—. Señorita, esto no es una competencia limpia si no sigue las reglas.—volvió a atacar señalándome con su índice—. El concurso se hace cada año, ¿como no puede saberlo? ¿Nunca había venido al conservatorio?

—. Bueno, sí, pero nadie dijo que teníamos que ser parientes para entrar.—le respondí cruzándome igualmente de brazos.—. Sus padres no son músicos, no pueden participar con él.

—hizo una mueca de asco y bufó—. Igualmente el muchacho no es apto para participar en el concurso...

Vi como había estirado su mano para empujar con su índice el hombro de Yoongi, planeaba rebajarlo y yo lo sabía, pero antes de que pudiera acercarse más, tomé sus hombros y lo atraje hacia mi impidiendo que la mujer le hiciera algo.

—. No lo toque.—exclamé molesta y alejé completamente a Yoongi de la señora. Parecía impactada por lo que había hecho y como le había hablado, pero no dejaría que lastimara más a Yoongi con sus palabras—. Debería ver como le habla a un adolescente antes de decidir si es apto o no para algo.—dije entre dientes mirándole con el ceño fruncido. Miré a un lado como aquel niño que antes hablaba con Yoongi y ahora estaba ocultándose entre las faldas de esa mujer.—. ¿Es tu madre, pequeño?—el niño me miró de vuelta y asintió débilmente soltando la ropa de su madre.—. No permitas que decida por ti.—finalmente miré a Yoongi temblando en mis manos después de escuchar todo lo que dijo la mujer—. Vámonos, Yoongi.

Sabía que no podía utilizar los cuartos de ensayo si mi solicitud no había sido aceptada todavía, pero no me importaba. Tomé la muñeca de Yoongi y junto con Bo Won caminamos hasta uno de los cuartos que estaba vacío. Había un teclado en una de las esquinas y en las demás había repisas con libros de teoría musical y partituras.
Yoongi se sentó en el banquillo frente al teclado y suspiró profundamente.

Hice una mueca y me acerqué a él, me acuclillé a su lado y le miré a la cara intentando descifrar sus emociones.

—. No le hagas caso a nada de lo que te dijo, Yoongi.—murmuré buscando sus ojos con los míos, y cuando los encontré, él ya me estaba mirando con sus pequeños orbes cubiertos en lágrimas brillantes.

—. No, tiene razón, tal vez nunca debimos entrar al concurso.—repuso el muchacho con su voz rota, intentando controlar su respiración y fallando en el intento.

—. ¿Como puedes decir eso? Yo se de sobra que podemos ganarles sin ninguna dificultad.—le dije acercando mis manos a su rostro y secando las pequeñas lágrimas que se desbordaban de sus ojos.

—. Ya no estoy tan seguro...

Me partía el corazón verlo llorar y darse por vencido, siempre lo había hecho, pero también podía entender que Yoongi no debía hacer nada por obligación, yo debía encontrar la forma de hacerlo interesarse en las cosas, no obligarlo a hacerlas.

—. ¿Podemos ir a casa?—preguntó con un hilo de voz volviendo a mirarme a los ojos. Así que yo también me rendí.

Suspiré profundamente y asentí con la cabeza en señal de comprensión.

—. Sí, podemos irnos a casa.—respondí con una sonrisa y sequé sus últimas lágrimas—. Pero antes, iré a quejarme.—finalmente me levanté del suelo y tomé mis cosas.—. Los veré afuera, iré a la oficina central a...retirar la solicitud.

Desiderata; M.ygWhere stories live. Discover now