Te amo.

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Habían pasado varios meses desde la última vez que la vi.

Si bien coincidimos en varios eventos y premiaciones, el contacto al igual que la comunicación era nula.

Había sabido que no tenía una relación y la mía no había funcionado como lo había esperado.



Jugué con mis dedos mientras veía a la mesera de aquella cafetería acercarse a mi con un menú.

Me lo entregó y se alejo para antender a los demás clientes del lugar.
Escuché la campana de la puerta sonar y alce rápidamente la vista.

Un pequeño suspiro salió de mi al ver que no era a quien esperaba. Volví a bajar la vista al menú y sonreí al saber que pediría.

-¿Desea ordenar?
Me pregunto la mesera y asentí con una pequeña sonrisa.

-Quiero un café con leche y también una rebanada de tarta de fresa junto con un americano frío.

La mesera apuntó y volvió a dar una reverencia para retirarse de la mesa.

Tome mi celular del bolsillo de mi chaqueta para entrar a la conversación con la contraria asegurándome que aceptaba venir.

Deje nuevamente el móvil en mi chaqueta y comencé a sentirme nerviosa.

¿Habría decidido dejarme plantada?


Mordí mi labio inferior y volví a escuchar la campana de la entrada pero decidí no levantar la vista.

Total ya estaba plantada.

-Nay, lamento la demora.
Rápidamente alce la mirada y pude ver a la menor.

Se veía un poco más madura en sus facciones y una pequeña sonrisa adornaba su rostro.

-T/N, descuida y recién llegue.
Titubie y me levante de mi silla para ver como la menor asentía tomando asiento frente a mi.

Me di una cachetada mental al actuar tan torpe, volví a tomar asiento y vi como se quitaba su chaqueta dejándola en el respaldo de su silla.

Justo llegó la mesera dejando lo pedido por mi y se retiro.

La menor me miró con una pequeña ceja alzada y sentí mis mejillas arder.

-Lo bueno que recién habías llegado.
Soltó un risita y murmuró un pequeño "gracias" mientras tomaba de su bebida.

-Gracias por aceptar reunirnos.
Comenté mientras tomaba un poco de mi café.

-No es nada, me sorprendió un poco pero aquí estoy.

Un silencio un poco incómodo cayó en nosotras y la menor acercó la tarta a mi para comer un poco.

Me dispuse hablar.

-Y... ¿Cómo estas?, hace tiempo que no sé de ti, me han dicho que haz estado bien y sé que siempre fue así.

Dio un último sorbo de su bebida para mirarme y disponerse hablar.

-Yo estoy bien, muy bien , gracias por preguntar me ha ido cada vez mejor y todo empieza caminar, ¿y tu?

Asentí y desvíe un poco la mirada hacia el gran ventanal de la cafetería.

Yo estoy mal... Muy mal, se siente cada vez peor y nada parece caminar.

-Yo estoy... Estoy bien, con las promociones, el nuevo álbum y estamos tratando de que todo esté en orden.

Mentí y pude ver como ella me sonría un tanto emocionada.

Amor Ordinario Donde viven las historias. Descúbrelo ahora