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» ¿Rival insuperable? «

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Debía de ser una broma.

Veía con atención como cierta "pueblerina" estaba siendo levantada por aquellos que observaron la pelea, como es posible que ella sea la nieta de la primera heroína que venció al rey de los demonios.

—Carajo - susurré-

Justo uno días la había molestado, justo hace unos días la había hecho caer, justo hace unos días, la vi volar junto con sus amigos.

Desde ese día debí sospechar más en ella.

—Que seas la nieta de mi más grande inspiración, no significa que tenga clemencia.

Ya verás, te superaré tarde o temprano, seré yo la denominada heroína, la que vencerá una vez por todas a todo el ejercito demoníaco, seré yo la preferida del pueblo.

******

Había llegado a casa, como siempre, uno de los sirvientes me recibió con un vaso de juego de naranja y me avisaron que mi madre me esperaba en el comedor - como todas las tardes- a almorzar.

—Bienvenida querida - sonríe -

—¿Algo nuevo el día de hoy? Donde está papá

Era extraño, porque siempre se encontraba riendo con mi madre como si de adolescentes se tratasen, no importa si es un duque de alto prestigio, fuera de los negocios, es un total niñato.

—Oh, lo mandó a llamar su majestad, tal parece tienen una conferencia con la chica que venció a ese demonoide esta misma tarde. - vi como dio un corto sorbo de su té -

Como es posible que ya esté en presencia del rey, como le pueden dar tanto crédito a esa pueblerina, que sea la nieta de la Sabía de la Espada Dorada, no quiere decir que tenga el mismo título nobiliario, sus padres debieron ser otra cosa, pero que insulto.

—Según oí, le darán oficialmente su título nobiliario, tendré que darle la bienvenida a nuestro círculo social, después de todo es una noble y por ende se verá envuelta en las típicas responsabilidades de una duquesa.

¡Genial! Que más necesita esta chica para que sea la favorita de todos, tiene dinero, fuerza, solo falta un comportamiento impecable y honorable. Pero no me dejaré guiar por mi envidia, porque lo admito, todo lo que recibe debería ser mío.

—Mi señora, el señor a llegado.

Papá dirá si ella vale la pena...

Nueva realidad - Lumity AUWhere stories live. Discover now