Mírate y sonríe. [NamJin/ChenJin]

Cuarenta y siete.

—Gracias por venir —hizo una reverencia— No tengo con quien hablar, eres el único al que puedo acudir.

—No te hagas ilusiones —respondió incómodo el peli negro— ¿Y SoJung? Estoy seguro que ella puede ayudarte.

El castaño miró triste al menor y suspiró, ya no podía aguantar más.

Sin previo aviso, comenzó a llorar desconsoladamente llamando sin querer la atención de los demás.

—¿Qué ocurre? —preguntó preocupado— ¿Te duele algo? JaeHwan responde.

—Yoongi es mi hijo.

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—¿Ya podrías decirme qué está pasando? Me siento muy inquieto.

El mayor miró al peli negro y negó con la cabeza.

—YongSun está muy mal —hizo una pausa y pensó qué palabras usar— Ella tiene todo el cuerpo lleno de moretones y raspones, está muy débil.

SeokJin no sabía qué decir, ¿moretones? Dudaba que se deba de una caída, ella no le había dicho nada y las posibilidades de que sea eso eran muy dudosas.

—¿Qué crees que sea? —preguntó SeokJin— Ella no me mencionó nada de caerse.

—No son por una caída —respondió— He visto todos y están repartidos más por su abdomen, espalda y muslos, son lugares claves en donde no se podrían visualizar a simple vista.

—¿Qué estás tratando de decir?

—Alguien está golpeando a YongSun.

🥀

—¿Estás borracho? —preguntó el menor— No digas tonterías.

—No son tonterías —miró sus manos— Es una larga historia...

El peli negro se quedó callado y suspiró.

—Sé que Yoon no se parece a NamJoon, pero decir que no es su hijo es muy exagerado —lo miró— No sé que problema habrás tenido con SoJung, pero no metas a Yoongi y a NamJoon en esto, ambos están pasando un momento difícil debido a la enfermedad de ella, armar otro lío solo haría que Yoongi empeore.

JaeHwan sonrió con ironía y negó con la cabeza, era entendible que el menor no le crea.

—Me lo merezco —suspiró— Le he hecho daño a tantas personas por un bien personal, es aceptable que me tomes como un loco ahora mismo.

—JaeHwan —llamó el menor— Me has mentido tanto que no puedo confiar en ti.

Sin decir más, el peli negro se levantó de su asiento y se marchó. Dejó triste y con un profundo sentimiento de culpa al castaño.

—Es cierto —miró el lugar en donde hace poco estaba sentado en menor— He hecho tanto daño a los demás, que reclamar a Yoongi como mi hijo no es algo que merezca.

Bebió su café y se acercó a pagar, sabía que Yoongi no merecía pasar por más problemas, tampoco NamJoon. Decidiría renunciar a su propio hijo y dejar que este sea feliz con el hombre que es su padre ahora.

—Sin arrepentimientos —susurró.