La gente va llegando y va ocupando un asiento. La presencia de los chicos en esta clase, de momento, brilla por su ausencia.

Todavía no ha llegado el profesor, pero una chica entra apresuradamente en la clase. Consigue llamar mi atención por su pelo, lo lleva completamente tintado de azul claro. Sube las escaleras y se dirige hacia mí, ocupando el asiento libre que hay a mi derecha.

Deja su bolso en el suelo y su mirada se encuentra con la mía. Con toda la confianza del mundo posa su mano sobre mi brazo y respira profundamente antes de hablar:

—Dime que llego a tiempo —dice con la voz entrecortada.

Asiento y le sonrío.

—Tranquila, el profesor aún no ha llegado.

—Menos mal. Mi coche me ha dejado tirada en mitad de la ciudad y he tenido que llamar a un taxi para que me trajera a la universidad, si no, no sé qué habría sido de mí.

—Vaya... empieza bien tu día.

—Suelo tener mala suerte, ya estoy acostumbrada —Saca un bolígrafo y una libreta de su bolso y se vuelve a dirigir a mí—. Encantada, me llamo Lía. ¿Y tu nombre es?

—Harper.

—Te llamas igual que mi prima, menuda arpía.

Abro los ojos sorprendida y ella empieza a reírse al ver mi reacción.

—Perdón, no quería que sonara así, que ella sea una arpía no significa que tú lo seas.

—¿Gracias?

El profesor entra en la clase y damos por terminada nuestra conversación. Durante toda la hora nos concentramos en la lección que comienza el profesor y cuando da por finalizada la clase, ambas recogemos nuestras cosas y salimos directas a la calle.

—Acabamos de empezar y ya estoy cansada —gruñe.

—Yo también —admito entre risas—. Creo que tenemos más en común de lo que pensaba.

Lía asiente y saca un paquete de tabaco de su mochila. Se lleva un cigarrillo a la boca y lo prende. Echa una calada al aire y el humo invade mis pulmones.

—¿Quieres uno? —me ofrece la caja, pero niego rápidamente con la cabeza.

He fumado alguna vez, cuando he salido de fiesta con mis amigas, pero en este momento pensar en llevarme un cigarrillo a la boca me da nauseas.

—No, gracias.

Guarda el paquete de nuevo en el bolso y le da otra calada al cigarrillo.

—Hoy no me puedo quedar contigo a la hora del almuerzo, pero si quieres nos podemos ver mañana.

—Claro, me encantaría.

—Pues nos vemos mañana.

Lía da media vuelta y la pierdo de vista en cuanto gira la esquina. A mi lado pasan dos chicos con una chaqueta con el logo del equipo de fútbol americano de la universidad en su espalda. Nada más verlos no puedo evitar pensar en James.

¿Qué estará haciendo ahora? ¿Estará en clase?

Saco mi teléfono del bolso y me siento tentada a llamarle, pero suelto rápidamente el móvil y lo dejo donde está. Me dirijo a la parada del autobús y nada más llegar a casa, me pongo algo más cómodo y me preparo algo de comer.

Tengo buena mano para la cocina y eso lo he heredado de mi madre. De pequeña, nos pasábamos horas encerradas en la cocina preparando la cena y distintos postres para mi padre. Pero esos momentos de felicidad no duraron mucho. En cuanto pasé al instituto, mi madre se encerró en su trabajo y yo empecé a pasar menos tiempo en casa.

Dejo el plato, lleno de pasta con tomate, encima de la mesa del salón y busco el perfil de Lía en Instagram. No tengo su número de teléfono, así que no tengo otra forma de contactar con ella.

Tras una búsqueda intensa, doy con ella. Todas las fotos de su perfil son de ella con su perro, con algunos amigos y de espaldas con su pelo recogido de diferentes maneras: Suelto, en un moño, en una coleta... Le dejo un mensaje privado y dejo el móvil en el sofá.

—Espero que no piense que soy una acosadora —digo en voz alta.

Enciendo la televisión y como con un programa de remodelaciones del hogar de fondo. No tarda mucho en llegarme una notificación, tengo un mensaje de ella.

  No tarda mucho en llegarme una notificación, tengo un mensaje de ella

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Le envío la dirección de mi casa y recojo el salón antes de que venga. Tiro los restos de la comida a la basura, friego los platos y la espero sentada en el sofá.

Cuando llaman al timbre salgo disparada hacia la puerta. Me tranquilizo, porque no quiero asustarla, y abro la puerta. Le dejo pasar y observo que lleva una bolsa de deporte colgada en el hombro.

—Por favor, dime que en esa bolsa no llevas armas y vienes a asesinarme.

—No, ¿por quién me tomas? Llevo mi ropa sucia y dinero para hacer la colada.

Suspiro aliviada y ambas nos reímos.

—¿Me acompañas a la lavandería?

—¿Me acompañas a la lavandería?

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

¡Hola!

¿Qué os ha parecido el capítulo de hoy?

¿Y Lía? ¿Qué pensáis de ella?

Nos leemos la semana que viene.

Con cariño, Alice♥

Con cariño, Alice♥

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Harper & JamesWhere stories live. Discover now