👑𝒀𝒆𝒔, 𝑫𝒂𝒅𝒅𝒚? || 𝒍.𝒔

👑Mil Colores🍼

Ella tomó sus pertenencias y antes de retirase dijo unas últimas palabras -Solo recuerda algo que le guste, aquellas pequeñas cosas que lo hagan feliz, esa es la clave.

Pequeñas cosas.

Harry no estaba seguro del obsequio, el castaño era feliz prácticamente con todo. Tenía esa risita risueña y sus ojos se hacían más pequeñitos formando aquellas adorables líneas alrededor que tanto le gustaban.

Suspiro irritado al no encontrar una idea concisa. De lo único que estaba seguro era que Louis amaba la comida y el niño no rechazaría algo comestible.

Necesitaba ir a una plaza y recordar detenidamente, talvez una luz mística de ideas lo ilumine en cuanto llegue a su destino.

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Al cabo de una hora salió satisfecho del local mientras sostenía la caja con cuidado para no arruinar el contenido. Era tiempo de volver a la usual vida que tenía desde la comodidad de su mansión, pero su objetivo sufrió un leve sabotaje cuando vio a lo lejos una tienda que conocía perfectamente. Harry iría en busca de un pequeño lujo que se permitía en ocasiones, un nuevo anillo para aumentar su colección sería perfecto.

Dejó el regalo en el carro y regresó listo para iniciar su extravagante búsqueda.

Paseaba entre las vitrinas observando las piezas de temporada, la mayoría de accesorios o piedras preciosas ya las tenía en su poder, sin embargo, él se negaba a salir del lugar con las manos vacías, se acercó al último mostrador ante de rendirse y miro algunos anillos de plata que se encontraba al rededor.

Harry no era una persona chismosa, pero una conversación ajena a unos cuantos pasos captó su atención. Las palabras de la chica lo habían cautivado y ahora necesitaba ese accesorio en el cuello de Louis.

Probablemente era la respuesta a todos sus problemas.

Se acercó con cautela en el momento exacto que el cliente abandonó la tienda sin comprar la pieza que deseaba.

-Buenas tardes-Saludo cortésmente recibiendo una respuesta de regreso y continuó su charla señalando el objeto que colgaba entre las manos de la señorita-Podría mostrarme el collar.

Ella extendió la delicada pieza de oro que envolvía el cristal de forma majestuosa y dio la misma explicación que Harry ya había escuchado hace unos minutos atrás.

-¿Si es efectiva?, ¿realmente hará todo lo que dijo?

-Totalmente efectiva. Es un cristal precioso y único, si es para un acompañante sentimental es perfecto debido a...

-Lo quiero-Harry la interrumpió sin intención de hacerlo mientras buscaba algo en su cartera-No me importa el precio, solo póngalo en una caja de terciopelo.

Ella mordió el interior de su mejilla, posiblemente el chico rizado se irritaba al ser agobiado con palabras. El gesto fue inadecuado y una total falta de respeto a su persona, pero el cliente es prioridad y ella no tiene el derecho de reclamarle nada.

Alzó su mirada nuevamente y se sorprendió al ver una tarjeta negra después de mucho tiempo, solo las personas con ingresos económico exorbitantes portaban algo de alta gama, eso explicaría su actitud, la mayoría suelen ser arrogantes. Dio un pequeño vistazo al rostro del contrario sin llegar a incomodar o lucir como una completa acosadora, estaba segura de haberlo visto en otro lado, pero sus facciones no lograban apreciarse por completo debido a los lentes que portaba.

Marcó la cantidad requerida por el costoso collar y logró sorprenderse cuando leyó por curiosidad el nombre que venía plasmado en letras doradas. Ahora entendía porque se veía tan familiar. La vida privada del hombre era casi inexistente al ojo público, sin embargo, era bien conocido por su éxito internacional y por ocupar uno de los puestos más altos en la revista Glamour cada año consecutivamente.