Halim - Bella Hayes

8 3 1
                                    

―No esperaba un príncipe, nunca lo he hecho, solo esperaba que mi esposo me amara.

¿Por qué aún tenía el poder de hacerla temblar? ¿Acaso todo lo vivido no había matado ese enamoramiento estúpido que sintió por él?


Había dado todo de sí y no había sido suficiente, además, no era su vida la que estaba en juego, alguien más importante que ella la necesitaba.


Pasaron dos años casados y al parecer no fue capaz de ver que él era un hombre de honor, que no evadía sus responsabilidades.


Lo que más deseaba era que ella le correspondiera y se enamorara de él.


Pocas veces en su vida Halim sintió miedo, pero en ese momento el temor a ser rechazado superó a las anteriores.


Por primera vez en mucho tiempo rezó, pidiendo la sanación de su hijo.


En ese momento sintió todo el peso de la paternidad, una mezcla de amor y responsabilidad por ese chico que hasta hacía poco más de una hora no conocía.


Él, que siempre había sido fuerte, que como adulto casi nunca había llorado, solo el día en que su padre murió , en ese momento sintió que no podía solo.


Él deseaba proporcionarle todo lo que necesitase, lo que debió tener por ser su esposa.


Hace tiempo que me reconcilié con mi pasado, así que no gastes tu dinero en mí para reconciliarte con el tuyo


Halim nunca imaginó sentirse tan impotente y, por primera vez en mucho tiempo, rezó.


Cada día la pequeña se le metía un poquito más en el corazón.


En ese momento, al verlos abrazados, Reese Evans se dio cuenta de que no tenía ninguna posibilidad de entablar una relación con Sara, porque desde que el padre de Haidar había aparecido, los ojos de ella le mostraron cuánto amaba a ese hombre, con discreción se retiró.
Solo cuando se ama se vela por la felicidad del otro.


—Te amé de todas las maneras posibles y, aun así, te marchaste; no quería eso para mi hijo.



Por su comportamiento se había perdido once años de la vida de su hijo y, aunque le pidió explicaciones a Sara, en el fondo sabía que toda la culpa era suya.
Para Sara, el pasado era preferible dejarlo atrás.


―¿ Cuándo se termina el amor? Dicen que no muere, que solo cambia de casa, pero lo cierto es que el mío se quedó encerrado en el pasado.


Sus sentimientos hacia él seguían igual que doce años atrás; pero era un amor sin esperanzas que siempre tendría que ocultar, como lo hizo desde un principio.


—Te prometo que nunca más estarás indefensa —dijo Halim. ―Lo sé, confío en ti.


Había descubierto a otro hombre desde su reencuentro, en su juventud se había enamorado de su físico, de su manera de hacer el amor, de su sonrisa y de su arrogancia, pero ahora lo amaba por su madurez.


Nin—Todos cambiamos nuestra concepción de la vida con los años, aparte de que el mundo ha evolucionado, ahora vivimos en una sociedad distinta, no somos las mismas personas que éramos entonces.


Sus manos y boca obraron la magia que Sara conocía tan bien, encontró cada punto de su cuerpo como si no hubiesen pasado doce años desde la última vez que se amaron.


—Sara, eres la única mujer por la que he sentido algo. Me he enamorado un par de veces, pero amar a una persona no.


Lloro por lo que perdimos. Cometimos tantos errores que es un milagro que hoy estemos juntos.
—Porque pensé que, si habías perdonado a tu exesposa por ocultarte a tu hijo, podrías perdonarme a mí por ocultarte a la nuestra.


Sin saberlo, su destino siempre había estado allí y él se había empeñado en desecharlo, estaba muy arrepentido por eso. Nunca más la defraudaría.
Estar con Sara era sentir que había llegado a casa.
Aceptó que ese fue su destino y nada podía hacer para cambiar, además la vida le había dado una maravillosa segunda oportunidad que no pensaba desperdiciar.


Desde ese momento, se prometió que no habría más mentiras, ni secretos que pudieran destruir a su familia.


Pensó en cómo el destino había jugado con ellos tantos años , en todas las cosas que tuvieron que ocurrir para que él se reencontrara con su pasado.
Todo había sido un ciclo que comenzó con Sara y culminaría con ella, porque si de algo estaba seguro era de que esa vez sí sería para siempre.


―No lamentes el pasado porque es lo que nos hace lo que somos hoy.
Y ella volvió, esa vez para quedarse

Frases Del Olimpo. Vol 3Where stories live. Discover now