hacía hervir la sangre. Aquella hambre era su momento de mayor vulnerabilidad a la vez que su mayor momento de violencia, detestaba que recordaran sus acciones o la expresión de su rostro cuando estuvo bajo los efectos de esa hambre atroz.

Para su buena fortuna, esa horrible sensación había desaparecido de su cuerpo tan pronto como devoró a la Dama. Después de aquello, no volvió a sentirla ni una sola vez, incluso aquella sombra que siempre la estuvo persiguiendo desapareció para no volver, Six se sintió liberada con ello y solo quería olvidar que alguna vez experimentó algo así, no era algo de lo que estuviera orgullosa.

-Si tanto miedo tienes a ser devorado, quizás no deberías ser tan estúpido de salir de la seguridad de la habitación, llena de testigos que podrían protegerte.-contraatacó ella sin intención de disimular la irritación que sentía.

Su tono de voz hizo que Seven bajara los hombros y mirara la espalda de Six con tristeza, él tan solo quería hablar con ella a solas, tener la oportunidad de disculparse por lo mal que había empezado su relación y tratar de empezar de nuevo con ella para ser su amigo. Pero la chica del chubasquero no estaba poniéndoselo nada fácil, y Seven no tenía claro si era de verdad por algo que había hecho él o que simplemente no le caía bien.

-Tú...¿en serio me odias tanto?-preguntó mirando hacia abajo con expresión de cachorro apaleado.

Six se tensó de inmediato ante aquella pregunta, con el corazón dándole un vuelco y su estómago revolviéndose como si hubiera comido algo podrido.

"Tú...¿en serio me odias tanto?"

La voz y el rostro de Mono retumbaron dentro de su cabeza.

Antes de darse cuenta, se había dado la vuelta y había tomado al chico por la ropa quedándose en una posición de darle un golpe afilando la mirada en su dirección. Seven, por su parte, volvió a sobresaltarse ante el nuevo ataque de Six, y al volver a ver su fiera mirada, alzó las manos pidiendo paz entre ellos ¿qué había dicho ahora para que se enfadara tanto?

Hope (Mono x Six)Kde žijí příběhy. Začni objevovat