Treinta y nueve.

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—¿¡Por qué no me dijiste que Yoongi es mi hijo!?

La pelinegra miró divertida al castaño y asintió.

—Definitivamente tu ruptura te hizo mal. No —negó— Quizá desde siempre fuiste así.

—No estoy delirando y mucho menos bromeando —se acercó y agarró bruscamente su muñeca— ¡Dime la verdad!

—Me estás haciendo daño —se soltó de su agarre— En verdad no sé de lo que hablas —fingió tristeza— Yoongi es hijo mío y de NamJoon.

—SoJung —sostuvo su barbilla— ¿Me crees idiota? Si vine a preguntar es porque quiero saber la verdad.

—¿Por qué te mentiría? —preguntó— Nos conocemos desde hace mucho tiempo como para que existan secretos entre nosotros.

Él soltó su barbilla y sonrió, claramente no le creía, creer en las palabras de aquella pelinegra era como creer que la tierra es plana, totalmente falsa y temeraria, eso era SoJung.

—Entonces no tendrás problemas en una prueba de ADN —la miró— Es cierto, nos conocemos muchos años. Pero no podré estar tranquilo si no me quito las dudas de una vez, iré ahora mismo a ver a NamJoon a hablar con él.

Sin esperar respuesta, el joven chico se dirigió hacia la puerta dispuesto a irse.

—¿Cuánto quieres?—preguntó la pelinegra— Dime la cantidad y te la daré.

—¿Qué dices? —se volteó.

—Por fingir no saber nada y por renunciar a Yoongi, ¿Cuánto quieres? —lo miró fríamente.

—Debes de estar bromeando —sacudió la cabeza— Mi hijo...

—¡No es tu hijo! —gritó— Legalmente no lo es y así se quedará.

—¡SoJung! —la miró— ¿Cómo pudiste...?

—¿Qué es lo que te sorprende? —lo miró aburrida— Tú debes de saber bien claro el tipo de persona que soy.

—Desagradable...

—¡Sí! —asintió— Desagradable, frívola, loca, falsa y muchas cosas más, ¡Eso soy!

El menor miró al suelo y sonrió melancólico.

—Supongo que esto es lo que merezco por traicionar a SeokJin —limpió sus lágrimas.

—Si te atreves a decirle algo a NamJoon te juro que no te dejaré respirar en paz —amenazó.

—SoJung —llamó— ¿Crees que soy el mismo de hace seis años atrás? —se acercó— Yo ya pagué toda mi deuda contigo y ya no...

—SooHyun —interrumpió— ¿Lo está haciendo bien? —sonrió— No lo veo hace mucho, supongo que tengo que visitarlo en uno de estos días.

—No lo harías —tembló— Es el mejor amigo de NamJoon, no serías capaz de...

—Lastimosamente también es la persona que tanto amas —suspiró— Sabes que soy capaz de todo con tal de tener a NamJoon.

—Que soy el padre de Yoongi —miró al suelo— Haré de ello como algo que no sé. Pero a cambio no te metas con SooHyun.

—Bien, de todos modos sabes que ponerse en mi contra es ponerse en contra del padre de NamJoon —agarró sus manos— Y ese señor es mucho peor que yo. Hagamos como si esto nunca sucedió y sigamos siendo buenos amigos, ahora te necesito mucho más.

—¿Para qué? —se alejó.

—Necesito que vayas ahora a mi casa como invitado y te quedes todo el tiempo que yo esté internada aquí —sonrió— Necesito mantener vigilado a mi adorado esposo.

El menor asintió y se dirigió hacia la puerta.

—JaeHwan.

El nombrado volteó y esperó que la pelinegra hable.

—Dile a Yoongi que lo quiero —sonrió— Mi hijo me debe de extrañar mucho —enfatizó hijo.

El menor asintió y abandonó el cuarto, tratando de no gritar por la frustración y el enojo.

Al salir del hospital miró al cielo y suspiró.

—Dicen que hierba mala nunca muere —una voz conocida lo tomó por sorpresa.

—YongSun...

Mírate y sonríe. [NamJin/ChenJin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora