Capítulo 03.

79.1K 5.1K 783
                                    

17 de Marzo, 2016.




Entrecerré los ojos hacía Tommy y presioné el algodón contra su pómulo, sin ser la más cuidadosa del mundo. Siseó e intentó alejar mis manos.

―Te dije que puedo hacerlo yo solo, Lara ―Habló―. No soy un niño.

Formé una línea fina con mis labios.

―Entonces deja de comportarte como uno ―Lo reprendí―. ¿Por qué peleaste?

De nuevo presioné el algodón, ocasionando que él se levantara y se alejera. De acuerdo, fui cruel al no tener delicadeza.

―No peleé ―Se señaló―. Me defendí, son dos cosas muy diferentes.

―¡Te suspendieron, Tommy! ―Dejé el botiquín del lado.

―Lo sé, hermanita ―Dijo―. ¿Pero qué querías que hiciera? ¿Qué me dejara? No soy ningún cobarde.

―Oh, no. Sé que no eres un cobarde, eres un chico de catorce años que no piensa en las consecuencias antes de actuar ―Le reclamé, pasándome las manos por el cabello―. ¡Me estoy partiendo el lomo para darte la mejor educación! ¡Una cosa, Thomas Spencer!

Levanté mi dedo.

―Solo debes hacer una cosa en tu vida y es estudiar, prepararte y graduarte con buenas calificaciones y ser alguien la vida. Pero no, ahí va el chico a pelearse y a que lo suspendan, ¡porque no tiene autocontrol!

Se pasó las manos por la cara, frustrado.

¿Tú estás frustrado, Tom? Intenta lidiar con un adolescente sin autocontrol.

―¡Tengo buenas calificaciones! ¡Doy lo mejor de mí para no decepcionarte y te consta! ―Devolvió con el mismo tono―. ¡Y lo lamento! ¡Sé que lo arruiné! Y sé que la violencia no me trae nada bueno, pero me llevó a mi límite, Lara. Ignorarlo solo le daría más cuerda para seguir molestando, ¿qué querías que hiciera?

Tomé una respiración profunda, intentando aplacar mi enojo.

―Hablar con alguien, no lo sé. Algo más inteligente ―Me acerqué a él―. Te suspendieron una semana, Tom. ¿Te das cuenta de la magnitud del problema? Perderás clases, te atrasarás.

Me tomó de los hombros y me miró a los ojos. Tenemos los mismos ojos, café claro, pozos profundos. Siempre nos han dicho que somos muy parecidos, que incluso nuestra sonrisa se parece demasiado. Pero bueno, somos hermanos, ¿qué esperaban?

―Y lo arreglaré, cuando vuelva a clases lo solucionaré y te prometo que no permitiré que afecte en mis calificaciones ―Juró―. No voy a decepcionarte, hermana. Lo prometo.

Asentí y tensé la mandíbula.

―Más te vale, Thomas. Si vuelve a pasar te juro que estarás castigado hasta el final de tus días, ¿entiendes?

Me sonrió.

―Entiendo.

Me alejé y tomé mi bolso.

―Tengo que ir al trabajo, volveré por la noche ―Avisé―. Tú encuentra una manera en la que alguno de tus compañeros te pase los trabajos que vayan haciendo, ¿de acuerdo?

Asintió frenéticamente.

―De acuerdo ―Contestó―. Nos vemos, ve con cuidado.

―Nos vemos ―Me encaminé a la puerta―. Cualquier cosa, me llamas.

Me lanzó un beso y rodé los ojos, un tanto divertida, aunque el enojo siga presente. Abrí y salí del apartamento, dejando a mi hermano solo como todas las noches en las que tengo que trabajar en el club.

Seduciendo a tus demonios © [Destructiva Obsesión #1] ✔✔ EN FÍSICOWhere stories live. Discover now