Seduciendo a tus demonios © [Destructiva Obsesión #1] ✔✔ EN FÍSICO

Capítulo 15.

18 de septiembre del 2016.

Llegué a casa y me metí rápidamente a mi habitación, por suerte Tommy no estaba a la vista, está en su habitación.

Me recargué contra mi puerta y solté un sollozo que intenté acallar poniendo mi mano sobre mi boca.

De deslicé contra la madera, terminando en el frío y duro suelo.

Aún no puedo creerlo.

No puedo aceptarlo.

No consigo creer que me haya hecho dispararle a ese hombre. Sé que merecía un castigo por lo que intentó hacerme, pero dispararle yo...

No quería convertirme en una asesina.

Más lágrimas empezaron a bajar por mi rostro, no fui capaz de contenerlas.

Bruno es un monstruo.

Es un animal.

Es...agresivo, impulsivo y despiadado.

Realmente le tengo miedo, toda la preocupación, la empatía e incluso el cariño tan tóxico que pude llegar a sentir por él, desapareció en cuanto la bala impactó contra la cabeza de ese hombre.

Desapareció en el momento en el que me hizo disparar.

Quiero terminar con esto.

No quiero estar con él, mucho menos volverlo a ver.

Pero, sé que es imposible. No tengo dinero, no podría regresarle lo que pagó y así liberarme.

Aparte, después de esto, ¿me dejará ir?

Escondí mi rostro entre mis manos mientras aún lloraba y sollozaba, intenté no hacer tanto ruido, no quería alertar a mi hermano.

Mi intento fue inútil, ya que escuché el sonido de mi puerta siendo golpeada con delicadeza. Por varios segundos me quedé en silencio esperando que se fuera, pero no lo hizo, los toques se hicieron más insistentes.

―¿Lara? ¿Estás bien? ―Su voz sonaba preocupada.

Cerré los ojos con fuerza y asentí aunque supiera que él no podía verme.

Carraspeé para que mi voz no sonara rota.

―Estoy bien, Thomas. Solo estoy un poco cansada, ¿bien? ―Hablé―. Ve a dormir, es tarde.

―¿Segura?

Me intenté limpiar las lágrimas.

―Estoy...sí, segura ―Musité.

Ya no escuché más ruido, por lo que intuí que se había ido a su habitación. Pasaron algunos segundos en los que me aseguré de que estaba completamente sola para poder seguir llorando. Abracé mis piernas, acercándolas a mi pecho y bajando la cabeza, cerré los ojos y solté sollozos bajos.

―Lara...por favor abre la puerta ―La voz de mi hermano me puso en alerta―. Puedo oírte llorar, por favor abre la puerta.

Me llevé una mano a la boca y negué.

―Por favor, Lara... ―Suplicó―. Lo que sea que pase, déjame estar ahí para ti, déjame abrazarte.

―Estoy bien, Tommy. De verdad que estoy bien, solo quiero estar sola ―Me aclaré la garganta―. Solo ve a la cama, por favor deja que esté sola por hoy, por favor.