—No puedo dormir si no estás a mi lado. —señaló, mientras se cruzaba de brazos. —Estás algo pálida. ¿Te encuentras bien?

—Igual es del susto que el energúmeno de mi marido me acaba de dar.

Sonrió de forma sarcástica, mientras meneaba la cabeza de lado a lado. Descruzó los brazos, mientras miraba de forma fugaz hacia el suelo, donde el anterior vaso todavía estaba.

—No te muevas de ahí, voy a por una escoba. —me miró con los ojos entrecerrados, como si supiera de antemano cual sería mi siguiente movimiento. —Enserio, no te muevas o te cortarás. No me apetece tener que andar jugando a los doctores porque no me hiciste caso y te cortaste.

Alcé las manos en señal de paz, esperando pacientemente mientras él iba a buscar lo que había dicho. A los pocos segundos volvió con una escoba y un recogedor. Me hizo una señal y me subí a la isla, mirando mis pies para asegurarme de que no tenía ningún cristal pegado. Lo observé barrer los cristales, pensando en que al menos no había sido mi vaso favorito.

—Bien. —habló, luego de limpiar el desastre. —¿Me vas a decir ahora que pasa?

—No lo sé. —admití, haciendo una mueca. —Me desperté porque sentía que me estaba ahogando. Y ahora tengo una extraña sensación en el cuerpo.

—Nosotros no nos enfermamos. —Jake estaba tratando de razonar que podía ser. —¿Qué crees que puede ser?

—Una corazonada. Tengo la horrible sensación de que algo malo va a pasar.







Luego de aquel incidente en la cocina, Jake me obligó a descansar un poco

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Luego de aquel incidente en la cocina, Jake me obligó a descansar un poco. Lo acepté, a regañadientes, con la única condición de que estuviera a mi lado en la cama. Estuvo leyendo algo, aunque no le presté demasiada atención. Descansé, lo admito, pero no llegué a dormir de forma profunda.

Al final, me obligué a seguir con el día como si nada hubiera pasado. Obviamente estaba bajo la atenta vigilancia de mi lobo, pero eso no era algo que pudiera negociar. Sabía que por mucho que le dijera que estaba bien, él seguiría teniendo un ojo sobre mí. Era involuntario, y no tenía mucho que ver con la imprimación, pues era algo que ya hacíamos antes de que eso ocurriera.

Para no preocupar a nadie, volvimos a nuestra rutina de ir a casa de Emily. Lo cierto es que me despejé al estar con ella, Kim y Rachel. Lo cierto era que no mantenían ninguna conversación demasiado profunda, todo era algo muy superficial. Aquello me permitió desconectar mi mente por completo cuando estaba en silencio. Y agradecí que no me hicieran hablar, aparentemente les bastaba con que escuchara.

SoulMate ↯ Jacob Black ✓Where stories live. Discover now