VALENTÍA

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Bien, de todas las situaciones en las que podría verse envuelto Seven cuando decidió seguir a Six al exterior, está en particular, no se la esperaba. Y lo peor, es que se le hacía escalofriantemente familiar.

Había visto a Six de espaldas a él, mirando hacía algún lugar y quiso llamar su atención para hablar con un simple toque en su espalda. Un mero toque que de todas formas desencadenó en la siguiente situación: Six se había dado la vuelta y abalanzado sobre él como una bestia, Seven no tuvo tiempo de reaccionar cuando sintió el impacto de su espalda contra el suelo y al abrir los ojos se encontró con la mirada furibunda de Six, junto con la sensación de sus manos en su cuello, dispuesto a estrangularlo.

-¿Six...?-se atrevió a llamarla, dolorido y confuso por aquel ataque sorpresa tan gratuito.

Al parecer tuvo su efecto, pues Seven pudo ver que los ojos furiosos de Six cambiaban de golpe al absoluto desconcierto, como si no se hubiera esperado para nada que se tratara de él.

Aquella tesitura le hizo recordar a Seven aquella vez que estuvieron en la misma situación, cuando él había sido convertido en un gnomo y Six estaba sobre él, víctima de un hambre brutal. Recordaba el miedo que sintió cuando vio aquellos ojos hambrientos, presos de una enorme locura, capaces de hacer cualquier cosa en ese momento con tal de saciar aquel hambre, sin embargo, Seven también recordaba la mirada rota que se encontraba tras su gesto depredador.

No sabía por qué fue capaz de verlo, ni siquiera era capaz de recordar cómo fue capaz de ver algo así cuando la expresión de Six en ese momento era de un auténtico depredador. Estaba asustado, y aun así fue capaz de ver enorme sufrimiento que la niña cargaba tras esos ojos hambrientos.

Al igual que hizo entonces, Seven llevó lentamente su mano a la blanca y suave mejilla de Six. Le pareció sentir que ella se estremecía al momento en que le dio una caricia, intentó mantenerse tranquilo pese a la situación, mirando aquellos ojos y tratando de trasmitir calma con los suyos. Hacerle saber que todo estaba bien.

Y también poder preguntar lo que no pudo hacer cuando era un gnomo.

-¿Estás bien, Six?-susurró con cuidado, moviendo su pulgar en la mejilla de la pequeña, que continuaba paralizada mirándolo fijamente.-¿Dónde te duele...?

Six no contestó, se quedó mirándolo unos segundos más con desconcierto, pero apenas se recuperó de la impresión, soltó un gruñido e inmediatamente se levantó, dejando al otro en el suelo, con la mano con la que había estado acariciando extendida en el aire.

Inmediatamente, Seven se incorporó quedando sentado y mirando como Six le estaba dando la espalda y daba profundas y rápidas respiraciones, como si estuviera intentando calmarse.

-Six ¿qué ocurre?-preguntó preocupado de verla tan alterada.

Tras unos segundos más de respirar profundamente, Six se puso erguida y miró al chico por encima del hombro.

-No vuelvas hacer eso nunca más, Runaway Kid.-siseó enfadada, sintiendo que aun la espalda se le tensaba en la zona donde el muchacho la había tocado.

-Mi nombre es Seven.-le corrigió él cambiando su expresión preocupada por una molesta.

-Lo que tú digas.-rodó ella los ojos.-No sé qué estás haciendo aquí, pero más te valdría regresar a tu cama en vez de dedicarte a asaltar niñas desprevenidas por la noche. Bastante mal está el mundo para que tú contribuyas hacerlo peor.

En respuesta, Seven se ruborizó de vergüenza, tomando impulso de levantarse del suelo, encarando a la del chubasquero.

-¡Yo no te he asaltado! ¡Solo te toqué la espalda! ¡Un simple toque para llamar tu atención porque no me contestabas cuando te estaba llamando!-se defendió él, haciendo que Six arqueara una ceja ¿la había estado llamando? ¿En qué momento...?-Y si nos ponemos en ese plan, Six, tú también deberías regresar a tu cama y no abalanzarte sobre chicos desprevenidos y mirarlos como si quisieras comértelos.

Hope (Mono x Six)Where stories live. Discover now